“El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo volvió a gobernar este país”. Es un Donald Trump fuertemente populista quien pronuncia su primer discurso como presidente de los Estados Unidos después de haber prestado juramento en el Capitolio sobre la Constitución estadounidense y la Biblia. Trump, que no obstante agradeció a los Obama expresando su agradecimiento al presidente saliente, no dejó de pisar los tonos de una clara ruptura con el pasado: "Este día tiene un significado especial -dijo al comienzo de su discurso, que se prolongó unos veinte minutos escasos-: no es sólo la transición de un presidente a otro o de un partido a otro, sino que es el día en que se devuelve el poder de Washington DC al pueblo”.
“Hasta ahora han gobernado pocos –prosiguió Trump– y el pueblo ha sufrido: el sistema no ha protegido a los ciudadanos pero ahora todo cambia, este es tu día, el día del pueblo. La carnicería termina ahora mismo". El nuevo presidente también reiteró sus intenciones proteccionistas, con América ante todo: “¡América es primero!”, repitió tres veces, y agregó que “solo cuando el país está unido, en solidaridad, es indestructible. El tiempo de la charla ha terminado".
“Mi juramento – explicó Trump a la audiencia del Capitolio y frente a la multitud tradicional en Washington – es un juramento de lealtad a todos los estadounidenses. En las últimas décadas hemos enriquecido empresas y países extranjeros, fortalecido ejércitos de otros países y protegido sus fronteras, olvidándonos de defender las nuestras. Pero eso es suficiente: nuestro lema será 'compre americano, contrate americano'. Ya no permitiremos que la riqueza de nuestra clase media se redistribuya en otras partes del mundo".
La intención es traer muchos puestos de trabajo de vuelta a EE. UU., como ya está ocurriendo, y construir nuevas infraestructuras, "involucrando a las empresas y trabajadores estadounidenses". Dicho esto, no hay señales de ruptura con los demás países de la comunidad internacional: “Queremos tener buenas relaciones con todos, pero es nuestro derecho poner a Estados Unidos primero. Ni siquiera queremos imponer nuestro modelo a todo el mundo, pero brillaremos y seremos un ejemplo a imitar”, concluyó Trump antes de volver a estrechar la mano de Barack Obama y continuar con la ceremonia de toma de posesión, que recién terminará formalmente el sábado por la mañana.
