comparte

Alcachofa de Paestum IPG, precoz y versátil, anuncia la primavera en la cocina

Son los primeros en aparecer en el mercado. Muy tiernos, se pueden comer crudos manteniendo todas sus propiedades beneficiosas para el organismo. En Semana Santa, la tradición quiere que se cocinen directamente a la parrilla. Pero también hay otras recetas locales.

Alcachofa de Paestum IPG, precoz y versátil, anuncia la primavera en la cocina

Su Apareció en el siglo XIX en la época de los Borbones. Algunos campesinos de Campania trajeron al campo de Capaccio, en el llanura dominada por los templos de Paestum, que disfruta de un increíble microclima, protegido por las montañas y al mismo tiempo beneficiándose de los efectos templados del mar de Cilento, un clima típicamente mediterráneo, con inviernos templados y lluviosos y veranos cálidos y secos, i primer “carducci” de alcachofa Quien se instaló de inmediato encontrando un clima ideal.

Pero la verdadera difusión de la alcachofa en el valle del Sele data de alrededor de 1930 gracias a las obras de recuperación de tierras y de transformación agrícola propiciadas por la reforma agraria. Bruni habló extensamente de ella en 1960, describiendo la difusión e importancia para las poblaciones campesinas de la era del cultivo de la alcachofa, refiriéndose a un ecotipo derivado de la alcachofa de Castellammare equiparable a la alcachofa romana.

Lo cierto es que los carducci de aquellos granjeros napolitanos hoy tienen un nombre respetable: Alcachofa de Paestum IGP también conocido como Tondo de Paestum, que se caracteriza por no tener espinas, por tener una estructura muy tierna, al punto que también se puede comer crudo, y por tener un sabor agradable y delicado que lo hace versátil en la cocina.

Sus características son el resultado de una cuidadosa y laboriosa técnica de cultivo que los operadores agrícolas de la llanura de Sele han perfeccionado durante décadas. La ternura que se deriva del clima fresco y las abundantes lluvias que caen durante el largo período de producción que va de febrero a mayo hace que la Alcachofa de Paestum IGP sea excelente para comer cruda sazonada con aceite y limón pero también polivalente protagonista sobre la mesa de varias recetas de la gastronomía local: como el pizza con alcachofas, crema de alcachofas para untar sobre pan tostado, la pastel de alcachofas, también se usa rebozados y fritos. ,

Siendo uno calidad muy temprana su triunfo es en Semana Santa: es una presencia recurrente en comidas familiares o salidas al aire libre cuando, rellena con ajo, perejil, sal y pimienta, se colocado directamente sobre las brasas para cocinar rociados con un chorrito de aceite y tapados con un paño húmedo o papel de paja mojado. El humo resultante desprende extraordinarios aromas ahumados en el entorno, no solo para quienes los consumen sino también para quienes transitan por la zona.. Imposible de resistir.

La zona de producción de la Alcachofa de Paestum IGP, reconocida con reglamento comunitario en 2004, se concentra en la llanura de Sele en la provincia de Salerno y más precisamente en los municipios de Agropoli Albanella Altavilla Silentina Battipaglia Bellizzi, Capaccio Cicereale Eboli, Giungano, Montecorvino, Pugliano, Ogliastro, Pontecagnano, Faiano y Serre.

Sus características son el resultado de una cuidadosa y laboriosa técnica de cultivo que los operadores agrícolas de la llanura de Sele han perfeccionado durante décadas. En primer lugar, es importante el clima fresco y lluvioso, durante el largo período de producción que va de febrero a mayo, que caracteriza a esta zona y le da a la alcachofa su ternura típica y su sabor muy delicado.

Más allá de su extraordinario sabor, hablar de las propiedades beneficiosas de la alcachofa de Paestum o de la alcachofa en general equivale a abrir un libro de medicina.

Desde la web de Humanitas Care nos enteramos de que la alcachofa La alcachofa favorece el bien función intestinal, reduce el riesgo de cáncer de colon al aportar una buena cantidad de fibras que, junto con la cinerina, principio activo que sin embargo se reduce con la cocción, y las lactonas sesquiterpenas, también ayudan a reducir los niveles de colesterol en la sangre. La alcachofa es también una fuente de moléculas caracterizadas por propiedades antioxidantes que ayudan a defender el organismo de la acción de los radicales libres y las vitaminas B, importantes para el buen funcionamiento del metabolismo.

En concreto, la vitamina B9 (aportada por la alcachofa en forma de folato) favorece el correcto desarrollo del sistema nervioso en las primeras etapas del embarazo. La vitamina K, por otro lado, es útil para salud ósea y cerebral, el potasio protege el salud cardiovascular, el cobre y el hierro son importantes para producción de glóbulos rojos.

Y eso no es todo porque la alcachofa también contiene alfa caroteno, luteína y zeaxantina, silimarina, ácido cafeico y ácido ferúlico. Los fanáticos de las vitaminas y los minerales lo encontrarán en mucha vitamina A, manganeso, cobre, selenio, magnesio, calcio, hierro, ácido fólico, potasio, fósforo de sodio. Como decir un poco de todas esas sustancias que buscamos suplementos farmaceuticos caros cultivar nuestro cuerpo que, al revés, en la alcachofa encontramos en el estado natural.

En definitiva, la alcachofa además de ser una delicia para nuestro paladar es una auténtica panacea para muchos problemas de nuestro organismo y por ello merece la pena consumir grandes cantidades sobre todo en esta época del año.

Revisión