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Portafolio de artistas: Giulio Paolini y su Arte Povera

Centrarse en el mercado de artistas. Cuanto cuestan y donde se pueden comprar sus obras.

Cotizaciones en subasta y en la galería. Actividad expositiva y presencia en las colecciones.

Portafolio de artistas: Giulio Paolini y su Arte Povera

Entre los protagonistas del movimiento de Arte Povera, julio paolini (Génova 1940) se dedica a la investigación analítica con una fuerte impronta conceptual que le lleva a anular cualquier valor externo al concepto y definición de arte. Desde su primera obra, Diseño geométrico (1960), realizada cuando solo tenía veinte años “ – un lienzo pintado al temple, sobre el que traza, sin añadir nada más, el escuadrado de la superficie, procedimiento previo a toda posible representación –  Giulio Paolini ha desarrollado su investigación investigando los elementos constitutivos del cuadro, el espacio de representación, el fenómeno del ver y la figura del autor. “Con el tiempo – explica Maddalena descarga en un ensayo sobre la investigación artística de Paolini publicado en el sitio web oficial del artista – el foco en la obra considerada en su evolución – en busca de su propia posibilidad de definición – lo llevó a centrar su atención cada vez más en el gesto de la exposición, hasta el punto de poner en juego la legitimidad o la necesidad de este mostrarse. Sus obras "no tienen nada que declarar": no quieren comunicar nada, limitándose a evocar las premisas de su manifestación. Compuestas principalmente por lienzos en blanco, hojas de dibujo, escayolas, reproducciones fotográficas, volúmenes de plexiglás y un vasto repertorio de elementos iconográficos (desde detalles de pinturas antiguas hasta fragmentos de visiones siderales), escenifican la espera de una imagen que elude cualquier intento de fijación, permanecer suspendido en la dimensión potencial. La constante postergación del momento de la revelación deja lugar a la interrogación de la representación como tal: por el andamiaje que la anuncia, por el catálogo de hipótesis que la precede y por el misterio que la excluye de la mirada inmediata”

Paolini Loto
julio paolini
Joven mirando a Lorenzo Lotto, 1967
Foto sobre lienzo emulsionado 30×24 cm.

En “Joven mirando a Lorenzo Lotto” –  una foto de unos centímetros (30×24) sobre lienzo emulsionado de 1967 que reproduce en blanco y negro el retrato de un joven pintado por Lorenzo Lotto en 1505 – Paolini desencadena un juego de miradas imaginarias con el maestro del siglo XVI. Si el niño anónimo está mirando a Lorenzo Lotto, significa que el espectador se convierte en Lorenzo Lotto. Y se pone en la piel del pintor, asume el reto de ese destinado a capturar su secreto, a captar un soplo de identidad.  “Las obras nos miran. Ellos son los que nos miran y no al revés. La obra no habla sino que ve, nos ve en el momento mismo en que creemos verla”, explica el artista. En las investigaciones más recientes, la atención se centra en particular en la identidad del autor: en su "abstinencia" de la preexistencia de la obra. "Cuanto más se reconoce como Absoluto - indiferente a cualquier posibilidad de apropiación o representación - más - escribe Maddalena de nuevo descarga – se declara ajeno a su concepción. El arte sucede sin el conocimiento del artista: su concepción es inmaculada y el enigma de su devenir permanece insondable. La renuncia a la autoría, que ya en Diseño geométrico anunciado como un "voto de castidad", atestiguado sin arrepentimiento en obras posteriores, se declara en términos inequívocos en obras como inmaculado Concepción (Sin título / Sin autor) (2008) y feliz suicidio (2010). Gracias al sacrificio de sí mismo, en favor de la voz exclusiva de la obra, el autor puede finalmente gozar del único privilegio que le corresponde: el de presidir la inviolabilidad de la obra de arte. La única prerrogativa a la que nunca podrá renunciar es precisamente la urgencia que siempre le mueve a habilitar un área reservada, una habitación privada, resguardada del mundo, donde en la "hora X" la obra pueda revelarse en su autenticidad".

obras paolini
julio paolini
Estudio para “Da-far” 2015
Foto Pierangelo Parimbelli-

julio paolini

Nacido el 5 de noviembre de 1940 en Génova, vive y trabaja en Turín. Es uno de los fundadores del movimiento Arte Povera, iniciado por el crítico Germano celanteSu actividad expositiva es intensa. Desde su primera exposición individual en 1964 ha realizado innumerables exposiciones en galerías y museos de todo el mundo. Entre las principales antologías se encuentran las del Palazzo della Pilottá en Parma (1976), allo Urbano museo de Ámsterdam (1980), al Nouveau museo di Villeurbanne (1984), en Galería estatal en Stuttgart (1986), en la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma (1988), en Neue Galería am landesmuseum joanneum de Graz (1998), en la Fundación Prada de Milán (2003), al Kunstmuseum por Winterthur (2005) y otros Whitechapel Galería en Londres (2014). Ha participado en diversas exposiciones de Arte Povera y ha sido invitado en varias ocasiones a la Documenta di Kassel (1972, 1977, 1982, 1992) y 10 veces en la Bienal de Venecia (1970, 1976, 1978, 1980, 1984, 1986, 1993, 1995, 1997, 2013). Su obra está presente en numerosos museos en Italia y en el extranjero y en importantes colecciones públicas y privadas internacionales. Diseñador gráfico de formación, siempre ha alimentado un particular interés por el campo editorial y la página escrita. Desde el principio acompañó su investigación artística con reflexiones recogidas en libros editados en primera persona: de Ídem, publicado en 1975 por Einaudi (Turín) con una introducción de Italo Calvino, un Quattro passi. nel museo senza musa, publicado en 2006 por la misma editorial, e El autor que pensó que existía, publicado por Johan & Levi (Milán) en 2012. Desde 1969 también crea decorados y vestuario para representaciones teatrales, entre los que destacan los proyectos concebidos con Carlo Quartucci en la década de XNUMX y los recientes decorados para dos óperas de Richard Wagner bajo la dirección de Frederick tiezzi (2005, 2007).

el mercado

Después de una fase de ajuste que comenzó alrededor de 2014 (común a muchos grandes maestros italianos y no italianos), a partir de la segunda mitad de 2017 los precios del artista se están recuperando claramente en el mercado internacional. Como prueba del interés por su obra, más de 650 subastas con un porcentaje de ventas superior al 80% (más del 55% en el extranjero) y una facturación que en 2017 rozó los 700 mil euros. Según el índice "precioarte”, cien euros invertidos en una obra de Paolini en el año 2000, en enero de 2018 valían de media casi 430 euros.

Galería: En Italia Paolini es tratada por Alfonso Artiaco de Nápoles, Fumagalli, Christian Stein y Marconi de Milán, Tucci torre rusa Pelo (A). Trabajar en el extranjero con Galería MehdiChouakri en Berlín , Marian Buen hombre Galería en Nueva York y Galería Yvon Lambert en París.

Precios: En la galería, para comprar una de sus obras "históricas" (de los años 60 a principios de los 70) se parte de unos 200 euros hasta e incluso superando el millón para grandes instalaciones. Los precios de las producciones recientes son más contenidos: de 15 a 20 mil euros para los papeles y collages, a 50-80 mil euros para las esculturas y sus característicos ensamblajes. Para instalaciones fechadas entre los años 80 y 90 se puede gastar desde 80 a 100 mil euros hasta incluso superar los 300 mil euros, dependiendo de la calidad, complejidad y tamaño de la obra.

Precio máximo en subasta: "Índice de obras inscritas en un patrón decorativo" , acrílico y grafito sobre lienzo, 200 cm x 300,3 cm., realizado en 1972, cambió de manos de Christieen Nueva York en noviembre de 2015 un 586.228 euros (derechos incluidos) cuadriplicando el presupuesto. Siempre desde Christie en el grande apple, unos meses después, en mayo de 2016, "Notas para las Descripción of a Pintura Anticuado 1972 “ , técnica mixta sobre lienzo de 199,3 x 300,3 cm. se vendió por 532 miles de euros partiendo de una estimación inferior a 100 miles de euros.

Imagen de portada:

Julio Paolini- El arte y el espacio. Cuatro ilustraciones para un artículo de Martin Heidegger, 1983. – Foto Pierangelo Parimbelli – Cortesía Galería Fumagalli

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