Domingo agridulce para el Inter. Por un lado, la satisfacción por la victoria sobre Koper, aderezada con una gran actuación de Coutinho (¡qué gol!), por otro, la decepción por el mercado de fichajes. De hecho, han llegado malas noticias desde Brasil tanto en el frente de Paulinho como en el de Lucas. El primero, que parecía estar a un paso del Inter, fue retirado del mercado, mientras que el segundo, el sueño nunca escondido de Moratti, tiene un precio estratosférico. “Tuvimos tres ofertas de Europa: Inter, Valencia y CSKA Moscú –explicó Thiago Scuro, agente de Paulinho–, el Corinthians, sin embargo, ofreció cifras similares, prácticamente iguales y, evaluando perspectivas de carrera y cercanía familiar, decidimos quedarnos. Otro año en Brasil. Hay una buena posibilidad de que llegue una transferencia la próxima temporada". ¿Discurso cerrado? En el mercado nunca digas nunca (¿verdad Berlusconi?), pero la sensación es que el trato es complicado. La situación de la tarjeta de Paulinho es bastante complicada: el 45% está en manos del fondo brasileño Audax, otro 45% es de Banca BMG, el 10% restante es de Corinthians. Tratar con un jugador nunca es fácil, y mucho menos tratar con tres partes diferentes, todas listas para negociar. Mejor cerrar cuanto antes con Mudingayi, que puede tener menos encanto que el brasileño, pero puede llegar en poco tiempo.
Sin embargo, desde ayer está bastante claro cuánto cuesta Lucas, pero tal vez hubiera sido mejor lo contrario. 37 millones de euros no es broma, pero el San Paolo habla en serio, de lo contrario no habría rechazado la monstruosa oferta del Manchester United de 33 millones. El Inter sabe que el tiempo apremia, también porque los Juegos Olímpicos comenzarán en un par de semanas y el costo podría aumentar. No hay liquidez para tal operación, a menos que Sneijder se vaya. Moratti le ha definido como un jugador fundamental, pero ante una oferta atractiva le vendería. Ahora solo queda esperar la jugada oficial de Anzhi, que según la prensa rusa está a punto de volverse loco.
