Hecha la ley encontramos el engaño: esta máxima parece tener valor universal y pasa por alto latitudes y longitudes. En China, para mantener bajo control un auge inmobiliario que había asumido el tamaño de una burbuja, se había establecido la prohibición de otorgar hipotecas para la compra de una tercera vivienda: dos se consideran el máximo que una familia puede desear, por residencia. principal y secundaria, mientras que una tercera vivienda se considera una inversión especulativa y como tal no debe ser favorecida. La unidad de referencia es la familia, pero si una familia que ya tiene dos casas se divide y las dos casas se dividen por igual, cada uno de los dos cónyuges tiene derecho a una "segunda" casa. He aquí entonces que los chinos ricos que quieren una tercera vivienda sólo tienen que divorciarse: en algunas ciudades se ha creado un mercado de 'falsos divorcios', para que puedan tener más casas en cartera. Se supone que entonces, después de haber revendido rentablemente la 'tercera' casa, se puede celebrar un nuevo matrimonio...
Terceras residencias y divorcios chinos
El gobierno ha limitado el número máximo de viviendas por familia para apuntar a los especuladores. Pero cada ley tiene una escapatoria para eludirla.
También te puede interesar ...
-
La Corte Suprema de Estados Unidos queda desprestigiada en su hipócrita e insostenible defensa de Donald Trump
-
Macron se parece a Draghi: intenta despertar a Europa y relanza el humanismo europeo desde la Sorbona
-
Barómetro de las guerras, Blinken ve a Xi Jinping: "Sin China, Moscú tendría más problemas en Ucrania"
-
El Moulin Rouge pierde sus aspas pero el espectáculo no cesa: esto es lo que le pasó al famoso cabaret de París