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Crisis, a pequeños pasos incluso Alemania está cambiando su estrategia en defensa del euro

Los rumores a favor de un plan bazooka se multiplican y Stefan Shilbe, economista jefe de HSBC en Alemania, dice: “El BCE debería estar dispuesto a comprar bonos del gobierno en cantidades ilimitadas. Si abandonara el euro, Alemania tendría que decir adiós al progreso de los últimos 10 años” – Asmussen: “No más divisiones en el BCE” – Tranquilizando a Voth y Huther

Crisis, a pequeños pasos incluso Alemania está cambiando su estrategia en defensa del euro

"Reforzar el euro es un objetivo ambicioso pero alcanzable, que debe perseguirse paso a paso". Así lo expresó ayer Angela Merkel, al margen de la cumbre bilateral en Berlín con el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Durante meses, la canciller ha tenido que lidiar, por un lado, con las críticas procedentes del exterior, según las cuales carece del europeísmo necesario para resolver la crisis y, por otro, con las críticas internas de sus electores, según que el ejecutivo ya habría concedido demasiado a los demás Estados miembros, incluida Francia. Tras la resolución del Consejo Europeo de diciembre sobre el denominado Pacto Fiscal, la cumbre de ayer sirvió para acelerar aún más los tiempos de entrada en vigor de las medidas previstas. A finales de enero, los jefes de Estado y de Gobierno deberían firmar de hecho el tratado internacional válido para la UEM y para algunos países de la UE. Sin embargo, no existe acuerdo sobre el ámbito de aplicación de la Tasa Tobin. Aunque Merkel y Sarkozy se han vuelto a pronunciar a favor, el escepticismo en Alemania por un impuesto que desde luego no toca las raíces de la actual crisis crece día a día, especialmente en el Bundesbank. Según los medios alemanes, los liberales del FDP, aliados de la Canciller, siguen estando en contra del impuesto, aunque en realidad en mayo de 2010 el grupo parlamentario liberal votó a favor. La semana pasada el propio ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble, dijo que estaba dispuesto a aplicarlo aunque no hubiera acuerdo de sus colegas europeos. Ahora parece que la señora Merkel ha (otra vez) reconsiderado.

Sin embargo, como sugieren varios economistas alemanes en una entrevista conjunta con el semanario económico Wirtschaftswoche, la solución a la crisis pasa sobre todo por otras vías y la Tasa Tobin es un arma de distracción masiva. En primer lugar, el Pacto Fiscal no hace lo suficiente en el corto plazo. Para Stefan Schilbe, economista jefe de HSBC en Alemania, junto con las reglas de consolidación, ahora es urgente implementar un firewall capaz de resistir la onda expansiva de los próximos meses. La entrada en vigor del MEDE, el vehículo que debería ayudar a los países en dificultades a refinanciarse sin demasiadas dificultades, ya se ha adelantado a mediados de este año. Pero mientras tanto, el EFSF está luchando por despegar. Los inversores dudan acerca de las garantías no especificadas de los Estados miembros. Según el profesor Hans-Joachim Voth, también entrevistado por el semanario Wirtschaftswoche, el énfasis que se ha puesto hasta ahora en la obligación de ahorro de los países periféricos es excesivo. “Estas son medidas altamente procíclicas. No tiene sentido que Italia apruebe tal maniobra”, dijo también el socialdemócrata Peter Bofinger, uno de los cinco sabios económicos que asesoran al ejecutivo. “La única institución que puede dar una señal clara a los mercados es el BCE, que debería mostrarse dispuesto a comprar bonos del Estado en cantidades ilimitadas”, prosigue Schilbe. Una señal del hecho de que la actitud alemana está a punto de cambiar también la dan las palabras tranquilizadoras del miembro alemán recién elegido en la Eurotower, Jörg Asmussen, según las cuales el consejo de gobierno ya no debería aparecer dividido externamente. Las críticas implícitas a los furiosos ataques de los últimos meses por parte de los halcones de Weber y Stark son claras. Por su parte, Michael Hüther, director del Institut der deutschen Wirtschaft de Colonia (IW) y uno de los más acérrimos defensores de los paquetes de ahorro en los PIIGS, considera perjudicial la hipótesis de una salida griega, sobre todo para la economía alemana y para su industria de exportación. No hablemos de la idea alemana de abandonar el euro: "Deberíamos despedirnos de todos los avances de los últimos diez años", concluye Schilbe.

Giovanni Boggero escribe sobre Alemania para Il Foglio, Il Riformista y Aspenia.

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