M5S y Lega ya se lanzaron al ataque y piden la renuncia del ministro del Interior, Angelino Alfano, por las interceptaciones que hablan de intrigas que involucran a fixers, padre y hermano del propio Alfano, quien sin embargo no está bajo investigación. Es un grano extra para el gobierno, en el que el NCD de Alfano es el principal aliado del Pd de Renzi, que de hecho se aglutina en torno al ministro del Interior.
Pero la verdadera bala perdida no es esta, sino la rama de 8 senadores de Ncd (pero de momento hay 4 determinados, incluido el inmaculado Formigoni)) que, en desacuerdo con Alfano, piensan volver cuanto antes entre los brazos de Silvio Berlusconi recorriendo el camino ya recorrido en los últimos meses por Nunzia De Girolamo. Si así fuera, el Gobierno entraría en crisis porque probablemente ya no tendría mayoría en el Senado. El sueño de la oposición de derecha e izquierda no es ir a elecciones anticipadas, como advierte Renzi en caso de dimisión, sino dar lugar a un gobierno de propósito, apoyado por Forza Italia, Lega, Fratelli d'Italia, centristas, minoría Pd, con el objetivo de socavar al primer ministro y cambiar la ley electoral.
Los conspiradores probablemente no se den cuenta de que ya no estamos en los tiempos de la Primera República y que la caída de Renzi acabaría con la credibilidad internacional de Italia, haría volar el diferencial e induciría a los mercados financieros a golpear a Italia y sus bonos del gobierno.
Pero de todos modos: la prueba de fuego se espera para la próxima semana cuando se convoque a la asamblea del Senado a votar la reforma de los presupuestos de las corporaciones locales, que requiere una difícil mayoría de 161 escaños. ¿Será? Si no existe, será una crisis de gobierno en un verano que ya promete ser caliente para los bancos, para la bolsa y para las infinitas tensiones internacionales que, como suele ocurrir, hacen que el mes de julio sea nada menos que caliente.