Nicolas Sarkozy está siendo investigado por financiación ilegal de su campaña electoral en 2012 y ve esquiva la posibilidad de volver al Elíseo. La decisión fue tomada ayer por la noche por los magistrados franceses al final de un día de interrogatorios. Los jueces identificaron 13 millones y medio de gastos "presidenciales" mientras que en las cuentas oficiales solo se habían comunicado 3 millones.
El abogado de Sarkozy señaló que su defendido está siendo investigado por una "infracción formal" de la ley y recordó que "el Consejo Constitucional, con sentencia firme, ya se ha pronunciado sobre este desbordamiento del presupuesto de la campaña electoral al imponerle una sanción" que el exjefe de Estado ya se ha deshecho.
Los abogados apelarán, pero subrayan que los jueces han excluido a Sarkozy de toda responsabilidad por lo que se define como el "caso Bygmalion", un tráfico de facturas falsificadas siempre en el marco de la financiación de la campaña electoral.
El expresidente de la República Francesa es hoy el jefe de la oposición derechista de los republicanos y se encuentra en plena actividad política de cara a las elecciones presidenciales de 2017. Su principal oponente en las primarias derechistas será Alain Juppé, que recoge unos 40% de las intenciones de voto, frente al 30% de Sarko.
La nueva investigación podría pesar sobre las acciones del expresidente, que desde julio de 2014 ya está siendo investigado por corrupción y tráfico de influencias en el caso vinculado a una interceptación entre él y su abogado Thierry Herzog. La conversación reveló un intento de obtener información confidencial de un magistrado sobre el caso de sobornos a las partes del multimillonario Bettencourt. A cambio, se prometió una intervención para otorgar a ese juez un cargo importante en el Principado de Mónaco.
