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Referéndum de perforación: por eso no vamos a votar

El presidente de la comisión anti-referéndum sobre los simulacros, Gianfranco Borghini, explica el llamamiento a los ciudadanos a no votar en la consulta del 17 de abril promovida por 8 Regiones por considerarlo "engañoso", "nocivo" y "puramente destructivo" - Es un referéndum que responda sólo a "intereses locales y locales y no nacionales".

Referéndum de perforación: por eso no vamos a votar

Nuestro comité está "en contra" del referéndum y la invitación que dirigimos a los italianos es "no" para ir a votar. Por dos motivos: porque es un referéndum engañoso y porque es perjudicial.

Es engañoso, porque los promotores quieren hacer creer a los italianos que el referéndum se usa para decir "No" a nuevas perforaciones dentro de las 12 millas y esto a poca distancia de la decisión del Parlamento de aprobar una ley que las prohíbe expresamente. ¿Qué sentido tiene hacer que el país gaste 400 millones de euros para decir 'No' a algo a lo que el Parlamento ya ha dicho 'NO'? Sin sentido, de hecho. Es un engaño.

El referéndum no es un referéndum de iniciativa popular. Nadie ha preguntado a los ciudadanos qué opinan y nadie ha recogido las 500 firmas necesarias. Los que lo han intentado en el pasado no lo han conseguido. Este referéndum fue promovido por 8 regiones (y no entre las más pobladas) a las que les preocupa una sola cosa: afirmar el principio, completamente erróneo, de que, en materia de energía, deben ser las regiones y no el Parlamento. Si este fuera el caso, solo prevalecerían los intereses locales y locales y no los nacionales. Por eso invitamos a los ciudadanos a rechazar la invitación de las ocho Regiones y no ir a votar.
El Referéndum también es perjudicial. El verdadero objetivo de sus promotores no es impedir la perforación, que en todo caso estaría prohibida, sino bloquear las plataformas que ya existen y que desde hace años suministran, con total seguridad y sin perjudicar a nadie, parte del gas que la necesidades del país.

Se dice que estas producciones son marginales y que el juego no vale la pena. No es cierto ! La producción italiana de gas y petróleo (en tierra y en el mar) cubre respectivamente el 11,8% y el 10,3% de nuestras necesidades. En euros, esto significa un ahorro de 4,5 millones al año en las facturas de energía. Realmente no es tan poco. Las plataformas marinas que deberían cerrarse suministran entre el 0 y el 60% del gas nacional que usamos en casa o en actividades productivas. ¿Por qué debemos renunciar a esta energía limpia, segura y que satisface las necesidades básicas del país? ¿Por qué socavar un sector industrial que crea empleo y riqueza y es rico en profesionalismo y tecnologías? No hay ninguna razón válida para hacer esto. Sería un despilfarro absurdo que ninguna nación con la suerte de contar con recursos energéticos nacionales, empezando por la "muy verde" Noruega, soñaría con hacer. ¿Por qué Italia debería hacerlo?

La extracción de gas metano no daña el turismo de ninguna manera. El 50% del gas procede de las plataformas situadas en el alto Adriático y ninguno de los numerosos balnearios, empezando por la espléndida Rávena, se ha quejado de daños. Por el contrario, ha crecido el turismo de playa y las playas a las que la liga Ambiente otorga la goleta verde.

No daña el medio ambiente, las plataformas son áreas de reposición de peces y fue hace unos días que la Universidad de California en Santa Bárbara pidió que no se abandonara la plataforma Eureka porque se ha convertido y es considerada por ellos un importante oasis de peces. Se puede decir que desfigura el paisaje. Los aerogeneradores que pueblan las colinas de Apulia están mucho más desfigurados.

Sobre todo, la extracción de gas es segura. El ISPRA, el Instituto Nacional de Geofísica, el de geología y el de oceanografía ejercen sobre ella un control constante y riguroso. Existe el control de las autoridades portuarias, las autoridades sanitarias locales y las autoridades sanitarias locales así como el del Instituto Superior de Salud y los ministerios competentes. Nunca se han reportado accidentes o peligros de importancia.

Finalmente, esta actividad no cuesta nada a los contribuyentes pero le da mucho al país: 800 millones en impuestos, 400 en regalías y concesiones, 300 en inversiones en investigación. Da empleo directo a más de 10.000 personas y contribuye con el sector a emplear a más de 100 personas. ¿Por qué deberíamos dispersar más esta riqueza si no hace daño a nadie?

La solicitud de referéndum es puramente destructiva. No se crea un nuevo desarrollo destruyendo lo que el país ha hecho con esmero, desde Enrico Mattei en adelante.

Por eso les decimos a los italianos que no vayan a votar, que no tiren del sprint a quien solo quiere destruir.

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