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Fiscalidad y globalización: el futuro entre precios de transferencia y web tax

Cómo están cambiando las reglas fiscales ante la internacionalización de la economía - En el equilibrio entre competencia y elusión fiscal - Bernard Fay, presidente de UHY, red internacional de firmas de auditoría, asesoría fiscal y asesoría laboral, habla al respecto

Fiscalidad y globalización: el futuro entre precios de transferencia y web tax

“El dinero va donde mejor se le trata”: cita un proverbio español Bernard Fay, nacido en Barcelona y presidente de UHY, red internacional que agrupa a empresas de auditoría, consultoría fiscal y laboral, al comentar con FIRSTonline la situación regulatoria internacional en materia tributaria. En los días en que se discute el impuesto web para los grandes nombres de internet, el tema está más de actualidad que nunca y no solo concierne a las empresas digitales. “También está el tema de los precios de transferencia –explica Fay– del que se habla menos y que atañe a todas las empresas, no solo tecnológicas y hasta pequeñas, que invierten y producen en el exterior, transfiriendo internamente bienes de un país a otro y determinando así dónde para gravar las utilidades”.

Los precios de transferencia determinan el valor normal de los precios o beneficios relativos a transacciones entre dos empresas asociadas residentes en países de diferente tributación (los denominados transfronterizos), como por ejemplo dos contrapartes de una empresa multinacional. “Incluso hoy en día, muchas empresas cometen lo que no es correcto llamar evasión, pero ciertamente elusión.. La OCDE ha establecido parámetros recientemente y los países se están adaptando. Nuestra labor como UHY es precisamente la de asesorar a las empresas, ayudándolas a comparar regímenes fiscales y de precios ya realizar convenios preventivos con los distintos países”.

Los acuerdos entre empresas y Hacienda son una tendencia creciente y están ayudando a salir del callejón sin salida, porque si es cierto que el dinero va donde mejor se le trata, también lo es que “en los impuestos se aplica el principio de territorialidad: donde el negocio, ahí se tienen que pagar los impuestos correctos”. ¿Qué pasa si los impuestos son muy diferentes de un país a otro? “Depende de la Unión Europea estandarizar los regímenes fiscales tanto como sea posible, como lo ha hecho la OCDE al establecer los parámetros de precios de transferencia dentro del margen de ganancia del 10-15% con respecto al costo de producción del producto en un país determinado. . En Europa tenemos países como Irlanda con regímenes fiscales preferenciales, y es normal que atraigan más inversión extranjera”. Ciertamente mucho más que Italia, como se desprende de una investigación publicada por la propia UHY con motivo de un congreso organizado en Roma ayer y hoy, del que se desprende que somos el 36º respecto a las primeras 44 economías del mundo como porcentaje de la IED sobre el PIB: solo un 0,7% frente a la media de la UE del 2%.

“Las inversiones traen consigo inyecciones de tecnologías, habilidades e infraestructuras. Y ayudan al crecimiento de los recursos humanos, explica Andrea D'Amico, socio de UHY Italia, admitiendo además que “Italia se ve mucho mejor hoy que hace unos años. Desde 2017 hay una rebaja sustancial, del 3,5%, en los impuestos de sociedades. Este recorte nos sitúa ahora en la mitad de la tabla entre los principales países. Luego hay una intervención a favor de las inversiones en planta y maquinaria, con superdepreciación. Pero serían útiles más reformas e incentivos”. 

“Bajos impuestos –añade Fay– son uno de los requisitos clave para atraer inversiones, junto con transparencia, poca burocracia, infraestructura (incluida la digital) y seguridad jurídica”. Dicho esto, es justo que todo el mundo les pague y que les paguen en todas partes, incluidos grandes nombres como Google o Amazon por los que no faltan las disputas con Bruselas. Recientemente se han alcanzado acuerdos con países individuales, incluida Italia. “El primer paso es certificar los ingresos que pasan por la red, luego de lo cual estamos viendo que paulatinamente, a través de convenios individuales, se van pagando estos impuestos. Entonces le corresponderá a la UE establecer reglas futuras, también en el mismo interés de las grandes empresas de alta tecnología. recordemos eso para empresas como Google, la reputación lo es todo: las generaciones más jóvenes, las más digitales, están muy atentas a las cuestiones éticas y ambientales y las empresas lo saben y corren para cubrirse”.

La tendencia a bajar los impuestos, incluso sobre el trabajo, existe a nivel internacional: no sólo en Italia sino más marcadamente lo hemos visto en EE.UU. con Trump, que los está llevando a niveles de Reagan, o en Francia en programa económico del nuevo presidente Emmanuel Macron, que quiere llevar el impuesto de sociedades del 33% al 25%. Entonces, ¿es la forma de pagar menos en casi todas partes, para evitar grandes discrepancias y, por lo tanto, elusión o evasión? “Absolutamente – dice Fay – y esta es la tendencia. Pero esto debe ir acompañado de una lucha contra la evasión fiscal, porque un sistema sólo puede bajar los impuestos si logra recuperar todos o casi todos los evadidos”.

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