comparte

El hidrógeno es bueno para la industria manufacturera. Gastar los 37 mil millones del PNRR

Un día de debate sobre el tema de las nuevas energías advierte a Italia del riesgo de quedarse atrás en Europa. Proyectos a implementar.

El hidrógeno es bueno para la industria manufacturera. Gastar los 37 mil millones del PNRR

Italia no puede prescindir del hidrógeno si quiere apoyar la transición hacia una nueva economía. Estas son las conclusiones del Hydrogen Summit organizado por MCE – Mostra Convegno Expocomfort, en colaboración con el Politecnico di Milano y Anima Confindustria que se centró en el progreso de los proyectos italianos. Primero, deben implementarse más rápidamente y con más convicción. Incluso con más coraje político. Luego tienes que encontrar los agujeros en las reglas y arreglarlos. En juego están los 37 mil millones del Pnrr. la industria mecanica, por ejemplo, tiene un amplio rango productivo y no puede ser excluida del uso de una fuente de bajo impacto. Además de ahorrar actividades -cuando la electrólisis tendrá costos más accesibles- la fuente será el mejor aliado contra la contaminación y el sobrecalentamiento.

Made in Italy: ¿dónde estamos con el hidrógeno?

Made in Italy tiene el potencial de jugar un papel destacado, que ya ha aflorado en otras ocasiones, detrás del cual se encuentra el dinero de empresas que ya han invertido en tecnologías. Alberto Zerbinato, referente del hidrógeno del Consejo de Presidencia de Anima Confindustria, ilustra así la posición de Italia: "Estamos en los puntos de partida: ahora es el momento de iniciar una verdadera industrialización, y esto solo puede suceder gracias a una plan de inversión estructuras a nivel nacional. Es fundamental que el trabajo de las empresas no se desperdicie y sea debidamente valorado, dando vida a un mercado real”.

Los proyectos italianos son menos de 30 en comparación con 93 implementados por Alemania, España, Dinamarca. Estos son los países que son candidatos a ganar. El desafío avanza con el apoyo de gobiernos que, especialmente después de la crisis ruso-ucraniana, no tienen la intención de seguir siendo víctimas de intereses geopolíticos. Parece una perspectiva difícil, pero la buena voluntad a menudo hace que incluso las cosas más complicadas sean simples. ¿Italia? Corre el riesgo de quedarse atrás y es un riesgo muy sentido por las empresas. El principal temor es que para mantener los niveles de productividad de fabricación nos referimos nuevamente a una o dos fuentes. Errores que no se deben repetir a pesar de que la industria se ha beneficiado del petróleo y el gas. El hidrógeno es ahora la base de un plan europeo que tiene como objetivo afirmar la independencia energética de los países individuales. Las tecnologías están ahí, pero también hay que armonizar las leyes y normativas nacionales, argumentan los industriales de nuestra casa. Ven en estas intervenciones el estímulo a la demanda y el crecimiento del mercado. La creación de una economía del hidrógeno, como teorizó el economista hace muchos años Jeremy Rifkin, pasa de ser una revolución en las salas de toma de decisiones donde no cambiar es ciertamente menos cansador que todo lo demás. Cuando el las ideas no son claras o tienen un ritmo lento en contraste con las declaraciones públicas es bueno consultar a aquellos que están interesados ​​en mantener puestos de trabajo y una buena rotación.

Revisión