comparte

Cine, para los amantes de la guerra aquí está "Dunkerque"

La película narra la historia de 1940: el ejército alemán invade Francia y en poco tiempo obliga a los franceses y británicos a retirarse hacia la costa atlántica, pero Hitler podría dar el golpe decisivo, permitiendo a los británicos organizar una retirada espectacular.

Cine, para los amantes de la guerra aquí está "Dunkerque"

Para los entusiastas del cine bélico, Dunkerque, que lleva unos días en los cines, es sin duda gratificante. La historia es conocida: en 1940 el ejército alemán invadió Francia y en poco tiempo obligó a franceses e ingleses a retirarse hacia la costa atlántica. Hitler podría dar el golpe decisivo y aniquilar a los aproximadamente 400 británicos que ahora se encuentran en camino pero, por cálculo político, decide ralentizar la ofensiva y así permitir que los británicos organicen una retirada espectacular. Desde un punto de vista estrictamente militar es una auténtica derrota pero, al mismo tiempo, un paso clave en la futura reorganización del ejército británico que, posteriormente, volverá a cruzar el Canal de la Mancha y derrotar a los nazis. 

La película es impecable: la reconstrucción de las escenas, de los detalles, de los hechos es convincente. Los personajes no tienen una fuerte connotación expresiva pero siempre logran transmitir la emoción de momentos muy dramáticos. Las imágenes fluyen rápidamente entre secuencias de combates aéreos, barcos que se hunden y soldados en tierra esperando para embarcar. Los planos son mayoritariamente en película de 65 mm, como tanto le gusta al director inglés Christopher Nolan, sólo para que el cromatismo de las imágenes sea extremadamente realista. Pocos efectos especiales, un poco anticuados, con muchos extras y mucho cartón. Todo ello acompañado de una banda sonora, compuesta por el alemán Hans Zimmer, que apoya muy bien el desarrollo de la película. 

"Solo somos sobrevivientes" es la frase que subraya el sentido general de la historia. Para aquellos hombres no había más remedio que confiar en la esperanza de ser rescatados en una operación naval sin precedentes. Más de 800 pequeñas embarcaciones fueron llamadas para recoger lo que quedaba del ejército británico y gracias a ellas fue posible reconstruir la estructura militar británica. En esta frase también podemos leer la lógica narrativa del director que, si bien sigue con atención los detalles históricos, parece muy atento a la fisicalidad del drama humano, tanto que los diálogos suelen reducirse a la mínima expresión.  

De una gran derrota una gran victoria es el contundente mensaje que se desprende y, de hecho, la película se cierra con las palabras de Churchill que anuncian la continuación del compromiso inglés contra los nazis. Un gran estratega vietnamita lo convirtió en dogma: garantizar la retirada. Los británicos entonces eran muy hábiles en la propaganda para ofrecer a su opinión pública una lectura positiva de una derrota inevitable. La escena en la que un soldado regresa a su patria temiendo ser considerado un cobarde en fuga encuentra en cambio una acogida victoriosa. La película tiene un precedente ilustre de 1958, en blanco y negro, firmada por Leslie Norman. 

Ya que estamos en la reapertura de la temporada de cine, recomendamos una película recién estrenada en cines: La princesa y el águila. Un documental muy sugerente, un poema en imágenes, de rara sencillez y plenitud expresiva. El gran cine, a veces, también está en este tipo de películas.

Revisión