El crecimiento económico en la Eurozona se está desacelerando. El PMI compuesto de la unión monetaria cayó bruscamente en noviembre, llegando a 51,5 puntos, contra 51,9 en octubre, contra un consenso de 52 puntos. Sin embargo, la cifra se mantiene por encima del umbral de los 50 puntos, que marca el límite entre la expansión y la contracción de la actividad.
Pesar, en el cómputo global de la zona del euro, es especialmente el empeoramiento de los datos relativos a Francia, donde el índice general cayó de 50,5 a 48,5 puntos. Ambos componentes bajaron: el dato de manufactura cayó a 47,8 desde 49,5 puntos y el de servicios a 48,8 desde 51 puntos.
En contraposición a Francia está Alemania, que ve una nueva aceleración en la actividad del sector privado: el PMI compuesto alemán pasó de 53,2 puntos en octubre a 54,3, gracias al fuerte crecimiento de los dos indicadores.
Alemania que, cada vez más, juega el papel de locomotora de todo el continente, mientras el resto del bloque monetario se tambalea. Si "Francia es un elemento clave para explicar la desaceleración", observa Chris Williamson de Markit, "hay claros signos de debilitamiento también en el resto de la región" con un ritmo de expansión que, excluyendo los casos de Francia y Alemania "ha sido en noviembre el más bajo de estos cuatro meses”.