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Tour de Francia, en Rouen Cavendish aterriza en el suelo y Greipel vence a Petacchi

TOUR DE FRANCIA - En Rouen, el velocista alemán del Lotto se impone a Alessandro Petacchi, el velocista toscano, que finaliza segundo - Caída general a la vista de la meta: el campeón del mundo paga el precio - Cancellara siempre de amarillo - En Rouen el Tour recuerda un grande: Jacques Anquetil – Mañana una etapa llana, la Rouen-Saint Quentin

Tour de Francia, en Rouen Cavendish aterriza en el suelo y Greipel vence a Petacchi

En Rouen todos esperaban su bis, poderoso con su maillot arcoíris, en cambio el que cruza la línea de meta de la cuarta etapa del Tour, pedaleando lento y solo, es un Mark Cavendish decepcionado y magullado. Una vez más en los últimos tres kilómetros tuvimos que presenciar una caída general, en la que fue el campeón del mundo el que pagó el precio entre los grandes nombres. La camisa desgarrada, un hombro dolorido, Cavendish aún debería poder comenzar de nuevo mañana. Vía Cannonball, con el grupo dividido en varios tramos, la etapa la protagonizaron André Greipel y Alessandro Petacchi con un sprint resuelto en la línea a favor del velocista alemán de Lotto. Buen segundo para el velocista toscano de Lampre que va recuperando su forma etapa a etapa para preceder al propio Matthew Goss y al cada vez más sorprendente Peter Sagan, que con un número circense evitó acabar en el suelo en la caída general a un paso de la meta. Fabian Cancellara también encontró su camino bloqueado por una maraña de bicicletas y cuerpos y llegó retrasado. Pero como le sucedió ayer a Wiggins en Boulogne-sur-Mer, el jurado neutralizó todos los tiempos de los rezagados ya que el accidente se produjo en los últimos 3 metros de una etapa no montañosa. Cancellara se quedó así con el maillot amarillo, el vigésimo sexto de su carrera, con un 7” de ventaja siempre arriba Bradley Wiggins y Sylvain Chavanel, que con Vockler en crisis se ha convertido en el "portaestandarte" del ciclismo francés que nunca ha denunciado la falta de protagonistas como en los últimos años. Y no hay mejor ciudad que Rouen para desencadenar recuerdos y lamentos de un pasado glorioso para el ciclismo transalpino. Si para la historia Rouen es la ciudad donde fue quemada Juana de Arco, donde nacieron Pierre Corneille y François Hollande, para los amantes del ciclismo Rouen es la ciudad de Jacques Anquetil, que nació en las cercanías y murió allí el 18 de noviembre de 1987 con tan solo 53 años. . El Tour lo recordaba hoy, el rubio Jacquot, el gran campeón, a quien Francia nunca amó hasta el final, prefiriendo a su rival, aunque siempre perdedor, que Raymond Poulidor, el eterno segundo que estuvo allí, junto a otros campeones como Bernard Hinault, para honrar al oponente de muchos Tours.

Mañana la quinta etapa, la Rouen-Saint Quentin de 196.5 kilómetros. Etapa llana que no debería dar ningún susto a una clasificación, que sin bonificaciones, se queda estancada en la que fija la contrarreloj prólogo de Lieja. El único riesgo más que el viento son las calles estrechas, las rotondas y las reservas de tráfico: tantos escollos que amenazan con nuevos choques como el que, a unos cuarenta kilómetros de Rouen, obligó a Vincenzo Nibali a hacer un esfuerzo adicional para alcanzar a el grupo de los mejores que anulaba la ventaja, que llegaba hasta unos 8', de los dos franceses Moncoutié y Dalaplace que partían en el descanso inmediatamente después de la salida junto al japonés Arashiro. Para que conste, este último ha sido un maillot amarillo virtual durante mucho tiempo. Cancellara, el auténtico maillot amarillo, no debería tener problemas para defender el liderato en los próximos días, al menos hasta el sábado, cuando está prevista la cuesta arriba en La Planche des belles filles. Pero el suizo, además de campeón, es duro. Y hará todo lo posible para mantenerse en amarillo. No por nada lo llaman "Espartaco".

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