Las condiciones del depuesto presidente de la República Árabe de Egipto, Hosni Mubarak, siguen siendo inciertas. Por un lado sus abogados declaran que está en coma total, por otro el director del hospital niega este diagnóstico. Incluso muchos egipcios no creen a los abogados y han organizado una sentada en la plaza Tahrir, el mismo lugar donde depusieron al exdictador en febrero. Los manifestantes piden que Mubarak sea trasladado a El Cairo lo antes posible y acusan a los militares de retrasar el juicio de los oficiales del antiguo régimen.
El destino de Egipto está muy ligado al futuro de la enorme fortuna de Mubarak. Si esta riqueza es confiscada por los militares, en lugar de quedar en manos de la familia del expresidente, el país podría cosechar los beneficios de convertirse en una democracia próspera. El riesgo es que de lo contrario siga teniendo un PIB per cápita de sólo $6.200, equivalente a una séptima parte del de Estados Unidos. Sin duda, una economía transparente es el primer paso hacia un crecimiento sostenible.
Hosni Mubarak tiene un patrimonio comparable al de los dos empresarios más ricos del mundo. Sin embargo, con una diferencia: es un militar. El valor de los activos del egipcio se estima entre 40 y 70 mil millones de dólares, mientras que el mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, tiene 54 mil millones, seguido de Bill Gates que tiene una fortuna de 53 mil millones de dólares. Usando su rango y poder, el ex dictador pudo invertir en sus habilidades gerenciales y pudo participar en los negocios más importantes del país. “No había necesidad de rendición de cuentas y transparencia”, dijo Amaney Jamal, profesor de la Universidad de Princeton, “él podía llegar a la esfera económica y beneficiarse de los monopolios, los sobornos, el despilfarro burocrático y el nepotismo. Era un ingreso garantizado".
En resumen, Mubarak supo usar su riqueza para su propio beneficio y esparcir su riqueza en los círculos de poder egipcios. Esta es la razón por la que logró mantenerse en el poder por más de treinta años y que explica por qué los militares prefirieron expulsarlo delicadamente en lugar de echarlo del país.
Fuentes: Las noticias diarias egipto
