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Fincantieri, la incertidumbre sobre los futuros gobiernos italianos juega a favor de Macron

Dado que el acuerdo de los astilleros franceses tiene una relevancia estratégica a largo plazo, no es de extrañar que el presidente Macron pida una pausa de reflexión para entender quién gobernará en Italia, considerando los importantes poderes del Tesoro sobre Fincantieri, como sucedió con la Tav con gran alegría. de los grillini

Fincantieri, la incertidumbre sobre los futuros gobiernos italianos juega a favor de Macron

Es difícil, si no imposible, creer que Macron no tenga un dossier sobre la mesa de Macron que cuente cómo nació Fincantieri y quién lo gobierna, que quisiera hacerse con el control de los astilleros franceses de los que tanto se habla.

El sitio web del MEF documenta que el 9 de noviembre de 2012 CDP Cassa Depositi e Prestiti-Spa adquirió (al igual que la extinta IRI) la totalidad del capital social de Fintecna del MEF; que en la actualidad la principal participación accionaria de Fintecna está representada por la participación de control en el capital de Fincantieri SpA, equivalente al 71,64%; que CDP es a su vez controlado (aunque no cotiza en bolsa) por el MEF; ; que la Junta Directiva del CDP, es responsable de la gestión de la empresa y de definir las estrategias del grupo, directamente) de la Dirección General de Tesorería. Por ley, realiza la actividad de control y gestión de las participaciones accionariales del Ministerio, el ejercicio de los derechos de accionista en sociedades cotizadas también en mercados regulados y, en particular, en lo relativo a los procedimientos de designación de los miembros de los órganos sociales de las sociedades. controlada directa o indirectamente por el Ministerio de Economía y Finanzas.

Es fácil concluir que Macron, en una perspectiva a medio plazo como exige el asunto de los astilleros franceses cuya relevancia estratégica a largo plazo es indiscutible, más que en homenaje a Colbert o al Rey Sol, observa con justificada preocupación a quienes podrá ser el Ministro de Hacienda del próximo gobierno, y los que podrán ser el nuevo director general de Hacienda con las preñadas facultades que la ley le asigna; sin descuidar, al igual que las demás cancillerías europeas, la probable actitud hacia la Unión Europea de los posibles próximos gobiernos.

¿Cómo culparlo si Macron está presentando propuestas que requieren una pausa para reflexionar sobre la gobernanza de los astilleros franceses en este momento de caótica política italiana, incertidumbre sobre la ley electoral y quién gobernará el país dentro de unos meses? Además, Macron ya había pedido un período de reflexión (¿un año para ver quién gana las elecciones?) para el ferrocarril que cruza el Val di Susa desde Lyon, quizás también preocupado por la capacidad italiana para gestionar redes de transporte complejas (ver el caso de Roma que ciertamente no se le escapó). Anuncio de reflexión que fue acogido con júbilo por los No Tav y por el alcalde de Turín, muy contento de que la conexión ferroviaria prevista transite por el norte de los Alpes. Sin olvidar la declaración de guerra a Francia amenazada por un potencial primer ministro de cinco estrellas el el caso de los inmigrantes rechazados en la frontera francesa.

Si su papel no lo impidiera, Macron, con el esprit de finesse típico de los franceses, nos diría: c'est la politique d'abord mon petit, pas Colbert!

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