Ni datos de empleo, ni proyecciones económicas, ni la estrategia maquiavélica del jefe de prensa más agresivo. Podrían ser ellos los que hagan temblar la balanza en las elecciones presidenciales de EEUU una película y un huracán. Barack Obama y Mitt Romney persiguen los últimos votos para ganar los próximos cuatro años en la Casa Blanca. Después de 18 meses de campaña electoral, mañana por fin es el gran día, "el día de las elecciones", pero de momento la situación sigue más que nunca en equilibrio. Las encuestas hablan de una ligera ventaja a favor del actual presidente, aunque el margen es aún demasiado pequeño para decir algo.
En esta situación de incertidumbre, el impulso decisivo hacia la reconfirmación del líder democrático podría venir de “Code Name: Geronimo”, una película sobre la muerte de Osama Bin Laden. La vista previa europea será en Italia el 8 de noviembre, pero ya se ha emitido una versión reeditada en los EE. UU. que subraya cómo el presidente Obama dirigió las operaciones.
“Todos sabemos cuál fue el resultado final de la decisión del presidente de aprobar la misión”, dijo el director John Stockwell. Un año y medio después de la operación que vengó el ataque del 11 de septiembre, la película de acción celebra las cualidades estratégicas del presidente, trayendo de vuelta a la memoria de todos los estadounidenses la exaltación de esa victoria. La esperanza de los demócratas es que la retórica de Hollywood obtenga el puñado decisivo de votos.
En cambio, la devastación producida por el huracán Sandy juega en contra de Obama. Al principio, parecía que el desastre natural había favorecido al presidente, ya que alrededor del 80 por ciento de los estadounidenses apreciaban el manejo de la emergencia por parte de la administración. Pero ahora que tenemos que lidiar con los escombros, surgen problemas materiales.
El alcalde de Nueva York, Michael Blomberg, aseguró que "se hará todo lo posible" para asegurar el buen desarrollo de las elecciones, pero admitió que "hay dificultades". Se está trabajando para que todos los colegios electorales sean utilizables o para encontrar soluciones alternativas, pero el éxito no está garantizado. Y esas áreas son tradicionalmente un distrito electoral importante para el partido de Barack Obama.
