Quedará uno solo. O quizás ambos, pero en ese caso solo la Juventus sonreiría. Roma-Milán (a las 21) de hecho no es solo el desempate por el segundo puesto, sino también para elegir al oponente de los bianconeri, destinados de otro modo a hacer una carrera solitaria hasta el sexto scudetto consecutivo. Por supuesto, esto se aplica sobre todo a los giallorossi: son los que tienen potencial para luchar contra la Juve, a la que además se enfrentarán en Turín el próximo sábado.
Sin embargo, hasta los rossoneri, clasificación en mano, tienen todo el derecho a soñar, por lo que esta noche veremos un partido muy interesante entre dos equipos a los que se les da mejor marcar que no encajar.
"Es un partido importante pero aún es pronto para hablar de anti-Juve - explicó Spalletti - Queremos ganar y solo entonces pensar en el partido de Turín, si perdemos los 3 puntos también cambiarían los escenarios".
Es difícil culpar al entrenador de los giallorossi: una cosa sería presentarse en el Estadio a menos 4 y otra hacerlo después de un empate o una derrota. La presión, por tanto, recae toda sobre la Roma, un escenario que gusta mucho a Vincenzo Montella, cada vez más a gusto en el papel de outsider.
"Quiero jugar este reto con alegría y ligereza -admitió en la conferencia de la víspera- Los chicos deben disfrutarlo y no vivirlo con obsesión, solo así tendremos más posibilidades de ganar".
En el fondo, el técnico rossoneri sueña con dar un golpe, pero seguro que no llega al Olímpico en las mejores condiciones posibles. Bacca y Bonaventura no estarán por lesiones, Kucka por descalificación: y si es cierto que el colombiano puede ser sustituido fácilmente, también lo es que perder dos tercios del mediocampo titular ante la Roma no es lo mejor en vida.
El 4-3-3 de Montella verá así a Donnarumma en la portería, Abate, Paletta, Romagnoli y De Sciglio en defensa, Pasalic, Locatelli y Bertolacci (su primer titular esta temporada) en el centro del campo, Suso, Lapadula y Honda (favorito sobre Niang) en ataque.
Menos problemas para Spalletti pero solo por una plantilla más amplia y estructurada que sus rivales: las ausencias de Salah y Totti, de hecho, reducen mucho la variedad del ataque. No obstante, el técnico se centrará en un 4-2-3-1 con Szczesny en la portería, Rudiger, Manolas, Fazio y Emerson atrás, De Rossi y Strootman en el centro del campo, El Shaarawy, Nainggolan y Perotti en el trocar detrás del solitario delantero Dzeko.
Además, el del Olimpico también será el partido entre Spalletti y Montella, ya juntos tanto en Empoli como en Roma. Una relación no siempre idílica entre ambos ("en la Capital me pudo haber dado más pero lo perdoné", el chiste-acusación del avión), que esta tarde vivirán el primer gran capítulo como entrenadores.
