A partir de 2020, se espera que el 70% de la población mundial tenga un teléfono inteligente. Solo el año pasado se vendieron 1,2 millones de teléfonos inteligentes.
Según Loomis Sayles, quienes poseen un teléfono inteligente lo utilizan cada vez más para todo tipo de actividades diarias, incluida la cantidad de transacciones bancarias que está creciendo. Los bancos minoristas, conscientes de esta tendencia, están respondiendo a estos cambios apoyándose cada vez más en la tecnología móvil. Entre los usuarios de teléfonos inteligentes, se estima que alrededor del 57% de ellos también lo usan para transacciones bancarias. Dado que se espera que la tendencia crezca, las principales instituciones bancarias están invirtiendo recursos para mantenerse al día.
Según Loomis Sayles, los bancos que han invertido por adelantado en banca por Internet y teléfonos inteligentes ahora son los líderes indiscutibles. Sobre todo, son los bancos más rentables, que pueden permitirse invertir en tecnología de alta calidad tanto para sistemas bancarios esenciales como para nuevos productos.
Por ejemplo, Bank of America y Wells Fargo tienen cada uno más de 16 millones de clientes bancarios activos en teléfonos inteligentes. Para los bancos de vanguardia que rápidamente adoptaron esta tendencia, el acceso a cuentas de teléfonos inteligentes ha superado el acceso a computadoras. Estos primeros usuarios se benefician de los bajos costos, la lealtad de los clientes y la creciente participación en el mercado. Los clientes que utilizan la banca por teléfono inteligente generalmente son jóvenes, tienen un alto nivel educativo y tienden a interactuar con el banco con frecuencia a través de su dispositivo móvil.
Algunos de los bancos más grandes del mundo, como BBVA, CBA, Lloyds y Well Fargo, están comenzando a usar big data para crear ofertas para los clientes a través de aplicaciones y ofrecer servicios que aumenten la lealtad de los clientes. Por ejemplo, si un cliente realiza pagos de automóviles utilizando una aplicación bancaria, puede recibir inmediatamente un mensaje del banco que ofrece membresía de seguro de automóvil con solo un clic.
Atrás quedan -según Loomis Sayles- los bancos más pequeños con sistemas tecnológicos más débiles y menos desarrollados. Como resultado, los bancos que han tardado en reemplazar su tecnología obsoleta durante la última década tendrán dificultades para encontrar soluciones que funcionen con Internet y servicios móviles.
