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"Si la muerte fuera una flor fragante" el nuevo libro de Chiara Saccavini

"Si la muerte fuera una flor fragante" el nuevo libro de Chiara Saccavini

Chiara Saccavini, la filósofa jardinera de Friuli, sale por los tipos de Youcanprint con su noveno libro, el tercero en forma de novela. Si la muerte fuera una flor fragante, es el título de un libro de fácil lectura pero que, en cada línea, invita a profundizar, sondear y quizás soñar.
Olga Maieron, en el prólogo del volumen, acertadamente señala que se trata de una novela “que definir no es en absoluto una operación simple ni inmediata. Estaría tentado de usar un neologismo del tipo “fitofilosófico”, pero es un poco cacofónico y no parece adecuado para encerrar el laberinto caleidoscópico al que nos lleva Chiara Saccavini, de una manera aparentemente casual”.
Este pequeño e intenso volumen de una autora orgullosamente friulana habla de vida, amores, muerte, renacimientos, combinando profundos estudios filosóficos, conocimientos botánicos (la suya es una de las colecciones de begonias más importantes del mundo), de teosofías y disciplinas orientales, mitología mediterránea, tocando también en otros ámbitos.
Un lector podría encontrar en Si la muerte fuera una flor perfumada respuestas sobre el más allá que es el más allá, pero también un hilo conductor para emprender un viaje iniciático (el nombre de Gurdjeff aparece varias veces), pero más simplemente un pequeño y preciso texto sobre las virtudes e historias de las plantas.
Temas preciosos y que lo abarcan todo, que en la escritura muy mesurada de Chiara Saccavini se convierten en fluidos momentos de fascinación y narración.
La protagonista, que es fisiológica para imaginarse siendo la misma autora, la vive hoy, en su Friuli, tierra salvaje y poderosa. Lleva dentro y por encima de sí misma las historias de otras mujeres que fueron ella y que son ella. En un continuo, resurgido y móvil en su apariencia, porque -escribe Saccavini citando al "Gorgia" de Platón- "¿Quién puede saber si vivir no es morir / y si morir no es vivir?".
“He vivido muchas vidas. Fragmentos de recuerdos pasan ante mis ojos. Acontecimientos, objetos, perfumes evocan destellos repentinos de situaciones ambientadas en el pasado”, reconoce la protagonista. Quien, en otras páginas, afirma: “Yo creo que nunca hemos salido del Paraíso. Simplemente lo olvidamos. No lo reconocemos. La dureza de nuestros corazones en realidad seca nuestro propio planeta; la mezquina esterilidad de nuestras almas la abandona rápidamente”, prosigue. En línea con la historia, la única imagen que aparece dentro de la historia de portada propone una serpiente enroscada alrededor de inflorescencias de diferentes plantas. Aquí el reptil no se muerde la cola, pero lo que aún se evoca es la idea del uróboros, la antiquísima figura que indica la continuidad entre la vida y la muerte. Un tiempo de circularidad más que de secuencias interrumpidas.
En comparación con sus otras publicaciones, aquí por primera vez la autora también trae la música a una de sus historias de manera completa, como una refinada amante del tema que es. Como para sugerir una banda sonora a la historia y un catalizador de emociones, como si la muerte fuera una flor fragante que nunca deja de florecer en cada página.

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