Beijing emerge inesperadamente de la contracción. Según datos de HSBC, la manufactura china subió hasta los 50,1 puntos en agosto, tras alcanzar los 47,7 en julio, el nivel más bajo de los últimos 11 meses. Un resultado que supera las expectativas de los analistas, que esperaban una ligera mejora hasta los 48 puntos.
Todo gracias, según Bloomberg, a la demanda interna, que parece estar reaccionando bien a las medidas tomadas por el gobierno de Li Keqiang, en particular la desgravación fiscal para las pequeñas y medianas empresas y las inversiones en la red ferroviaria nacional.
Las cifras del índice de gerentes de compras de HSBC son muy cercanas a las oficiales proporcionadas por el gobierno, que colocó al sector en 50,3 en julio desde 51,1 el mes anterior. El umbral de 50 puntos es fundamental: estar por debajo significa estar en contracción, estar por encima corresponde a una fase de expansión. En detalle, todos los subíndices mejoraron, aunque el de los nuevos pedidos del exterior no cumplió con las expectativas y el del empleo creció a un ritmo más lento que el mes pasado.