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Autoridad: Las 15 propuestas de Assonime para mejorar su eficacia

Las autoridades independientes son necesarias para el buen funcionamiento de la economía. Assonime indica una serie de propuestas para garantizar la eficacia de las autoridades. Entre los temas tratados están la relación con el Parlamento, el marco de competencias y una racionalización de las distintas autoridades.

Autoridad: Las 15 propuestas de Assonime para mejorar su eficacia

Le autoridades independientes son esenciales para el buen funcionamiento de la economía; estos proporcionan experiencia técnica adecuada en temas complejos que requieren una especialización particular. Son diversas las necesidades que llevan a la creación de estos órganos, la principal es sin duda la de asegurar la estabilidad en el proceso de toma de decisiones, aislándolo de las fluctuaciones propias del ciclo político. De hecho, la independencia del ejecutivo permite garantizar la imparcialidad en los casos en que las entidades supervisadas incluyan empresas bajo control público y mercados en proceso de liberalización.

En Italia, el marco legal de las autoridades independientes se ha desarrollado en fases sucesivas sin un diseño unitario y esto ha dado lugar a algunas deficiencias. Para resolver estos problemas, garantizar la eficacia de la acción institucional de las autoridades independientes y aumentar la confianza de los operadores, Assonime, la Asociación de sociedades anónimas italianas, propone una revisión del sistema de autoridades independientes.

La primera propuesta se refiere a i relaciones con el parlamento. La independencia del poder ejecutivo requiere que las autoridades sean responsables ante el Parlamento por sus programas y actividades. Sobre el papel, ya existen las formas y los lugares para las discusiones con el Parlamento; sin embargo, en la práctica los mecanismos no parecen funcionar. Para mejorar estas relaciones, Assonime propone crear una comisión bicameral para las relaciones con las autoridades, que garantizará que las autoridades tengan un interlocutor parlamentario estable. Además, se propone potenciar el examen por el propio Parlamento de los informes de las autoridades y, en caso de que estos informes no tengan seguimiento, solicitar al Gobierno que explique los motivos de la elección.

El segundo problema analizado se refiere a la marco de competencias y su racionalización. A lo largo de los años, el campo de actuación de las distintas administraciones se ha ido ampliando progresivamente, tanto en cuanto a los sectores económicos regulados (sector integrado del agua, correos, sector del transporte), como en cuanto a los ámbitos de intervención (protección administrativa al consumidor, derechos de autor, resolución de litigios entre particulares, facultad de recurso contra actos de otras administraciones). La propuesta de Assonime es completar el proceso de asignación a las autoridades independientes de las tareas de regulación económica en los principales servicios públicos, asignando la responsabilidad de la recolección y gestión de residuos a un regulador independiente.

En cuanto a la revisión de competencias, a efectos de un posible downsizing, debe tenerse en cuenta que no todas las funciones regulatorias son permanentes: en algunos sectores, la necesidad de un regulador ex ante puede desaparecer con la evolución de los mercados en un sentido competitivo. Por ello, según Assonime, se hace pertinente la necesidad de revisar periódicamente la regulación, encomendando esta tarea a la Comisión bicameral de competencia y relaciones con las autoridades. Así como solicitar a las autoridades que identifiquen las prioridades de actuación institucional en un horizonte temporal plurianual y que las anuncien al Parlamento ya la opinión pública. La última cuestión en materia de responsabilidades es la de la posible unificación de algunas funciones para reducir el número de autoridades en la perspectiva de la revisión del gasto, según Assonime, se debe evitar la superposición entre las responsabilidades de las autoridades que injustificadamente aumentan los costos y reducen seguridad jurídica.

Otro tema en el que está trabajando Assonime es el –crucial– de mecanismos de denominación de los componentes En particular, es necesario fortalecer los requisitos de competencia técnica; prever un sistema transparente para la recogida de solicitudes que permita informar de los nombres también a sujetos distintos de los candidatos; asignar la tarea de examinar las solicitudes a terceros; encomendar al Gobierno la designación de candidatos con el cumplimiento de los requisitos legales y teniendo en cuenta el examen técnico de los candidatos realizado por el organismo tercero; prever un procedimiento de confirmación parlamentaria que requiere una audiencia pública del candidato y una opinión favorable por mayoría de dos tercios de la comisión parlamentaria competente. Por último, la duración del cargo debe ser de 7/8 años sin posibilidad de renovación o transferencia a otra autoridad.

Otro punto a revisar, según Assonime, es la financiación de las autoridades y control de gastos. Hay cuatro propuestas que entran en esta categoría: la primera es anclar el poder de la autoridad para imponer beneficios de capital en el mercado a supuestos regulatorios claros y verificables, como por ejemplo los costos de supervisión y control. La segunda consiste en evitar aquellas formas de financiamiento que puedan distorsionar los incentivos de las autoridades en el desarrollo de la actividad institucional, tales como el financiamiento a través de sanciones y sistemas de transferencia de recursos entre autoridades. La tercera propuesta, por el contrario, se refiere a la valorización del control parlamentario de la estimación de las necesidades trienales de las autoridades, que debe estar vinculada a los objetivos de la acción institucional y acompañada de un informe independiente sobre los resultados de la evaluación económica y gestión organizacional. Lo último está relacionado con una modernización y fortalecimiento del Tribunal de Cuentas que permita la incorporación de nuevos profesionales de tipo económico: de esta forma se asegura que el control sobre la gestión económica de las autoridades no se limita a perfiles formales.

Finalmente, el último aspecto que está siendo estudiado por Assonime es la régimen de garantíatias En particular, para la adopción de los actos generales de todas las autoridades, es necesario prever expresamente el respeto del principio de proporcionalidad. Para los procesos individuales de carácter contencioso y sancionador, es necesario prever mayores garantías de los derechos de defensa.


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