El posible rechazo a la reforma constitucional produciría dos efectos devastadores:
1) inestabilidad política e ingobernabilidad, ya que inmediatamente después se elegirían dos Cámaras, ambas aún decisivas a efectos de confianza en el Gobierno (una anomalía italiana), una con pura representación proporcional, la otra con un sistema electoral como el Italicum que , tras ese resultado del referéndum, llevaría casi con seguridad a la conquista del premio mayoritario por parte del M5S. Con esto, Italia no tendría ni siquiera la extrema ratio de la Grosse Koalition, que ha permitido la expresión de un gobierno en Alemania y Austria y quizás lo permita en España.
2) La pervivencia de la confusa y conflictiva división de poderes legislativos introducida por la reforma del Título V de 2001, que casi todos se han comprometido desde hace 15 años a corregir, además de introducir la cláusula de supremacía que existe en todos los sistemas federales. Con esto no digo que la reforma sea perfecta, se podrían mejorar muchos detalles, pero es un problema que puede surgir después del referéndum, una vez adquiridas las opciones básicas (superar el bicameralismo igualitario, reequilibrar el título V).