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Adiós Brics, los "Icasa" nuevos motores del crecimiento global

Según Ezra Greenberg, experto sénior de Mc Kinsey, que intervino ayer en la Feria del Ahorro de Milán en un panel de Eurizon Capital, los nuevos motores del crecimiento global serán las ICASA, a saber, India, China, África y el Sudeste Asiático – Brasil en declive y Rusia

Adiós Brics, los "Icasa" nuevos motores del crecimiento global

Adiós BRICS, es hora de ICASA. Hace tiempo que se sabía que Brasil, Rusia, China, India y (sobre todo) Sudáfrica ya no impulsaban el crecimiento global, pero las nuevas siglas así lo sugieren. Ezra Greenberg, experto sénior de McKinsey, quien habló con motivo de la Salón del Ahorro de Milán a un panel organizado por Eurizon Capital, titulado "Crecer entre incertidumbres e innovación tecnológica: cómo leer los cambios globales".

Los nuevos motores del crecimiento global son, por tanto, según Greenberg, India, China, África (considerada como un conjunto del continente) y Sudeste asiático, gran noticia que socava a Brasil y Rusia de los escenarios que cuentan, o más bien que despiertan el mayor interés de los mercados: “Datos en mano –dijo el experto de McKinsey– seguirá siendo China la que arrastrará la economía del planeta: su PIB crecerá 6,7 billones de dólares. En términos de porcentaje de crecimiento anual, sin embargo, será superado por India, que de aquí a 2027 tendrá una tasa compuesta anual del 6,5 % frente al 5,2 % de Pekín”.

Por otro lado, el continente africano en su conjunto acercará las tendencias de crecimiento de la que ya es la primera economía mundial y que anuncia una batalla en la OMC contra las políticas proteccionistas decididas por el presidente estadounidense Donald Trump en estos días: el continente "negro" crecerá un 4,6% cada año y el sudeste asiático un 4,2%. El Brasil decadente solo un 1,2% y Rusia un 2,5%.

Pero, ¿cuáles serán los paradigmas del nuevo crecimiento de la economía global? “Estoy hablando de una nueva narrativa de progreso – explica Greenberg -. Si nos detenemos a observar los temas críticos, es decir, el Brexit, la crisis comercial entre EE. UU. y China y el terrorismo internacional, uno podría pensar que vamos en la dirección equivocada. En cambio, otros indicadores nos dicen que la dirección es la correcta, basta con analizar la evolución de algunos datos desde 1800 hasta hoy: hay menos homicidios, menos enfermedades, más alfabetización (pasamos del 19% en 1820 al 83% en 2010, en el mundo), más riqueza”.

Se estima que el PIB per cápita, según McKinsey, ha crecido un 2,2% en el quinquenio 2012-2017, mientras que las previsiones apuntan a un +2,5% para los años 2018 a 2022. “Se dice que la globalización está muerta, pero en realidad la globalización somos nosotros, son las personas. En el mundo de hoy hay 5 millones de estudiantes que estudian en el extranjero, 13 millones de estudiantes que estudian en línea, 44 millones de trabajadores transfronterizos, 244 millones de personas que se han mudado para trabajar en otro país, 361 millones de consumidores comprando productos extranjeros en línea, 429 millones de viajeros, casi mil millones de personas registradas en redes sociales con al menos un contacto extranjero”.

Sin embargo, hay cuestiones críticas. Entre estos, durante su breve intervención en la Feria del Ahorro de Milán, el analista de Mc Kinsey identificó sobre todo los relativos a la falta de recursos naturales y el nuevo pacto social, en tiempos de desigualdades y desconfianza en el sistema. De hecho, en 2050 la población mundial alcanzará los 10 millones de personas, y el 70% de estas personas vivirá en zonas urbanas: “La demanda de agua se quintuplicará respecto a la actual, y para alimentar a todos, la producción agrícola tendrá que crecer un 60% respecto a la de 2007”.

Y entonces, habrá que diseñar un nuevo modelo social, que vuelva a hablar de movilidad intergeneracional y de clase media. “En 1940, en los Estados Unidos, más del 90% de los trabajadores ganaban más que sus padres. Hoy este porcentaje ha caído muy por debajo del 50%”, explica Greenberg. Sobre todo, preocupa la crisis de la llamada clase media, en Estados Unidos, pero no solo: en el período 1993-2010, los empleos de salarios altos en EE. UU. crecieron menos que los de salarios bajos (2,9% contra 3%). Pero al menos ambos han crecido, a diferencia del empleo de salarios medios que ha mostrado una caída del 6% en el extranjero y del 10% en Europa.

Esto ha llevado al actual clima de desconfianza total de la población de todo el mundo hacia el sistema: según el Barómetro de Confianza de Edelmen, solo el 15% de los entrevistados piensa que el sistema funciona, el 32% no está seguro mientras 53% reporta una sensación de injusticia, falta de esperanza y confianza, necesidad de cambio. Los altos directivos se encuentran en su punto más bajo de confianza transmitida, solo el 37%, que en cualquier caso es una cifra superior a la de los políticos: solo el 29% de la población mundial cree que los gobiernos son creíbles.

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