comparte

Acuerdo para salvar Grecia: ¿Sallusti, Di Maio y Salvini ganan en el festival de las tonterías?

Los comentarios sobre el acuerdo para salvar a Grecia de los antieuros fueron delirantes, desde el director de "Il Giornale" hasta el grillino Di Maio y el líder de la Liga Norte Salvini -Sallusti da la vuelta por completo a la realidad de 2011 atribuyendo a Berlusconi un papel que no tenía y olvidando el sensacional cambio de actitud de Forza Italia y Lega – Europa está enferma pero la demagogia no la salvará

Acuerdo para salvar Grecia: ¿Sallusti, Di Maio y Salvini ganan en el festival de las tonterías?

Los comentarios preocupados prevalecen sobre el compromiso de rescatar a Grecia. Si bien Tsipras ciertamente ha perdido, nadie discute que a Europa le está yendo bien. En mayor medida, los antieuros de derecha como Salvini y los de izquierda como grillini, vendolianos y adoradores de Syriza en general están saltando aros para salir del apuro. 

El editor de Il Giornale, Alessandro Sallusti, en un intento de demostrar que Tsipras es solo un aventurero comunista, pero que Europa es una asociación de golpistas y chantajistas, saca a relucir la historia de 2011 como una primicia cuando al margen del G8 en Cannes Alemania y Francia, ofrecieron a Berlusconi un préstamo de 50 o 90 mil millones del FMI para evitar el riesgo de default de Italia, vinculándolo obviamente a una serie de condiciones estrictas para la recuperación del país. 

Según Sallustri, Berlusconi se levantó ofendido de la mesa gritando "¡Italia no está en venta!". El episodio se conoce desde hace tiempo y también está relatado en varios libros, y no fue en absoluto como lo recuerda Berlusconi, de quien Sallusti afirma haberlo aprendido. ¡Pero sabemos que Berlusconi está tan acostumbrado a decir mentiras que acaba creyéndolas él mismo! En realidad, Italia se encontró en una dificultad muy seria ya que ya no podía colocar sus valores en el mercado excepto a tipos cada vez más altos. 

En ese momento, los demás países europeos, preocupados por las consecuencias de una quiebra de Italia, se ofrecieron a abogar por una intervención del FMI (en ese momento no había fondos de rescate europeos). E Italia se había metido en un lío por las promesas que el Gobierno le había hecho durante el verano, pero que luego había decidido no cumplir por la oposición de Forza Italia y sobre todo de la Liga (Salvini haría bien en recordar). 

Tremonti cuenta que a Berlusconi le hubiera gustado aceptar, pero que fue él mismo, como ministro de Economía, quien argumentó que la oferta no habría sido decisiva y que, de hecho, habría corrido el riesgo de agravar la crisis al sembrar la desconfianza en los mercados sobre el destino de nuestros país. Así que no salió nada y entonces fue Berlusconi quien tuvo que pasarle la mano a un gobierno interino capaz de hacer esas cosas que él mismo había prometido, pero que no había sido capaz de implementar. 

Hasta cómicas son las afirmaciones del grillino Di Maio (señalado por muchos como candidato a dirigir el Gobierno) que había ido a Atenas a celebrar la victoria del NO en el referéndum y que había agitado los brazos para hablar de una democracia redescubierta y la victoria de los pueblos contra los banqueros del odio. 

Sintiéndose traicionado por Tsipras que, en lugar de sacar a su país del euro, firmó un acuerdo que consideró humillante, no encontró nada mejor que culpar a los malos alemanes que querían un fondo de garantía en el que fluiría parte de los activos públicos destinados a la privatización ( ciertamente no el Partenón). 

Pero Di Maio no debe ser muy versado en esas disciplinas pedestres como la contabilidad o los balances económico-financieros, pues no ha entendido que al menos la mitad de este fondo está representado por acciones de los bancos que hay que recapitalizar con 25 de los más de 80 XNUMX millones que serán prestados por Bruselas a Grecia. 

Teniendo en cuenta que Tsipras siempre ha dicho que no quiere privatizar nada, la idea del fondo puede servir para superar la desconfianza de los países acreedores hacia el gobierno griego. Nada tan escandaloso. El intento de descargar todas las responsabilidades sobre Bruselas y sobre todo sobre los malos alemanes alcanza alturas grotescas. Salvini dice por un lado que no hay que dar más dinero a Grecia y por otro que hay que romper la jaula de las normas europeas que nos estrangulan. 

¿Pero no está Europa dando dinero nuevo a los griegos? Escándalo porque los griegos fueron humillados al acabar con la soberanía y la democracia de un país. Pero, ¿qué iba a hacer el pobre Tsipras? ¿Rechazar el acuerdo y arriesgarse no solo a la bancarrota sino también a no poder importar alimentos, gasolina y medicinas, y así llevar a su país a la Edad Media? 

En cuanto a las 48 horas de tiempo que le da al Parlamento griego para aprobar el nuevo plan, se han hecho muchas ironías sin tener en cuenta que los tiempos son ajustados precisamente para evitar el default que comenzaría a principios de la próxima semana, y que tenemos llegó a la zona de Cesarini a raíz de las vacilaciones y los chantajes descarados intentados por Tsipras y su exministro Varoufakis, que querían nuevos dineros sin constricciones en nombre de una "solidaridad" genérica. 

Por supuesto esto no significa que todo en Europa funcione a la perfección. Pero no es con este cúmulo de tonterías que se puede montar un cambio serio de lo que no funciona. Es necesario ganar credibilidad en las políticas nacionales y luego dar la batalla en Bruselas para corregir lo que el gobernador del Banco de Italia Visco definió recientemente como las asimetrías en las funciones de ajuste de los desequilibrios que no sólo deben pesar sobre los países deficitarios como "también aquellos con superávit tienen las mismas faltas y las mismas responsabilidades que los que tienen déficit”. 

El camino para hacer Europa es difícil y está plagado de obstáculos. Pero no es con demagogos acostumbrados a trastear en lo turbio que seremos capaces de superar nuestras dificultades.

Revisión