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Berlusconi y Letta, verano de alta tensión para el Gobierno

La airada reacción del PDL y su líder a la sentencia del Supremo sacude al Gobierno - Napolitano y Letta intentan apagar el fuego pero diputados y ministros del PDL están dispuestos a dimitir y exigir la reforma de la justicia de inmediato o, en su defecto, el recurso a elecciones – Pero con Porcellum no vas a votar

Tras una primera reacción basada en la razonabilidad, la respuesta de Silvio Berlusconi a la sentencia de la Corte de Casación que lo condenó definitivamente por defraudación fiscal, inhabilitándolo y creando las condiciones para su pérdida como senador, es de enfado y amenaza con desbordar rápidamente al gobierno Leer .

Parlamentarios y ministros del PDL están dispuestos a renunciar para poner en aviso tanto a las Cámaras como al Ejecutivo. Berlusconi presiona a Napolitano para que le pida indulto, a pesar de los persistentes procesos judiciales pendientes en su contra. Y tanto el PDL como su líder le han tirado el guante al gobierno de Letta: o reforma inmediata de la justicia o elecciones anticipadas.

Tanto el pedido de indulto como la reforma inmediata de la justicia, que necesita meses y que ciertamente no repetirá las exigencias del PDL que quisiera dar jaque mate al poder judicial, no tienen muchas posibilidades de ser aceptadas. Pero precisamente por eso -salvo que se intervengan reflexiones políticas más meditadas en el centro-derecha- la temperatura política sube y hace tambalear al gobierno.

Tanto el primer ministro como el jefe de Estado intervinieron de inmediato para intentar apagar el fuego, pero el horizonte es sumamente incierto. Incluso el ex primer ministro Mario Monti ha censurado claramente la hipótesis de una crisis de gobierno.

Lo cierto es que, hasta que no se reforme o archive el Porcellum, no se podrá volver a votar, aunque a Berlusconi le gustaría y aunque las tentaciones de hacerlo crecen también en la casa de Pd y sobre todo en su ala izquierda y en el anti-Renziana, protagonizado por Bersani, que espera así cerrarle el paso al liderazgo de Renzi.

Pero, sin la reforma electoral, sería una verdadera broma para los ciudadanos volver a las urnas y nada garantizaría que el resultado asegure la gobernabilidad. Sin reforma, Napolitano nunca disolvería las cámaras elegidas hace apenas unos meses.

En las próximas horas veremos el desarrollo de una situación política sin precedentes pero lo cierto es que la emergencia ya ha comenzado y que el verano será de altísimo voltaje.   

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