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Gira: Cavendish poker, Froome siempre líder

El británico supera a Kristoff y Sagan para llevarse su victoria número 30 en el Tour: ahora está a cuatro menos que el récord de Eddy Merckx. Hoy etapa de alta montaña con el Grand Colombier.

Gira: Cavendish poker, Froome siempre líder

No hay sprint si está Mark Cavendish. En este Tour, hasta los gigantes alemanes del sprint parecen actores de reparto frente a la potencia arrolladora del campeón británico que ayer en la recta infinita de Villars-les-Dombes cosechó su cuarto éxito, un póquer extraordinario que le sitúa a cuatro del récord de Eddy Merckx que ganó 34 etapas.La etapa completamente llana e incolora se exaltó en el sprint final, un auténtico campeonato mundial de velocidad presentando lo mejor del sprint alrededor: Cavendish, Coquard, Degenkolb, Greipel, Kittel, Kristoff, Sagan, todos juntos, codo con codo, luchando por el triunfo de la etapa. Un sprint para disfrutar con Kittel partiendo desde una distancia remolcado por su fiel Sabatini y con Cavendish detrás de él listo para saltar cuando el mariscal alemán sale a la intemperie y es empujado por el viento. Cavendish es una maravilla. Añade un poco de malicia a su fortaleza, desviando la trayectoria, para entorpecer cualquier posibilidad de recuperación de Kittel que renuncia a acabar quinto incluso superado por Kristoff, Sagan y Degenkolb. El gran alemán rubio echa espuma de ira y protesta, pero el jurado no escucha y confirma el éxito de Cavendish. Sexto es Greipel, séptimo Coquard.  

Si en los sprints el Tour cumple las promesas de la víspera ofreciendo retos y emociones a raudales, no así en el frente de la lucha por la victoria final. Froome, tras la contrarreloj del viernes, parece cada vez más dueño de la carrera sin siquiera intentar hacer cosas extraordinarias. Se soñaba con una batalla a cuatro entre británicos, Quintana, Contador y Nibali, quizás con Aru también incluido en la lucha por lo más alto, pero las expectativas se desvanecieron de inmediato: Contador cayó y se fue a casa a curarse las heridas; Nibali llegó al Tour con la idea de entrenar de cara a los Juegos Olímpicos, incluso haciendo el ridículo con demasiada serenidad como si fuera un corredor más y no uno de los pocos campeones capaces de ganar el Tour, el Giro (dos veces ) y la Vuelta. Aru, un Tour hasta el Ventoux sin elogios ni infamias, derrapó peligrosamente en la contrarreloj como para hacer muy problemática su vuelta a la zona del podio. Queda esa esfinge de Quintana, pero el Cóndor colombiano nunca ha hecho nada para atacar a Froome hasta ahora y en las pocas veces que se ha extendido Froome se ha mantenido desprendido y el ranking, aunque no irremediable, no habla a su favor. Ahora los Alpes vienen a ofrecerle la última oportunidad para el ansiado agudo. Ya hoy, en los 160 km de Bourg-en-Bresse a Culoz, el recorrido presenta un crescendo de subidas con la hors catégorie del Grand Colombier (12,6 km de ascensión con un 6,8% de media) y los Lacets du Grand Colombier, una espiral de curvas de 8,6 km de longitud al 7,3% situadas a 14 km de meta. Sin embargo, incluso los corredores de apuestas ahora parecen no tener mucha confianza en las posibilidades de victoria final de Quintana, que después de la contrarreloj vio que las probabilidades aumentaron de 2,5 a 16, mientras que las de Froome se redujeron aún más de 1,50 a 1,12. Incluso para la victoria en la etapa de hoy, las casas de apuestas no le ven entre los máximos favoritos, prefiriendo a Majka, Nibali (sí, el Tiburón siempre que -añadimos- no elija ser… un cicloturista) y Froome él mismo.

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