Abriendo la reunión de Assonime (la asociación de los balnearios italianos) esta mañana, el presidente Maurizio Sella, que estuvo confirmado por otros dos años, analizó –en presencia del ministro de Economía, Pier Carlo Padoan– el clima económico italiano, “mejorando tras siete años entre recesión y estancamiento”. Sin embargo, el presidente subrayó que “sin reformas profundas que liberen a la economía de la incertidumbre regulatoria y fiscal y de demasiadas restricciones al funcionamiento de los mercados, la recuperación pronto se debilitaría.
"El gobierno de Renzi, según Assonime, está trabajando en la dirección correcta, implementando reformas concretas y efectivas, en primer lugar la Ley del trabajo “cuyos beneficios ya se están manifestando”, pero que requiere de políticas activas para generar empleos de mayor productividad.
Valoración positiva también del nuevo sistema electoral y de las reformas constitucionales, mientras que se esperan nuevas medidas encaminadas a "alinear el tratamiento fiscal de las pérdidas crediticias a los niveles europeos" y promover un mercado más eficiente para la titulización de préstamos bancarios.
Maurizio Sella destaca la importancia de la reforma de administración pública, que, sin embargo, sigue bloqueada por lógicas formalistas y aquejada por un "riesgo regulatorio" que socava el atractivo de Italia a los ojos de los inversores. El sistema debe agilizarse, "el número de empresas públicas" -unas ocho mil, dijo el presidente- "podría bajar a mil, eliminando empresas inútiles o creadas únicamente con fines de clientelismo".
”Fundamental, para mejorar el desempeño de la economía italiana será la lucha contra la corrupcion que atenaza al país y que no se puede combatir con eficacia "sin un retroceso de los partidos en la gestión de los recursos públicos y un refuerzo de la autonomía y profesionalidad de las administraciones".
Sin embargo, Assonime expresó su gran preocupación por el proyecto de ley sobre de acción de clase, una "formulación que debilita los filtros para el juicio de admisibilidad, brinda incentivos para el litigio y formas de daños punitivos".
En cuanto a los mercados, la Asociación propone reorganizar los mercados de valores, creando tres mercados caracterizados por reglas progresivamente más estrictas. Hacerlo no solo simplificaría el acceso a la cotización de acciones y bonos para las pequeñas y medianas empresas, sino que favorecería la entrada de nuevas empresas.
Finalmente, Maurizio Sella se centró en sistema fiscal italiano, caracterizada por problemas que han convertido a los contribuyentes “en rehenes de un sistema tributario que se sigue complicando. Demasiados impuestos y demasiadas obligaciones. Una avalancha de disposiciones diseñadas y redactadas fuera del sistema, solo para necesidades de ingresos, que luchan por encontrar acomodo en un cuerpo legislativo ya demasiado complejo. La delegación fiscal realizada por el gobierno de Renzi hizo bien, mientras que se acogió con alivio la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la “Tasa Robin”, considerada un impuesto irracionalmente gravoso destinado a “adueñarse de la liquidez” de las empresas.
Por último, el número uno de Assonime, subrayó el importante papel de europa, y en particular del BCE, en crecimiento, pero los efectos de las medidas lanzadas por Mario Draghi no tendrán efecto si Italia no es capaz de reformar las "estructuras económicas, todavía frenadas por restricciones y rigideces que aplastan la productividad". La integración y liberalización de los mercados de servicios de red europeos también será fundamental.
