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Fútbol, ​​el marcador de 2015: la reina siempre es la Juventus

El año natural que llega a su fin ha estado dominado en Italia por el club blanquinegro: campeón de Italia, subcampeón de Europa y ganador de la Supercopa de Italia -el equipo de Allegri es también el que más puntos ha sumado en la Serie A, también contando esta temporada y está en los octavos de final de la Liga de Campeones – Inter y Napoli lo hacen bien, Milan desastre.

Fútbol, ​​el marcador de 2015: la reina siempre es la Juventus

JUVENTUS 9

Un año casi perfecto. El "casi" está ligado a la Champions League, que se desvaneció en la final de Berlín ante el Barcelona. De haber llegado eso también, estaríamos hablando de un 2015 extraordinario, el mejor de la historia en blanco y negro, pero aun así, hay poco de qué quejarse. Scudetto (el 4º consecutivo), Coppa Italia y Supercoppa Italiana son suficientes y avanzan, además con la conciencia de poder volver a intentar ganar. El difícil comienzo se solucionó con un paseo muy importante y ahora el clima ha vuelto a la serenidad: el primer puesto está a sólo 3 puntos y la segunda vuelta de la Champions League es un objetivo cumplido. En resumen, una dama ascendida con la máxima puntuación, y ahora solo faltan elogios.

INTER 6,5

Nota media entre 5 en la primera mitad y 8 en la segunda. Surge una suficiencia plena que, evidentemente, podrá crecer (y bastante) si la temporada sigue en la misma onda. El 2015 del Inter se parte exactamente en dos. Los primeros meses fueron muy difíciles y sancionaron el fracaso de la primera gestión de Thohir, una vez más fuera de la Europa que cuenta. Pero entonces Roberto Mancini, ayudado por una gestión discreta pero muy activa, puso patas arriba al equipo y, en consecuencia, llegaron los resultados. Nadie hubiera imaginado un Inter antes de Navidad y los juicios no pueden cambiar solo por la última derrota ante la Lazio. Los nerazzurri han vuelto a competir por la cima y esto, en sí mismo, ya es una victoria.

NAPLES 6,5

Aquí también, como en el caso del Inter, estamos ante un año muy contradictorio. Imposible ascender al Nápoles visto de enero a junio: quinto en Liga (y por tanto fuera de la zona de Champions), eliminado por el Dnipro en la Europa League y por la Lazio en la Copa de Italia. Resultados negativos, que arrasaron con el proyecto de Benítez que prometía mucho y se quedaba con muy poco. Pero luego llegó Sarri y aquí los escenarios cambiaron drásticamente. Tras algunos problemas iniciales, el extécnico del Empoli dejó su huella, convirtiendo al discontinuo equipo español en una máquina muy interesante, quizás la mejor vista hasta el momento. Nadie en Italia juega un fútbol más hermoso que Napoli y nadie tiene un delantero más fuerte que Gonzalo Higuaín. Las únicas dudas se refieren a la corta plantilla y la falta de costumbre en la punta: De Laurentiis puede remediar la primera, la segunda solo un gran trabajo de equipo, obviamente dirigido por Sarri.

LACIO 5,5

Cómo frustrar un trabajo extraordinario en poco tiempo. Ya lo habíamos anunciado en verano: este equipo de la Lazio no convencía. Un solo refuerzo (Milinkovic-Savic, los demás no son reseñables) y mucha, mucha confusión, empezando por la elección del capitán (el vestuario quería a Candreva, el club eligió a Biglia) y el mercado de fichajes se mueve. Alguien quería irse (el propio Biglia) y en cambio se vio obligado a quedarse, con el resultado de que el rendimiento ha bajado significativamente: que levante la mano quien, en retrospectiva, no hubiera aceptado los 70 millones del Manchester United por Felipe Anderson... La Champions League con La dificultad (y sensacional) conquistada en el último campeonato se desvaneció ya en el preliminar de verano y los objetivos de la temporada, a la luz del actual 10º puesto, deben revisarse a la baja. Es una pena, porque la Lazio había estado espectacular en los primeros meses del año. Sin embargo, las bodas no siempre se pueden hacer con higos secos: Pioli y Tare lo saben bien y gustan a todos los aficionados. Esperemos que Lotito también entienda esto, antes de que el juguete se rompa de verdad.

ROMA 5

Medio voto más por la clasificación para los octavos de final de la Champions League, aunque la forma en que llegó no hace más que confirmar la insuficiencia. Roma es una de las grandes decepciones del año calendario, no llueve sobre esto. Habiendo comenzado con ambiciones por el Scudetto, el equipo de García se encontró incluso arriesgándose la zona de Champions: si Yanga Mbiwa no hubiera "matado" a la Lazio en aquel derbi de finales de mayo, tal vez contaríamos otra historia... Las cosas no han mejorado en la nueva temporada, de hecho si cabe son aún peores. Los fichajes de Salah y Dzeko (hasta ahora el mayor fracaso del campeonato) no han cambiado la esencia: la Roma gana sobre todo con las personas, no con la organización del equipo. Y así se vuelve muy difícil competir por trofeos, tanto italianos como no italianos. Queda entonces la sensación de un grupo vaciado, desprovisto de esa personalidad necesaria para las etapas más altas. Déficit que García deberá solucionar, de una forma u otra. De lo contrario, 2016 será el año de la gran revolución.

MILÁN 4,5

El escalón más bajo de 2015 pertenece al Milán. Mal en la primera parte y mal en la segunda: en fin, es difícil hacer algo peor que eso. El proyecto de Inzaghi se hundió en la tristeza de un décimo lugar, mientras que Mihajlovic se tambalea en un sexto (que se convertirá en séptimo si Sassuolo gana la recuperación contra Turín) todo menos satisfactorio. La nueva temporada se suponía que iba a ser de renacimiento, certificada por un Berlusconi que ha vuelto a apostar. No se puede negar que el dinero se ha gastado, en todo caso podemos discutir cómo. Aquí, inevitablemente, Galliani entra en juego, como era de esperar en la mira de los fanáticos organizados durante varios meses. El Milán actual es hijo de su política y ésta, hasta el momento, ha resultado infructuosa. Hay que decir que definitivamente nada está perdido, pero lo cierto es que los 10 puntos del tercer puesto se parecen mucho a una montaña por escalar. Se necesitará un 6 de alto nivel, en definitiva, lo contrario de lo que pasó en 7. Uno de los peores años de la gestión de Berlusconi.

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