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Berlusconi: después de mí solo elecciones

En su discurso para pedir confianza, el primer ministro niega que el "accidente" del informe tenga trascendencia institucional, como había subrayado Napolitano, y reitera que hará reformas del Estado, del fisco y de la justicia - Silencio sobre la demora en el decreto de desarrollo y sobre las dificultades de la mayoría – Oposición fuera de los tribunales.

Berlusconi: después de mí solo elecciones

"Un discurso de desesperación y supervivencia. Así, cinco minutos después de que Berlusconi terminara de hablar, en una Cámara desierta por la oposición, el vicesecretario Enrico Letta definió el sentido de la intervención del primer ministro. Sobre el primer punto (desesperación) uno puede tener algunas dudas: Berlusconi por definición nunca está desesperado. Sobre el segundo, sin embargo, no hay duda: el primer ministro en este momento solo tiene un objetivo prioritario: sobrevivir a. A las tensiones en su mayoría, a Europa pidiéndole que ponga en práctica medidas para iniciar la recuperación y el crecimiento, al jefe de Estado que le llama a retomar sus funciones institucionales.

Para ello, pone en juego la única arma que le queda: solicitud de voto de confianza a su mayoría. Quien (también por la votación abierta) se lo confirmará mañana, solo para luego retomar todas las polémicas internas y todas las distinciones para tener algo de visibilidad y algunas garantías más un momento después. Pero lo que le importa a Berlusconi es llegar al menos a final de año para poder gestionar las posibles elecciones anticipadas de la primavera de 2012 desde el Palacio Chigi y con esta ley electoral. Casi seguro con su renominación.

Y así, el breve discurso de hoy del primer ministro (subrayado por los claros bostezos de Bossi que estaba sentado a su lado) no ha ido más allá de la repetición de las consignas habituales: solo yo he sido elegido por los italianos, estamos dispuestos a hacer de los tres fundamentales reformas (arquitectura del Estado, fiscalidad y justicia), las oposiciones están divididas e irresponsables, si caigo solo hay elecciones. Todo ello, naturalmente, dejando de lado las preguntas que le había planteado con firmeza Napolitano, a quien, sin embargo, dirigió un formal saludo de honor, calificando su conducta de "impecable". Inmediatamente después, sin embargo, quiso dejar claro que el tropiezo del informe, aunque grave, no puede tener "consecuencias institucionales". Todo lo contrario de lo que señaló el jefe de Estado en su nota.

Para subsanar el incidente, según el primer ministro, bastará que mañana el Consejo de Ministros (se suponía que lo hiciera hoy) varíe una nueva disposición de un solo artículo con los documentos contables adjuntos. Este informe, en su reescritura, se presentará a continuación al Tribunal de Cuentas e inmediatamente después al Parlamento. Por lo demás, a Berlusconi le bastará mañana para ganarse la confianza. En cuanto a decreto de desarrollo el primer ministro asegura que será presentado y no hace ninguna referencia a por qué las divisiones de la mayoría han provocado hasta ahora un retraso tan notorio en el desarrollo de las medidas de crecimiento, que también nos han solicitado los organismos internacionales, a los que hemos dado un seguro formal. En definitiva, queda abierto el principal problema planteado a Berlusconi y al Parlamento por el Presidente de la República: no siempre poder tener confianza coincide con la capacidad de gobernar.

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