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SOLO CONSEJO: ¿Está a favor o en contra del euro? ¿Era mejor antes?

SÓLO CONSEJOS – Llamada a votar la opinión pública da señales anti-euro y la tendencia del mercado de los últimos días, desbordada por el efecto Hollande, cuestiona las inyecciones de liquidez del BCE – En Europa el problema no es la disciplina fiscal, sino la ausencia de crecimiento – Y es la austeridad realmente capaz de curar la enfermedad europea?

SOLO CONSEJO: ¿Está a favor o en contra del euro? ¿Era mejor antes?

al día siguiente a las primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas era un lunes negro para los mercados del viejo continente. Entre los operadores de los que hablamos Riesgo fuera: los mercados bursátiles bajan, los bonos menos seguros bajan, los diferenciales suben y los rendimientos de los bonos alemanes en mínimos históricos en los vencimientos de refugio seguro de 5 y 10 años. Pero si hasta ahora las preocupaciones venían de los países periféricos, con España a la cabeza, y se concentraban en el sistema bancario y el incumplimiento de los objetivos presupuestarios, a finales de la semana pasada el ánimo cambió y tras la estela de los franceses resultado electoral el contagio también ha desbordado a los países "centrales", esos países que hasta ahora no habían sido tocados por un clima de desconfianza.

Y pensar que el fin de semana había llegado un rayo de sol del FMI con laanuncio dell 'aumento de los recursos financieros hasta los 430 millones de euros en caso de necesidad para países en crisis. Ni modo, la tormenta ha vuelto a los mercados financieros europeos.

Los hechos de los últimos días han sacado a relucir las dudas y cuestionamientos que las dos inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (filtro) solo se había retirado temporalmente de los mercados financieros. En Europa, el problema no es la disciplina fiscal, sino la ausencia de crecimiento.

La crisis de la Eurozona, entre otras cosas, perjudica a los políticos continentales: cada vez que se llama a votar, la opinión pública da señales anti-euro. Lo vemos en Holanda, un país que no tiene mayores problemas ni de déficit (estimado en un 4,6%) ni de deuda (equivalente al 65,2% del PIB) donde, por decirlo suavemente, cuesta encontrar un acuerdo sobre el presupuesto, tanto que el El primer ministro Rotte se vio obligado a dimitir. La perspectiva para el país del norte de Europa es la de elecciones inmediatamente después del verano y probable rebaja de las agencias de calificación. La desconfianza electoral hacia las instituciones europeas es aún más clara en Francia, no tanto (o no solo) por la derrota en primera vuelta de Nicolas Sarkozy, el férreo "recomendado" de Alemania por la canciller Merkel, sino sobre todo por la clara antiprogresismo. -Europeo que llevó la extrema derecha de Marine Le Pen a casi un 20%.

En este punto la pregunta que surge es: pero realmente vale la pena quedarse en el Euro? ¿Y por qué hacer tantos sacrificios en términos de crecimiento para permanecer en la Eurocopa? ¿No era mejor antes?

Mirando el gráfico (índice Pmi de gerentes de compras) El euroentusiasmo se está desvaneciendo. También en Alemania los datos sobreÍndice de gerentes de compras de abril cayó bruscamente a 46,3 y una lectura por debajo de 50 presagia una contracción.

El blog Advise Only ya ha escrito sobre efectos desastrosos de un país que abandona el euro o el fracaso del proyecto de la moneda única pero, ante estas señales, lo cierto es que no podemos quedarnos impasibles.

políticos europeos, y me dirijo sobre todo al trío Merkel, Monti y Sarkozy deben recibir y traducir estas señales. La austeridad a toda costa no es la solución a la crisis, no conduce a corregir los problemas estructurales del euro sino que, en esta fase, los agrava. La elección de introducir en nuestra Constitución laobligación de equilibrar el presupuesto si el camino para llegar es un continuo aumento de impuestos, tal como escribieron Tito Boeri y Fausto Panunzi en un post en lavoce.info. 

Comparto totalmente los comentarios de algunos economistas (Megan Greene en un artículo en The Independent) que enfatizan el hecho de que la crisis del euro no es solo una crisis de deuda resultante de una mala disciplina fiscal (la tesis alemana) sino una crisis de “crecimiento”. Como argumenta Krugman: La austeridad sin crecimiento económico genera un círculo vicioso que empeora la enfermedad que busca curar.

¿Serán capaces los líderes europeos de romper este círculo vicioso?

 

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