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Prometeia: el bono de Irpef vale 5 millones más de consumo interno (+0,5% en 2014)

PROMETEIA – El consumo interno vuelve a crecer: como resultado de las medidas de apoyo a los ingresos de los hogares, la baja inflación al consumidor y los incentivos para apoyar mercados específicos, en 2014 el gasto interno aumentó un 0,5%.

Prometeia: el bono de Irpef vale 5 millones más de consumo interno (+0,5% en 2014)

El aumento del consumo en el año en curso (+0.5%, a precios constantes) debería estar sustentado en la mejora de la renta disponible, que se estima revertirá la tendencia tras seis años consecutivos de descenso, también gracias a la bonificación fiscal.

Por lo tanto, en promedio del año, el consumo interno podría recuperar una senda de crecimiento, tanto en términos reales como nominales, debido principalmente al incremento en el consumo de bienes no alimentarios, impulsado en particular por el inicio de un nuevo ciclo de bienes duraderos y por la lenta continuación del proceso de terciarización, lo que permitirá que los servicios aumenten aún más su incidencia en la canasta de gasto de los hogares.

Por otro lado, el consumo de alimentos se mantendrá en territorio negativo, reflejando comportamientos de consumo orientados a la racionalización y reducción del despilfarro, pero también la persistencia de dificultades materiales de las familias menos favorecidas, quienes tendrán beneficios marginales del crédito del IRPF.

La bonificación del IRPF es determinante para este resultado

9.7 millones de familias, es decir, alrededor del 40% de las familias italianas, recibirán al menos una bonificación fiscal en 2014; de media estas familias recibirán un crédito de 655 euros entre mayo y diciembre, por un importe total de la bonificación estimado en unos 6.4 millones de euros, según el modelo de microsimulación utilizado.

Para evaluar y estimar el importe de la bonificación que los hogares podrían destinar a consumo en 2014 y el potencial impacto en los distintos mercados de gasto, se supuso que la bonificación del Irpef es puntual, por lo que no supone una variación permanente de la renta, y que la asignación de recursos adicionales se da sin cambios en la propensión a consumir y en la canasta de gasto específica de los hogares según el tramo de ingreso al que pertenecen.

Según nuestras estimaciones, el 85% del importe total de la bonificación, es decir, 5.4 millones de euros, podría destinarse a consumo, mientras que el 15% restante se destinaría al ahorro u otros usos (pago de hipotecas, préstamos, etc.). . el bono se destinará principalmente a bienes y servicios no comprimibles (desde alimentos hasta costos de vivienda), que tienen un impacto significativo en el presupuesto de gasto de las familias, especialmente las de las clases de menores ingresos, y en menor medida hacia mercados voluptuosos, fuertemente sacrificados con la crisis, como en el caso de la confección y el calzado.

Sin embargo, es necesario considerar cómo el aumento simultáneo de los impuestos indirectos en el presente año (debido al aumento impuesto por la legislación vigente, incluyendo mayores impuestos a la propiedad) podría amortiguar el efecto de la bonificación fiscal sobre el consumo. Además, si el crédito fiscal no es puntual, sino permanente, entonces el impacto de la bonificación también puede variar mucho, tanto en términos de usos distintos al consumo (ahorro, cuotas hipotecarias, préstamos, etc.), como en términos de imputación en las distintas partidas de gasto (en función, por ejemplo, del valor unitario medio de los bienes y servicios a adquirir, de la necesidad de reposición, etc.).

La progresiva mejora de la renta disponible permitirá que el consumo interno continúe con su lenta recuperación (algo más del 1% de media anual) también en el bienio 2015-'16.

Una dinámica limitada, que también se verá afectada por la tendencia a la acumulación de ahorro y la persistencia de situaciones críticas en el mercado laboral. Ampliando la mirada a los niveles de consumo de finales de 2016, también se hace evidente que el comportamiento de los consumidores, una vez superada la crisis, ya no será el mismo de antes.

La duración, intensidad y generalización de la crisis ha llevado a muchas familias no solo a grandes sacrificios, sino también a estrategias de ahorro y reducción de residuos que difícilmente se abandonarán en los próximos años, impidiendo que muchos mercados recuperen los niveles previos a la crisis.

Además, la evolución de los distintos sectores en los próximos años seguirá condicionada por el coste de bienes y servicios poco comprimibles que, dado un sistema de suministro todavía poco competitivo, seguirán consumiendo recursos. A estos se añadirán los de gastos de tratamiento para el futuro (gastos médicos y sanitarios, protección social, servicios financieros), dado el impacto de las medidas restrictivas adoptadas en Italia en los últimos años, en particular las relativas a la contención del gasto sanitario y pensión pública.

Entre los distintos mercados analizados, los sectores de alimentación y confección y calzado podrían mantenerse en niveles más de un 10% inferiores a los de 2007, incorporando la consolidación de comportamientos de consumo orientados a marcas blancas, productos promocionales y marcas/canales low cost, que se encuentran en cualquier caso capaz de garantizar un buen nivel de calidad y contenido de servicio.

El mercado de la movilidad mantendrá volúmenes decididamente bajos, dentro de los cuales la demanda de medios de transporte podría mantenerse en niveles casi un 40% inferiores a los de 2007, compatible con un mayor giro hacia modos de transporte alternativos al uso del vehículo privado.

Por otra parte, se continuará con el proceso de tercerización que permitirá que los servicios, en los próximos dos años, incrementen aún más su incidencia en la canasta de gasto de los hogares; sin embargo, este proceso parece estar alimentado sobre todo por la creciente divergencia de estilos de vida y hábitos de consumo entre los diferentes tramos de ingresos más que por una tendencia fisiológica; un factor que también está apoyando una progresiva polarización del consumo.

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