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Deaglio: "Italia, menos crecimiento en 2019 y más subida del IVA"

En Milán se presentó el 23º Informe sobre la economía global y sobre Italia, editado por el economista turinés en colaboración con el centro Einaudi: “El problema de Italia fue también su recuperación incompleta. Los ingresos de ciudadanía no afectarán el consumo. La ralentización del crecimiento puede hacer necesario aumentar el IVA” – VIDEO.

Deaglio: "Italia, menos crecimiento en 2019 y más subida del IVA"

Sin recesión técnica, sino estancamiento. Esta es la predicción del profesor Mario Deaglio, quien presentó el 23ª edición del Informe sobre la economía mundial e italiana, promovida en colaboración con el centro Einaudi. Las previsiones de Deaglio también rebajan las del Gobierno, aunque resultan un poco más optimistas que las de hace poco publicado por el Banco de Italia: "En 2019 pronostico un crecimiento para Italia de entre el 0,6 y el 0,9%", por lo tanto, en cualquier caso, menos de un punto porcentual. Y no mejorará en el resto del mundo: el panorama que ofrece el Informe está inspirado en las "fracturas" de una famosa portada de The Economist sobre las tensiones globales, no solo económicas sino también políticas y sociales. “El mundo está en proceso de cambio –explica el economista–, especialmente Occidente al que pertenecemos. La fractura principal discurre a lo largo del Atlántico pero no es la única. También está la que hay entre Gran Bretaña y Europa con el Brexit, y entre Europa y Rusia, por ejemplo”. Un contexto en el que a Italia le fue peor que a otros, porque además de la desaceleración, está saliendo de un período de "recuperación inacabada".

CONTEXTO MUNDIAL

El análisis de Deaglio comienza con los principales problemas internacionales, financieros y de otro tipo. “2018 se caracterizó por varios factores negativos: la ralentización de economías como la alemana y la japonesa, o la crisis bursátil de gigantes de Internet, como Alphabet y Facebook, debida principalmente en el caso de Facebook a una ya perceptible pérdida de credibilidad y por una fuerte disminución en los nuevos usuarios y el tiempo de uso”. El Informe también señala la caída de los precios del petróleo, más de la mitad en comparación con los picos de 2012 (El Brent vale hoy menos de 60 dólares el barril, frente a los casi 130 de hace siete años), y algunas cuestiones demográficas subestimadas, que podrían agudizar los problemas medioambientales y migratorios en el futuro inmediato: el próximo año la población de India superará a la de China y en 2060 los habitantes de Nigeria solo serán más del doble que los de hoy y superarán a los de toda la Unión Europea”.

Luego, el Informe se centra en las "debilidades ocultas" de EE.UU. “EE.UU. ha crecido pero su obstinación en tener acuerdos bilaterales, en una especie de nuevo proteccionismo, es el primer factor del debilitamiento de la economía china y por ende del debilitamiento de la economía del mundo entero”. Y no es oro todo lo que reluce: en los Estados Unidos de Trump El PIB ha crecido mucho más que los salarios y los beneficios empresariales, y la deuda pública ha aumentado aún más. "Esta acción expansiva de EE. UU. - explica Deaglio - es la más débil en la historia de EE. UU., considerando todas las fases de crecimiento posteriores a la recesión o después de los conflictos mundiales". La economía se recuperó mucho más rápida y eficazmente después, por ejemplo, de la crisis de 1929 o después de la Segunda Guerra Mundial.

En Europa, en cambio, hay principalmente tres temas: la incertidumbre política, las desigualdades que han crecido en los últimos años y la crisis demográfica, con una población cada vez más envejecida. “La mitad de la población europea tiene más de 40 años. Esto significa que en las próximas décadas la población disminuirá y contribuirá cada vez menos a la inversión. El de los 40 es un umbral psicológico: primero, quien tiene la capacidad tiene mayor propensión al riesgo, a partir de los 40 tiende más a proteger lo que tiene, el ahorro toma una dimensión más defensiva y eso no ayuda al crecimiento económico”.

ITALIA

En este contexto global y europeo, Italia cierra 2018 con una clara desaceleración. Una ralentización debida a factores internacionales pero también al hecho de que la recuperación italiana "no ha sido completa, por tres razones: solo comenzó después de 2012, no ha afectado a todos los sectores (por ejemplo, la industria de la construcción todavía se está recuperando) y no ha podría haber ido acompañada de una importante expansión fiscal, como ocurrió en todos los países en el bienio 2009-2010". Entre las causas de la "recuperación inconclusa", el Informe también menciona otros dos temas: inversión insuficiente, tanto bruta como neta (esta última incluso negativa) en relación con el PIB, principalmente debido a la dificultad de atraer inversiones internacionales en Italia; la ampliación de la brecha entre el norte y el sur.

También es preocupante la situación de las finanzas públicas asociada a un crecimiento del PIB, que en 2019 se espera que se ralentice de todos modos. “La maniobra –argumenta Deaglio– apunta a una desviación del pacto de estabilidad para apoyar el consumo, en particular de los menos favorecidos. Se puede compartir el principio (en comparación con la media europea, el riesgo de pobreza en Italia no ha disminuido en la fase de recuperación tanto como en otros países), pero el método de implementación deja más que dudas, sobre todo por el deseo para establecer un nuevo y para ser implementado de nuevo, como la renta básica, en lugar de mejorar los ingresos de inclusión ya existentes. Además, el empuje del consumo será muy relativo: en nuestra opinión se mueve apenas una segunda décima, también porque el 30-40% del consumo acabará en el extranjero o en beneficio de empresas extranjeras”.

Por otro lado, el coste de la cuota 100 no se puede cuantificar: “Es difícil de estimar porque hay que ver cuántos derechohabientes se van a unir y no hay previsiones oficiales”, comenta el economista. En otras palabras, lo que pudo haber hecho la maniobra, según las consideraciones del Informe, fue concentrarse en las inversiones, en particular de infraestructura, "tanto por el retraso que tiene Italia, como por el poder de estas para extenderse a el resto de la economía. A finales de 2019, si las cuentas no cuadran –advierte Deaglio– es posible que los impuestos indirectos, es decir, el IVA, necesariamente deban aumentarse. Y esto tendrá lugar en el contexto fiscal italiano habitual, caracterizado por una carga fiscal medianamente elevada y una importante evasión fiscal. Esto hará que sea aún más difícil mejorar el sistema tributario". ¿Una posible solución? “En la era de Internet y de los intermediarios financieros informatizados -sugiere el Informe- se podrían dar dos pasos: reducir el efectivo y sustituir los impuestos sobre la renta por impuestos sobre los flujos de caja, más oportunos y seguros”.

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