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Educación a distancia: boom de adultos tomando cursos en línea

Según un estudio de la Fundación por la Subsidiariedad, la pandemia ha hecho que los adultos dupliquen su participación en los cursos online: 12 de cada 100 asisten a ellos - Nos acercamos a la media europea

Educación a distancia: boom de adultos tomando cursos en línea

Boom del aprendizaje a distancia (FAD) entre adultos con la pandemia: en 2020, 12 de cada 100 italianos entre 16 y 74 años asistieron a cursos en línea, casi el doble en comparación con los 7 de 2019. Así lo revela una investigación de la Fundación para la Subsidiariedad quien editó el ensayo "Viaje hacia las habilidades del carácter".

“En las empresas”, observa Giorgio Vittadini, presidente de la Fundación, “la formación a distancia ya representaba el 20% antes de la pandemia. En 2020 tuvo un boom, que parece destinado a durar, manteniendo una cuota superior al 50%”. Cada año en Italia hay más de 3 millones y medio de trabajadores involucrados en la formación. Los cursos están más extendidos en las grandes empresas, en el Norte y, entre sectores, en los servicios financieros.

La Península se ha alineado así con la media europea, aunque queda lejos de países como Finlandia (29), España (26%) y Suecia (23%). "En Europa, la proporción de 'estudiantes digitales' se duplicó en el Viejo Continente de 2019 a 2020, y se triplicó desde 2010", observa Giorgio Vittadini.

Los seminarios en línea abarcaron todos los temas, desde el trabajo hasta el ocio. “La creciente popularidad de los webinars está ligada a las muchas ventajas”, explica Vittadini, “La posibilidad de seguir las lecciones desde casa, horarios flexibles, interacción, disponibilidad de materiales. Incluso si hay obstáculos, como menos sociabilidad o problemas de conexión. Y para muchos, la barrera digital permanece”. La Península, según el análisis de la Fundación por la Subsidiariedad, se mantiene por debajo de la media europea en aprendizaje permanente para adultos.

En 2019, de hecho, solo 7 de cada 100 adultos italianos asistieron a cursos de formación, en comparación con 6 diez años antes. La Península se mantiene por debajo de la media europea, en más de 9 sobre 100. En los países nórdicos, los "estudiantes adultos" alcanzan el 29% en Suecia, el 27% en Finlandia, el 20% en Dinamarca y el 19% en Holanda. "Tenemos que superar un viejo estereotipo", observa Vittadini, "el aprendizaje no termina en la escuela o la universidad, sino que debe continuar durante toda la vida, aunque de manera diferente, con cursos cortos y seminarios". Entre los adultos, las mujeres (7,2%) están más atentas a la formación que los hombres (7,0%). La participación es más alta entre los 25 a 34 años (15%), mientras que cae al 4,8% al final de sus carreras, por encima de los 55 años. “Aprender como adulto”, señala Vittadini, “es crucial para mantenerse activo en el trabajo y en la vida social. La Unión Europea se había fijado el objetivo de involucrar al 15% de la población para 2020 pero solo unos pocos países lo han logrado”.

Como se desprende del ensayo "Viaje hacia las habilidades del carácter", más de la mitad de los trabajos que se realizarán dentro de veinte años aún están por inventar, mientras que buena parte de los existentes estarán automatizados. “El aprendizaje continuo es crucial”, subraya Vittadini, “La adquisición de habilidades cognitivas, como expresarse, escribir, deducir, evaluar, ya no es suficiente. También es necesario desarrollar habilidades no cognitivas, llamadas "habilidades de carácter", como la apertura mental, la capacidad de colaboración, el espíritu de iniciativa. Factores clave en el trabajo y la vida social. Un gran concurso en el que participan los docentes y toda la sociedad”.

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