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Estrategia empresarial: la cultura de la reputación y la fiabilidad

Estrategia empresarial: la cultura de la reputación y la fiabilidad

La libreta de direcciones ESTRATEGIZACIÓN por Emanuele Sacerdote

Podría pensarse que en la situación de emergencia sanitaria y económica que estamos viviendo, el tema de los activos reputacionales consolidados es un tema secundario y no estratégico en la cultura corporativa.

En cambio, los activos de reputación son una de las piedras angulares que pueden respaldar la fase de crisis y el plan de reinicio. 

La reputación y el aprecio se construyen con el tiempo con iniciativas y comportamientos capaces de generar un fideicomiso puramente intangible compuesto de credibilidad, estima y favor.

El resultado de este fideicomiso es principalmente el aumento de la confiabilidad de la Compañía que, sólo posteriormente, desencadenará energías positivas sobre la seriedad, la calidad percibida, la imagen y la ventaja competitiva.

En la práctica, la protección de la reputación se convierte en un poderoso escudo para proteger a la Compañía. 

No obstante, los grupos de interés más vinculados al vínculo fiduciario (empleados, clientes, proveedores, bancos, etc.) deben ser considerados y tratados como el colectivo más próximo con el que colaborar en el establecimiento de protocolos anticrisis. 

La conducta de la Compañía también debe ser ponderada y evaluada desde el punto de vista de las acciones y eventos para que no deterioren la reputación tanto en el corto como en el largo plazo.

Por lo tanto, la subestimación de la reputación podría convertirse en un riesgo estratégico emergente: descuidar, modificar y/o debilitar el desempeño inherente al servicio al cliente, el control de calidad, la seguridad y los pagos podría afectar negativamente la estructura del fideicomiso y desencadenar una crisis reputacional difícil. para sanar, sobre todo si surgiera un fenómeno mediático de protestas y críticas a gran escala.

La verdad indiscutible fue enseñada por Warren Buffett. “Se necesitan veinte años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla. Si piensas en esto, harás las cosas de manera diferente”. 

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