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Facturas caras y falta de estrategia energética nacional: el cambio es posible

AVANCES EN LA GESTIÓN DE UTILITIES, revista de Andrea Gilardoni – Factura de energía cada vez más cara para empresas y hogares: según estimaciones superará los 10 mil millones en 2012 – ¿Las razones? El componente "verde" del coste de la energía pero también las reducciones para los grandes consumidores - ¿Las soluciones? Facturas de servicios públicos separadas e impuestos generales

La factura energética de las empresas y los hogares italianos es cada vez más cara, con graves repercusiones en la competitividad del sistema empresarial y en el nivel de vida de las personas. Entre los principales "acusadores" de este crecimiento está el componente A3 de las facturas de electricidad, que está literalmente explotando (GSE estima que superará los 10,4 millones en 2012).

En resumen, El componente "verde" del coste de la energía asume cada vez más una gran importancia, lo que se acentúa aún más por la forma en que este rubro acaba afectando a las familias y en particular a las pymes. Pero ciertamente el problema no termina ahí. A esta dinámica a la que hay que añadir una serie de reducciones de costes reservadas a los grandes consumidores, que son pagadas por quienes no son grandes operadores:
servicio interrumpible (según la ley 99/09 para las últimas cesiones, en realidad es un beneficio que disfrutan desde hace tiempo): retribución de 150.000 €/MW/año contra la voluntad de reducir instantáneamente la carga. El coste de la subvención para la comunidad es de 500-550 millones de euros. El descuento al cliente es de entre 10 y 20 euros/MWh frente a un coste energético de unos 75-80 euros/MWh;
servicio de reducción de retiro instantáneo (ex decreto ley 3/2010). Esta es la medida pro-Alcoa de la que también se benefician otros grandes clientes de las islas mayores: la retribución igual a 300.000 €/MW/año contra la voluntad de reducir instantáneamente la carga. El descuento para el cliente es de hasta 40 euros/MWh y no es acumulable con interrumpibilidad e importación virtual. El coste de la subvención en la factura de los consumidores es de aproximadamente 160 millones de euros;
exención de gastos de envío (ley 99/09 art. 30.19): reservada para clientes con potencia interrumpible > 40 MW. El descuento para el cliente está entre 3 y 6 euros/MWh y se puede combinar con interrumpibilidad e importación virtual. El coste de la subvención para los consumidores está entre 100-150 millones de euros;
importación virtual (ley 99/09 art. 32.6): introducida para incentivar la creación de interconectores por parte de los clientes finales por un total de 2500 MW, permite a los cesionarios beneficiarse del precio de un contrato extranjero gracias a la intermediación de un cargador. La ventaja es igual a la diferencia entre el precio extranjero y el precio italiano, reducida por una tasa. El descuento para el cliente ronda los 10 euros/MWh (hasta un máximo de 14 a precios actuales) y se puede combinar con interrumpibilidad e importación virtual. El coste de la subvención para los consumidores ronda los 330 millones de euros;
exención de cargos del sistema (Disposiciones para la determinación de las tarifas de la Autoridad de Energía y Gas) sobre el consumo mensual de energía superior a 12 GWh. El coste de la subvención para la comunidad ronda los 300-400 millones de euros. El descuento para el cliente, para un gran consumidor de energía, es de hasta 15 euros/MWh y se puede combinar con todos los demás beneficios.

Además, a estos costes "explícitos" -aunque habitualmente desconocidos para el ciudadano- hay que sumar los costes de transporte y despacho, cuadruplicados (!!!!!) de 2004 a 2012 de 4,51 a 16,40 euros/MWh para carga base de media tensión usuarios

Las razones de este aumento son múltiples, pero me parece importante subrayar aquí dos de ellas:
la remuneración pagada a Terna por inversiones en la red. De hecho, si bien el importante papel desempeñado por Terna en el desarrollo de la infraestructura es indiscutible, parece posible cierto alivio tanto en referencia a la remuneración pagada a estas inversiones (equivalente al 6,9%) en el período regulatorio anterior 2008-2010 – años -no olvidemos los bajísimos tipos de interés- y a la parte significativa por la que se solicitó una retribución extra en el mismo período (un aumento adicional del 3% de la retribución básica) reservada para inversiones estratégicas (aproximadamente 1.940 millones de euros de 3.000 millones , según informa la Aeeg, habiéndose calificado por tanto 2/3 de las obras como estratégicas…).
el aumento de los cargos relacionados con el mantenimiento y el equilibrio del sistema, debido a las peculiares características de las fuentes renovables, y en particular a su discontinuidad y no programabilidad en ausencia de intervenciones específicas dedicadas a ello. Sin entrar en demasiados detalles técnicos, pueden bastar algunos ejemplos para dar una idea del problema: el verano pasado, durante periodos bastante largos, en algunas zonas del país, la demanda de energía eléctrica durante el día fue cubierta en su totalidad por renovables. producción (en particular fotovoltaica), con prioridad de despacho, que por supuesto se perdió casi en su totalidad al caer la noche, debiendo por tanto ser reemplazada muy repentinamente por la producción térmica tradicional.

Por lo que durante el día las termoeléctricas se mantenían al mínimo técnico para luego poder suministrar la energía necesaria durante la tarde/noche. Con la consecuencia de que, en el período anterior, se pudo notar un fuerte aumento en el precio de la energía nocturna (de fuentes tradicionales): en cambio, si trabajo algunas horas al día, el punto de equilibrio hay que hacerlo en esas horas…. Pero igualmente, la falta de programabilidad de las renovables (¿mañana hará sol? ¿No soplará ni poco ni demasiado fuerte el viento?) hace que el productor no "reserve" el día anterior para introducir la energía en red. En ausencia de esta producción, el sujeto responsable del equilibrio del mercado "reservará" a un productor tradicional, y como el orden de mérito parte del más eficiente y va subiendo, terminará siendo "llamado" productor más caro. , que será entonces el que determinará el precio para todos (precio marginal del sistema). Si al día siguiente sale el sol, el productor renovable inyectará a la red (prioridad de despacho), pero habrá más energía de la necesaria y por tanto no se utilizará toda, pero seguro que se pagará toda, y al menos un precio más caro para el sistema…. Y podríamos continuar….

¿Cómo llegamos aquí y qué hacer? Las razones son ciertamente múltiples y se remontan a elecciones de largo plazo de nuestro país. Ciertamente, sin embargo, en lo que respecta a los últimos años, estamos pagando la ausencia de una estrategia energética nacional global: cuando, pocos días después de la victoria electoral del gobierno de Berlusconi en 2008, el Ministro Scajola se presentó en la reunión anual de Confindustria y anunció el regreso de Italia a la energía nuclear, prometiendo poner la primera piedra de una nueva planta al final de la legislatura e implicando un modelo de producción de energía para el futuro compuesto por un 25% renovables, un 25% nuclear, un 50% combustibles fósiles. ciertamente no podía predecir la solicitud de un referéndum o el resultado del referéndum.

Pero inmediatamente quedó claro cómo el Gobierno -totalmente legítimo- había decidido hacer de la energía nuclear una bandera, un símbolo de su capacidad de "hacer": y, para ello, bastaba la consigna 25+25+50. Pero entonces, frente a la consigna, era necesario dar algunos pasos adelante… Y en cambio, aunque el artículo 7 de la ley n. 133 de 2008 dispuso una resolución emitida por el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro de Desarrollo Económico, que definió la estrategia energética nacional, con el fin de señalar las prioridades de corto y largo plazo para nuestro país, los años han pasado sin pasos significativos en este sentido, aunque ciertamente no faltan disposiciones específicas. Pero, ¿era concebible pensar en poder esbozar una estrategia compleja como la energética a partir de un eslogan o no hubiera sido mejor que la discusión sobre el mérito de las medidas se hubiera producido aguas abajo de un amplio y enfoque articulado de los problemas energéticos de nuestro país? Básicamente: ¿tenía sentido pensar en partes? Por otro lado, no hubiera sido imprescindible partir de una consulta pública real entre ciudadanos, operadores y asociaciones para construir una perspectiva global consciente, que combinara las opciones relativas al mix productivo con las relativas al desarrollo de las infraestructuras de transporte. y distribución? ¿Qué marco de referencia se ha dado a los operadores e inversores para organizar sus elecciones estratégicas? Y si uno de los motivos de la vuelta a la energía nuclear fue la seguridad energética, la reciente "explosión" de gas no convencional en países de bajo riesgo geopolítico, no debería al menos obligarnos a reflexionar más profundamente sobre uno de los ( fundado) supuestos de la elección nuclear, es decir, la necesidad de reducir la dependencia energética en áreas del globo "en riesgo"? Todo esto confirma la impresión de que, más allá de las elecciones puntuales sobre el fondo, se ha perdido mucho tiempo útil en los últimos años -por parte del gobierno de centro-derecha- en perseguir con anuncios continuos opciones más ideológicas y de "bandera". que la sustancia real, desaprovechando en cambio la oportunidad de afrontar problemas como los relativos a los incentivos a la fotovoltaica de forma previsora, lo que ciertamente permitió en una primera fase recuperar el atraso culpable de nuestro país en este frente, pero que luego, al menos en parte, degeneró en un fenómeno puramente especulativo y financiero, no ha producido una verdadera cadena industrial nacional y ahora corre el riesgo de haber hipotecado todos los recursos disponibles, sustrayéndolos a la electricidad renovable distinta de la fotovoltaica, la térmica y la eficiencia energética. .

¿Qué hacer en este punto? Sin pretensiones de exhaustividad ni exhaustividad, queremos enumerar a continuación algunas posibles “líneas de intervención” sobre las que estimular la reflexión y la toma de decisiones, en un marco orgánico que el país lleva demasiado tiempo esperando:
- es es urgente abrir una discusión sobre lo que entra en el proyecto de ley y lo que entra en los impuestos generales (obviamente si la coyuntura económica lo permite): partidas como los regímenes tarifarios especiales de los ferrocarriles u otros de carácter más genérico deberían en efecto traspasarse a los Presupuestos Generales del Estado. Pero del mismo modo habría que abordar el tema del "impuesto sobre el impuesto", que caracteriza, por ejemplo, al gas metano, para el que se prevé el cálculo del IVA sobre los impuestos especiales, lo que dota al Estado de una ingresos extraordinarios superiores al 6% (que constituyen aproximadamente el 30% de la base imponible incluida la sobretasa regional a favor de las regiones que lo soliciten) las cantidades adeudadas, está obligada a pagar el impuesto, sin posibilidad de recurso;
- Como consecuencia, decidir quién paga y quién no en la factura. Se trata de reelaborar los actuales esquemas de incentivos activando un camino lógico correcto, que ante todo prevea la identificación de prioridades de política industrial para el país (tales como sectores básicos, intensivos y no intensivos en energía, relevantes para la competitividad del sistema, así como especialmente expuesto a la competencia internacional), a los que se pueden otorgar concesiones, con una selección basada en el mérito que, por lo tanto, se basa en opciones estratégicas prospectivas, superando los criterios actuales, que con demasiada frecuencia son meramente cuantitativos;
pedir a los productores de energías renovables que asuman los costes de equilibrar el sistema, dotándose (individualmente, en forma asociada o pagando a terceros) de las estructuras de acumulación necesarias, de manera de suministrar energía con continuidad y previsibilidad en el transcurso de 24 horas. Acumulaciones que, por otra parte, de ser elaboradas por Terna o Enel Distribuzione irían necesariamente a parar a la factura, y por tanto las pagarían de nuevo mayoritariamente familias y pymes;
impulsar el desarrollo de la generación distribuida de alta eficiencia (para minimizar los costes de producción), identificando un nuevo paradigma de sistema eléctrico que va más allá del modelo de producción centralizado y los consiguientes costes de infraestructura, permitiendo reducir progresivamente los costes de transporte, despacho y balance. En este sentido, la Autoridad de Competencia y Mercados (reclamación AS898) ha manifestado, entre otras cosas, recientemente que "la falta de desarrollo de redes privadas -al servicio no sólo de empresas industriales, sino también comerciales y de servicios, tal y como prevé el artículo 28 de la Directiva 2009/72/CE- podría traducirse por un lado en una reducción de las oportunidades de crecimiento en la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables y en la cogeneración de alta eficiencia -que por tanto se limitaría al autoabastecimiento y a las plantas que alimentan la energía producida- a la red pública- y, por otro lado, en menor competencia con los operadores de las redes públicas de transporte y distribución e, indirectamente, con los propietarios de las grandes plantas de generación que inyectan la energía producida a la red pública. En cuanto a los operadores de las redes públicas de transporte y distribución, en efecto, dado que sus ingresos son proporcionales a la energía que pasa por estas redes, la amenaza de reducción de la demanda por el desarrollo de los Sistemas Cerrados de Distribución constituye un poderoso incentivar la gestión eficiente de estas redes públicas, con el fin de reducir los costes de transmisión y despacho y, por tanto, la conveniencia de adoptar soluciones de planta basadas en redes privadas”. Esta posición nos lleva a pensar que el impago de las tarifas de red por parte de los usuarios pertenecientes a los sistemas de usuarios no debería traducirse necesariamente en un aumento de las tarifas de red para los usuarios fuera de los sistemas de usuarios, ya que esta pérdida de ingresos podría/debería seguir siendo responsabilidad del operadores de red y constituyen un motor para que los mismos operadores de red mejoren la eficiencia de sus actividades sin ningún coste adicional en la factura y para el consumidor final, ya sea doméstico o industrial.
acelerar las inversiones de interconexión con otros países europeos, con el fin de potenciar las peculiaridades del mix productivo y en consecuencia también la eficiencia y flexibilidad de nuestra flota de ciclos combinados, que se presta bien para modular las producciones más rígidas de otros países. Realmente es imposible pensar en construir una política energética que vaya más allá del ámbito nacional, que integre los sistemas energéticos continentales y que logre la interconexión de todo el espacio mediterráneo (incluido el norte de África para interceptar las plantas del futuro proyecto Desertec, si es que se implementa realmente a un costo competitivo)? Esto permitiría realizar una "división del trabajo" entre los distintos países, que potencie las especificidades, las competencias, las historias industriales, por ejemplo concentrando la energía eólica en el norte de Europa, donde los vientos son fuertes y constantes, y el fondo del mar es someros para el off-shore, utilizando carbón alemán, además de la energía nuclear francesa, para hacer producción de carga base para toda Europa, y ciclos combinados italianos para la modulación del suministro. Esta fascinante hipótesis, sin embargo, necesita la construcción de un sistema europeo que supere el egoísmo nacional y la lógica según la cual cada país debe tener su propio campeón nacional, e inversiones muy importantes en redes de transmisión nacionales y transnacionales, que superen los cuellos de botella existentes, que surgen de la historia y la lógica nacionales, pero también son funcionales –es necesario saberlo– para arbitrar y posicionar las rentas de los distintos productores (a menudo precisamente los "campeones nacionales").

Se trata pues, en esencia, de recuperar estructuras, equilibrios, rentas de posición, hacer el esfuerzo de identificar un modelo sostenible para los próximos años, allá donde la sostenibilidad se interpreta en su sentido ambiental pero también económico, de forma que permita el mantenimiento y -si es posible el desarrollo- de una presencia industrial cualificada en nuestro país, en consonancia con su historia. El gobierno de Monti ha mostrado recientemente que quiere "tomar los cuernos" del tema de la liberalización del suministro de gas (a través de la separación de la propiedad de Snam de Eni), quizás el "partido de electricidad" podría ser el próximo desafío. Es la esperanza del escritor.

El artículo aparecerá en la versión completa en Gestión de servicios públicos (www.magazine-utilities.com), la revista fundada y dirigida por el prof. Andrea Gilardoni de Bocconi.

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