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Quirinale, D'Alema y Prodi en la pole position en la campaña para la elección del nuevo Jefe de Estado

El jueves comienzan las votaciones en el Parlamento para la elección del nuevo Presidente de la República: si Bersani se acerca a Berlusconi y busca los votos de Grillini, Romano Prodi está en la pole position, pero si el secretario del Partido Demócrata busca un entendimiento amplio, como él dice que quiere, en lo alto de la lista de candidatos está D'Alema que también puede recoger los votos del centro-derecha

Quirinale, D'Alema y Prodi en la pole position en la campaña para la elección del nuevo Jefe de Estado

¿Qué mayoría elegirá al nuevo Jefe de Estado? ¿Una mayoría de amplios acuerdos centrados en la convergencia entre el Pd y el Pdl con el aporte de Elección Cívica o una mayoría virada a la izquierda y compuesta por el Pd y el M5S de Beppe Grillo? El meollo de la disputa, que saldrá a escena a partir del jueves con las primeras votaciones de las Cámaras reunidas para la elección del sucesor de Giorgio Napolitano y que tendrá efectos indudables también en la formación del futuro gobierno, está todo aquí, aunque el el resultado estará condicionado por mil incógnitas y mil imprevistos. El esquema de juego, sin embargo, es claro aunque sea bivalente y la lista de candidatos empieza a escasear.

Si efectivamente prevaleciera el esquema de los amplios acuerdos y el candidato compartido –como volvió a pedir ayer Silvio Berlusconi y como promete también Pierluigi Bersani siempre que la elección del nuevo Presidente de la República no lleve al altamente gobernado Pd-Pdl– en la pole position hay esencialmente tres candidatos: Massimo D'Alema, Giuliano Amato y Franco Marini. Naturalmente, para cada uno de ellos hay pros y contras y no se puede descartar completamente que la hipótesis representada por Luciano Violante también deba agregarse a estos tres candidatos autorizados.

Un hecho los une: los cuatro candidatos pueden ser apoyados, con más o menos dolor de estómago, por el Pd y también por el Pdl, pero las posibilidades no son las mismas para cada uno de ellos. En la víspera quien parece tener más, al menos sobre el papel, es Massimo D'Alema que en los últimos días ha realizado una valiosa labor de reconciliación dentro del Partido Demócrata e incluso ha recuperado una buena relación con Matteo Renzi, que anteriormente había desguazado eso Además, D'Alema es uno de los candidatos del Partido Demócrata que también gusta al Cavaliere porque ofrece garantías de equilibrio y no ha ocultado sus simpatías por una línea de continuidad política con Napolitano que podría desembocar en el nacimiento de un gobierno. de entendimientos amplios -con un gobierno de propósito o un gobierno del Presidente apoyado más o menos directamente por el Pd y el Pdl- aunque no al propio gobierno con presencia directa de ministros de centroderecha y de centroizquierda. D'Alema también tiene una densa red de relaciones internacionales a su lado que en su mayoría lo ayudan: ¿también tiene algunas desventajas? Seguro que sí y paradójicamente los tiene en su propio partido y sobre todo en la mente de Bersani que aún no ha perdido la esperanza de llegar al "gobierno del cambio" sin los votos del PDL y de ir rápido a las elecciones: en este sentido A Bersani le gustaría elegir un presidente que lo envíe al Parlamento incluso con un gobierno minoritario y que luego disuelva rápidamente las Cámaras. Esta última hipótesis no cuenta con el favor de D'Alema y una parte creciente del Partido Demócrata que teme un naufragio del Partido Demócrata en las próximas elecciones. 

Como alternativa a D'Alema pero dentro del mismo esquema de amplios entendimientos están entonces las candidaturas de Giuliano Amato, quien reúne todos los requisitos para aspirar a la Presidencia de la República tanto por cursus honorum como por prestigio institucional e internacional pero que reúne el frío consenso dentro del Partido Demócrata y la abierta hostilidad de la Liga por su pasado socialista, y el de Franco Marini que, a diferencia de D'Alema y Amato, no tiene proyección internacional y es mayor, pero es apoyado abiertamente por el ala católica de el Partido Demócrata y por la ex Margherita aunque no por Renzi.
En la alternativa está Luciano Violante, bien considerado en su partido pero también por el centro-derecha por haber mostrado equilibrio cuando era presidente de la Cámara y que, en el fondo de los pensamientos de Berlusconi, podría -como ex magistrado- también representar un baluarte contra la prominencia del poder judicial. Políticamente Violante es una copia un poco descolorida de D'Alema respecto del cual no puede presumir de la amplia gama de relaciones internacionales, pero las partidas están abiertas. Tan abierta que no puede descartarse que, tras las primeras votaciones y si no se llega inmediatamente a un acuerdo sobre un candidato compartido por Pd, Pdl y Elección Cívica, Bersani -presionado por los llamados "Jóvenes Turcos" y por Sel- opte el camino del aislamiento a la izquierda, romper con Berlusconi y con una parte de su propio partido y abrirle las puertas a Grillo en la ilusoria esperanza de ser correspondido cuando se forme el gobierno. En este caso, el candidato más fuerte sería el de Romano Prodi, quien es visto como el humo y los espejos por Berlusconi pero que puede reunir apoyo en el Partido Demócrata como el noble padre del Olivo pero también en el M5S por sus veinte años. año de relación con Beppe Grillo.

Si Prodi -que goza de un prestigio internacional de primer nivel- tomara el Quirinale -la hipótesis de un gobierno basado en un amplio entendimiento entre Pd y Pdl se alejaría más y la vuelta a las urnas avanzaría a pasos agigantados a la de Bersani satisfacción pero quizás al precio de una ruptura sensacional en el Partido Demócrata. El partido está esperando a ser visto y el saque inicial está cerca.

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