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EE. UU., China, UE: la guerra 5G está en pleno apogeo

La decisión de Boris Johnson de abrirse a Huawei (aunque con limitaciones) sorprendió a EE. UU., y Europa también ha optado por una solución "diplomática".

EE. UU., China, UE: la guerra 5G está en pleno apogeo

La guerra 5G cobrar vida. La telefonía es el nuevo campo de batalla del riesgo internacional: es allí donde chocan las dos superpotencias China y EEUU, como si de una nueva Guerra Fría se tratara, mientras en el fondo la Unión Europea y Gran Bretaña ocupan un papel no marginal, que ha Acaba de salir del tablero de ajedrez del Viejo Continente y se acerca al presidente estadounidense, Donald Trump. Por eso mismo, causó revuelo El movimiento de Boris Johnson: el ganador de las últimas elecciones británicas, partidario del Brexit y amigo personal del magnate, sorprendió a todos al autorizar la entrada del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei en el desarrollo de la red ultrarrápida de telefonía de datos 5G a través del Canal.

Sin embargo, el gobierno de Johnson ha puesto límites: Huawei no tendrá acceso a la cobertura de sitios militares o nucleares, ni al "núcleo" de la red, es decir, a su infraestructura central, sino solo accesos "periféricos", y en cualquier caso podrá controlar un máximo del 35% de sus componentes técnicoscomo antenas. Garantías que no son suficientes para los estadounidenses: el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, habló de un "riesgo de espionaje" y Washington está a punto de poner más de 2 millones de dólares en el campo para tratar de frenar la expansión de Huawei, que hasta ahora , sin embargo, es el operador con la tecnología objetivamente más avanzada y además barata. Según las hipótesis que estudian los parlamentarios estadounidenses, se podrían destinar hasta mil millones para financiar a pequeños operadores y desmantelar las antenas 5G chinas ya instaladas.

Incluso se podrían asignar otros mil millones abundantes, para dejar en claro cuánto le importa a los EE. UU., para apoyar a los socios occidentales en su investigación y desarrollo en 5G. En definitiva, unos 750 millones ya estarían listos para empujar la competencia de los diversos Nokia, Ericsson y sobre todo Samsung. Finalmente, se desembolsarían alrededor de XNUMX millones a los países en desarrollo para construir nuevas infraestructuras y hacerlas, por así decirlo, seguras y "amigables". De hecho, los estadounidenses están cada vez más convencidos de que dejar que China construya una infraestructura tan estratégica (capaz de hacer funcionar la robótica y la inteligencia artificial, entre muchas cosas) significa exponerse a graves peligros, pero al mismo tiempo es innegable que la industria estadounidense está ya sea ausente o rezagado en esta revolución y desafío tecnológico.

¿Y Europa? Para no hacer una injusticia a nadie, Bruselas ha elegido el llamado camino de la "caja de herramientas", es decir, de la diversificación. El documento, que deberá estar redactado antes del 30 de abril de este año, tendrá en cuenta una serie de medidas que los Estados miembros están llamados a implementar para garantizar las infraestructuras de redes móviles de nueva generación. Y para evitar situaciones críticas y de "dependencia", Europa sugiere un enfoque multiproveedor, como ha reiterado Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión de la UE y comisaria de Competencia:: “Con 5G podemos hacer grandes cosas. Pero solo si aseguramos nuestras redes. Solo así los cambios digitales beneficiarán a todos los ciudadanos”.

¿Qué pasa con Huawei? Mientras tanto, el aprecio por la posición de la UE proviene de China, no muy diferente a la del Reino Unido: "Huawei acoge con satisfacción la decisión europea -explica una nota-, que permite a Huawei seguir participando en el desarrollo de 5G en Europa. Este enfoque imparcial y basado en hechos de la seguridad 5G permite que Europa tenga una red 5G más segura y rápida. Huawei ha estado presente en Europa durante unos 20 años y tiene un historial probado en términos de seguridad. Continuaremos trabajando con los gobiernos y la industria europeos para desarrollar estándares comunes para fortalecer la seguridad y confiabilidad de la red".

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