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Calciopoli, ¿cómo acabará el choque Juve-Inter por el Scudetto 2006? Cinco escenarios para el 18 de julio

por Federico Bertone - El 18 de julio será el Día D del fútbol italiano - La FIGC debe decidir si confirma la cesión del scudetto de 2006 al Inter o lo revoca, como pide la Juve - Las nuevas intercepciones también han puesto en problemas a los nerazzurri - El veredicto es difícil pero enterrar la cabeza en la arena llevaría el fútbol al caos

Y ahora, ¿qué hacer? La pregunta lleva días atormentando a todos los aficionados al fútbol italiano (especialmente a los del Inter y la Juventus), pero sobre todo al presidente de la FIGC, Giancarlo Abete. De hecho, será él, junto a los 24 consejeros federales (los presidentes del sector juvenil escolar Gianni Rivera y del sector técnico Roberto Baggio no tienen derecho a voto) quienes deberán decidir qué hacer el próximo 18 de julio. Ese lunes en Roma, que imaginamos tan caluroso y bochornoso como siempre, será un día decisivo en la historia del fútbol italiano, pase lo que pase. Porque, si es cierto que el Consejo Federal también podría reservarse el derecho a no decidir, también lo es que ello llevaría a posiciones sensacionalistas de la Juventus.

Andrea Agnelli, quien presentó una denuncia el 10 de mayo de 2010 por la revocación del campeonato de 2006, fue muy claro: “Solo tengo una duda – declaró el miércoles al margen de la presentación de las nuevas camisetas blanquinegros – Yo' Tengo miedo de que decidamos no decidir. Y hacerlo, en uno de los momentos más bajos de la historia del fútbol italiano, sería perjudicial para la credibilidad de todo el sistema. Pero quiero respeto: tenemos los medios, las habilidades y el conocimiento para movernos incluso fuera del ámbito de la justicia deportiva". Es decir, si el 18 de julio no se llegaba a ninguna decisión, o peor aún, todo acababa en tarallucci y vino, la Juventus acudiría a la justicia ordinaria, desencadenando con toda probabilidad un auténtico caos. ¿A qué podría conducir un movimiento como este? ¿Suspensión de los campeonatos? ¿Nuevos procesos? Desde luego nada positivo para el fútbol italiano, que, esta vez, no tendría el escudo del Mundial que lo salvó en 2006. ¿Recuerda el ambiente de justicialismo de aquel verano? Alguien incluso propuso parar el fútbol indefinidamente.

Entonces Marcello Lippi (el que según algunos políticos ni siquiera debería haberse ido a Alemania, dada la implicación de su hijo Davide, posteriormente absuelto, en la investigación relativa a GEA World) le dio a toda Italia el techo del mundo tras 24 años de espera. Allí quedó claro para todos que el proceso deportivo sería rápido y sumario: ¡ay de quitarle al pueblo su juguete favorito (el fútbol), el arma más eficaz de distracción masiva, al menos en el maletero. Las solicitudes que presentó Stefano Palazzi el 4 de julio de 2006 fueron muy duras: para la Juventus, exclusión de la liga que le corresponde (Serie A) y asignación a una categoría inferior a la Serie B (por lo tanto también C2) con 6 puntos de penalización, revocación de el Scudetto 2004 -2005, no entrega del Scudetto 2005-2006.

Para Lazio y Fiorentina descenso a Serie B con 15 puntos de penalización, para Milán descenso a la misma serie con 3 puntos de penalización. Luego, el 8 de agosto, siguiendo una segunda línea de investigaciones, Palazzi pidió el descenso a la Serie B con 15 puntos de penalización también para el Reggina y el descenso a la Serie C1 (todavía no había nacido la Lega Pro) para el Arezzo, con 3 puntos de penalización. Sin embargo, las sentencias fueron de un tenor mucho más ligero: tomando en consideración únicamente las definitivas dictadas el 26 de octubre de 2006 por el arbitraje del CONI, el único que sufrió un descenso fue la Juventus (con 9 puntos de penalización frente a los 30 iniciales), que ambos también se revocaron los campeonatos 2004 – 05 y 2005 – 06. Lazio y Fiorentina, que en primera instancia habían descendido a B respectivamente con 7 y 12 puntos de penalización, vieron en cambio confirmada la Serie A (ya obtenida en Apelación del 25 de julio de 2006 ) con 3 (!) y 15 puntos de penalización. 11 puntos a descontar para Reggina (obviamente en Serie A) y 6 para Arezzo (en B). El Milan se salió con 8 puntos para estar servido en la máxima categoría y pudo participar en la Champions League (que luego ganó). Luego hubo varias inhabilitaciones para los ejecutivos involucrados, desde Luciano Moggi hasta Antonio Giraudo (para ambos 5 años más una propuesta de expulsión, obtenida el pasado 15 de junio), de los hermanos Andrea y Diego Della Valle (respectivamente 1 año y 1 mes y 8 meses de inhabilitación), a los jugadores del Milán Leonardo Meani y Adriano Galliani (2 años y 3 meses y 5 meses de inhabilitación) de Claudio Lotito de Lazio (4 meses) a Pasquale Foti de Reggio (1 año y 1 mes). Pagaron también una fuerte factura el vicepresidente federal Innocenzo Mazzini (5 años con propuesta de expulsión, también obtenida aquí), el designador arbitral de la época Pierluigi Pairetto (2 años y 6 meses de inhabilitación), el árbitro Massimo De Santis (4 años de inhabilitación), mientras que el otro designador de la AIA, Paolo Bergamo (no juzgado porque renunció el año anterior) y el presidente de la FIGC, Franco Carraro (absuelto), se salieron con la suya.

En resumen, un verdadero terremoto, aunque el choque más fuerte golpeó sobre todo a la Juventus y sus 2 ejecutivos clave. En toda esta vorágine de nombres y números (necesario recordar bien una historia sobre la que hoy, por desgracia, muchos escriben imprecisiones) no hay ni una línea sobre el Inter. Sí, porque en el verano de 2006 los nerazzurri no se vieron afectados en lo más mínimo por el Calciopoli, al contrario, sin duda se beneficiaron de él. El 26 de julio, 24 horas después de las sentencias de apelación, Guido Rossi (entonces comisario extraordinario de la FIGC) y los llamados "3 sabios" (Gerhard Aigner, exsecretario general de la UEFA, Massimo Coccia, abogado y experto en derecho deportivo y Roberto Pardolesi, Ordinario de derecho privado comparado) tomó una decisión destinada a trastornar el equilibrio de nuestro fútbol. El Scudetto 2005-06 (temporada que, cabe recordar, no se ve afectada por ninguna intercepción), aún vacante, fue adjudicado al Inter. El comunicado emitido a continuación dice que "El Comisionado Extraordinario decidió ceñirse a las conclusiones del dictamen y que no existen razones para la adopción de medidas para no asignar el título de Campeón de Italia para el campeonato 2005-2006 al primer clasificado". equipo siguiendo el resultado de los procedimientos disciplinarios”.

Por lo tanto, Juventus y Milan fueron descalificados (primero y segundo en el campo con 91 y 88 puntos respectivamente), el título se lo dio Inter (tercero clasificado con 76 puntos), actualmente sin ninguna mancha. Nunca ha faltado la polémica por un Scudetto que, desde el primer momento, fue definido como "cartón" por toda la afición antiinterista en Italia. Por el contrario, Massimo Moratti siempre lo ha considerado el buque insignia de su gestión, la compensación por muchos años de abusos arbitrales. Pero la marea cambió en abril del año pasado, cuando la defensa de Luciano Moggi presentó algunas interceptaciones inéditas sobre el Inter, su actual presidente Massimo Moratti y el entonces presidente Giacinto Facchetti, con Paolo Bergamo. El resto es historia reciente, con el informe de Stefano Palazzi del lunes 4 de julio. El fiscal federal escribió, en las 24 páginas relativas al Inter, que los nerazzurri, si los delitos no hubieran prescrito, tendrían una responsabilidad "dirigida a asegurar una ventaja en la clasificación a favor del Internazionale, condicionando el funcionamiento regular del arbitraje". y la vulneración de los principios de alteridad, imparcialidad, imparcialidad e independencia en contravención del anteriormente aplicable artículo 6 del código de justicia vigente en ese momento y ahora sustituido por el artículo 9″. Para el Inter, según Palazzi, "responsabilidad directa y presunta", del presidente Moratti, sin embargo, el punto planteado es la violación del artículo 1. Acusaciones muy graves, que más allá de la prescripción (que imposibilita que los nerazzurri se involucren en Calciopoli) empañan gravemente la imagen inmaculada (¿recuerdan el esmoquin blanco de Materazzi?) hasta ahora saludada desde los tejados por los vigentes campeones del mundo. Más allá de los aspectos jurídicos, aquí surge un gran problema ético, que corre el riesgo de destruir la poca credibilidad que le queda a nuestro fútbol.

A la luz de las intercepciones de Facchetti, ¿cómo podemos seguir justificando la concesión del Scudetto de 2006 al Inter? Eliminarlo, sin embargo, llevaría a posturas muy duras por parte de Massimo Moratti, quien podría (como Agnelli) acudir a la justicia ordinaria por daños y perjuicios. Es por eso que el próximo 18 de julio, cualquier decisión que tomen los 25 miembros del consejo (incluso la no decisión) corre el grave riesgo de arruinar el banco. Hay 5 escenarios posibles, todos con sus contraindicaciones. El primero vería al Inter confirmando el Scudetto, lo que enojaría mucho a Andrea Agnelli, el segundo aún le daría el título a los nerazzurri, pero con censura. Una buena manera de lavarse las manos. La tercera, sin duda la que más ruido haría, daría lugar a la revocación de la tricolor, desatando un revuelo sin precedentes. Los escenarios 4 y 5, en cambio, serían los más apreciados por el Consejo (pero no por su presidente Abete) porque le pasarían la pelota a otro: la sobreseimiento por incompetencia, con el consiguiente traspaso de la decisión a otro cargo, o, peor aún, el aplazamiento de la decisión dejaría respirar a los dirigentes federales, pero desataría la ira de los hinchas de toda Italia. En primer lugar los jugadores de la Juventus, que esperan una respuesta desde hace 12 meses (!), pero también los hinchas del Inter, que no verían reconocido lo que, según ellos, es un derecho adquirido con el tiempo. Los "neutrales" en cambio (es decir, todos los hinchas de los demás equipos) abrían los ojos como platos y se preguntaban en voz alta: pero, con estas premisas, ¿qué tipo de campeonato será el próximo?

El caos es pues total, también porque no hay reglas precisas en este sentido, y el riesgo muy concreto es que los buenos abogados puedan arrastrar para siempre esta desagradable historia. Por lo tanto, una decisión rápida y precisa, aunque incómoda, sería mejor que una retirada más. A ustedes, consejeros federales, la ardua sentencia, esperando, independientemente de la fe futbolística, que no se repita el bochornoso lío de 2006.

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