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Polonia: las inversiones extranjeras y la productividad impulsan el PIB (+3,6 %), pero el populismo acecha

En Polonia, el valor añadido creado por la industria creció un 7,2 % apoyado por la fabricación (+8,6 %), las ventas minoristas aumentaron (+8,0 %) y la tasa de desempleo cayó (7,5 %). La inflación es buena, pero ahora atención a las facturas y al populismo.

Polonia: las inversiones extranjeras y la productividad impulsan el PIB (+3,6 %), pero el populismo acecha
En el espacio de veinte años, el PIB per cápita de Polonia aumentó del 40 % de la media de la UE en 1997 a alrededor del 70 % en 2016: el crecimiento económico real del país en el mediano/largo plazo (3,9% anual en promedio de 1997 a 2016) estuvo respaldado por el crecimiento de la productividad (con una contribución anual promedio de 2,0pp) y la acumulación de los factores capital y trabajo. Según lo informado por el Departamento de Estudios e Investigaciones Intesa Sanpaolo, apertura internacional (las exportaciones al PIB aumentaron del 21% en 1995 a más del 50% en 2016), inversión extranjera (la suma de activos y pasivos externos al PIB aumentó de 400% a 660% de 2004 a 2016) y una mayor eficiencia en el mercado laboral son los principales factores estructurales que subyacen a la dinámica económica polaca y representan los motores del crecimiento económico del país. Tras el descenso iniciado en 2008, la entrada de inversiones extranjeras directas volvió a crecer a partir de 2014 hasta el actual 3,0% del PIB, contribuyendo, junto a los fondos europeos (67,2 millones de euros de 2007 a 2013 y para el periodo 2014-20) a además se han destinado 86 mil millones, de los cuales el 30% se destina a proyectos de redes de infraestructura) para la expansión del capital productivo del país y la transferencia de tecnología. Y en cuanto al factor trabajo, la dinámica del empleo se vio favorecida por la mayor eficiencia del mercado laboral que con el tiempo ha mejorado la posibilidad de equiparar la oferta y la demanda de trabajo.

El PIB creció un 2,7% en 2016 apoyado por el lado de la demanda en el consumo público (con una aportación de 0,5pp) y sobre todo los privados (2,2pp), este último favorecido por el crecimiento del empleo. La contribución al crecimiento del PIB derivada de las exportaciones netas también fue muy limitada, aunque positiva (0,2 pp). Por el lado de la oferta, la mayor contribución al crecimiento del PIB en 2016 provino del sector servicios, que creció un 3,9%, mientras que las aportadas por la industria y la agricultura fueron muy modestas. Durante el primer trimestre de 2017 el PIB creció un 4,0%, con una fuerte aceleración (desde +2,5% a finales de 2016); en el mismo período, el gasto de consumo final se aceleró del 3,9 % al 3,1 % y el buen crecimiento de las exportaciones (8,3 %) estuvo sustancialmente en línea con el de las importaciones (8,7 %), mientras que la dinámica de las inversiones, fuertemente correlacionada con los fondos de la UE, fue cerca de cero Por el lado de la oferta, el valor agregado creado por la industria creció 7,2%, apoyado principalmente por la manufactura (8,6%); el sector de la construcción volvió a terreno positivo (4,6%) y el sector servicios confirmó su tendencia con crecimientos del valor añadido repartidos entre sus distintos componentes, desde el 13% registrado por el transporte hasta el 0,2% del sector de la formación.

Las ventas minoristas de abril y mayo crecieron más del 8,0% en términos nominales y la tasa de paro también cayó en mayo (7,5%) hasta su nivel más bajo de los últimos años. en mayo elIndicador de sentimiento económico se mantuvo cerca del máximo registrado en los últimos cinco años, confirmando perspectivas económicas favorables también para el segundo trimestre. Para todo 2017, los analistas prevén un crecimiento del PIB del 3,6%, con la dinámica económica en la segunda mitad del año corrigiendo ligeramente en comparación con el primer trimestre. Todos los componentes, incluidas las inversiones, cuya dinámica podría volver a territorio positivo con la intensificación de la absorción de los fondos estructurales de la UE, apoyarán el crecimiento del PIB. La fase cíclica positiva de los principales socios comerciales de Polonia contribuirá positivamente a través de las exportaciones, pero se cree que esta contribución será compensada sustancialmente por el crecimiento de las importaciones. Para el próximo año se espera que continúe la fase cíclica positiva, aunque a un ritmo algo más contenido (la previsión de crecimiento del PIB es del 3,3% en 2018) con la contribución de las exportaciones netas en terreno negativo por la dinámica de las importaciones impulsada por el crecimiento del consumo de los hogares.

En los primeros cinco meses de este año, la inflación se ubicó en un promedio de 1,7%, recuperándose del -0,7% de 2016. Para lo que resta de 2017 se espera que continúe la tendencia creciente de los precios al consumidor, debido a las presiones inflacionarias generadas por la demanda, llevando la inflación anual a alrededor de 2,0%. Se espera que el perfil de inflación se mantendrá en torno al 2,0 % en 2018 bajo el supuesto de que los precios del petróleo seguirán siendo bajos y aumentarán lentamente.

La consolidación fiscal lograda por el país en los últimos años ha permitido reducir el déficit público del 4,0% en 2013 al 2,4% en 2016: la mejora del déficit en 2016 fue consecuencia de un mayor crecimiento de los ingresos fiscales frente al gasto, que también se vio lastrado por la compra de Pekao Bank, operación que permitió al país hacerse con el control de los dos mayores bancos de Polonia (Pekao y UPU). El año pasado, la relación entre los ingresos presupuestarios y el PIB fue del 38,0 %, o 0,4 pp más que en 2015, mientras que el gasto público ascendió al 40,4 % del PIB, o 0,2 % más que el año anterior. Según las estimaciones presentadas en abril por el Gobierno en el documento “Programa de Convergencia”, este año el déficit público será del 2,9%, tras el fortalecimiento del gasto de inversión pública y la política fiscal de apoyo a las familias (Programa Familia 500 Plus) para incentivar el crecimiento de la población. Para el próximo año, prosigue el documento, el Gobierno tiene previsto un déficit del 2,5%, para luego disminuir en los años siguientes hasta el 1,2% en 2020. Se espera que la deuda pública, equivalente al 54,4% en 2016, aumente a 55,3% este año debido al déficit presupuestario, y luego disminuya ligeramente en 2018 (54,8%). Para que la deuda pública se estabilice cerca del 45 %, es decir, por debajo del umbral (55 %) que la Constitución polaca señala como valor límite a partir del cual el Ejecutivo debe limitar su libertad de gasto para estabilizar las cuentas públicas, el déficit público no debe superar el 1,2% a medio/largo plazo.

El país cuenta con un régimen de política monetaria de metas de inflación con una meta de inflación del 2,5%: desde abril de 2015 el Banco Nacional de Polonia (NBP) dejó la tasa de referencia en 1,5% (el nivel más bajo de la historia). Según las autoridades monetarias, la inflación se mantendrá en una senda débil en 2017-18 pero en una tendencia alcista, impulsada por la recuperación de la economía, considerando que no es probable un aumento en las tasas de política en el corto plazo. En este escenario, la política monetaria se mantendrá expansiva en los próximos meses con la tasa de política en mínimos y con una posible suba gradual de la tasa de referencia recién hacia fines del próximo año. Al mismo tiempo, Polonia tiene un régimen de tipo de cambio de flotación libre: actualmente, el zloty está a 4,2 frente al euro, valor en torno al cual ha fluctuado en los últimos seis meses. El tipo de cambio se aprecia ligeramente frente al valor de equilibrio (4,37), donde los analistas creen que la moneda local seguirá estando sujeta a fluctuaciones en el corto plazo, sin embargo, se depreciará ligeramente en el largo plazo hacia el valor de equilibrio. El déficit por cuenta corriente se redujo hasta el 0,3% del PIB en 2016 con la balanza comercial que, aunque reducida, se mantuvo en terreno positivo y la de servicios, en cambio, aumentó. A pesar del déficit por cuenta corriente, la balanza de pagos fue positiva gracias al superávit de las cuentas de capital y financiera: para este año se estima que el déficit corriente, si bien se mantiene bastante contenido, podría ampliarse al 0,8% por la demanda de importaciones derivados del fortalecimiento del consumo de los hogares. Una dinámica que podría llevar el déficit al 1,2% en 2018.

La deuda externa aumentó a 74,7% del PIB en 2016 (desde 69,5% en 2015), sin embargo se espera que mejore este año y el próximo (71,4% y 68,5%, respectivamente) gracias a los bajos déficits en cuenta corriente. En este escenario, la deuda externa podría corregirse significativamente por debajo del 65% del PIB si el déficit en cuenta corriente se mantiene por debajo del 1,5% a más largo plazo. En un horizonte a corto plazo, se estima que el índice de cobertura de reservas, es decir, el índice entre las reservas de moneda extranjera y el agregado igual a la suma de la deuda que vence y el déficit en cuenta corriente (que satisface las necesidades financieras externas a corto plazo del país) excederá el valor umbral de 1 (2,7 en 2017) y se espera que se mantenga por encima del umbral de criticidad también en 2018. Según el Índice de Competitividad Global (GPI), índice calculado a partir de Foro Económico de la Palabra, de 2012 a 2015 Polonia mejoró su puntuación de 4,1 a 4,5 en una escala que va del 1 (menos competitivo) al 7 (más competitivo). De acuerdo con el GPI, la compleja regulación tributaria y el ineficiente sistema burocrático pesan negativamente sobre la economía y tienen un amplio margen de mejora, mientras que la calidad del sistema educativo representa una de las fortalezas del país.

Sin embargo, la deuda externa (estimada en más del 70% en 2016) representa un elemento de la fragilidad financiera del país, aunque se espera que el déficit por cuenta corriente sea bastante pequeño, aunque aumente ligeramente el próximo año. En enero de este año el FMI ha concedido la prórroga del programa Línea de Crédito Flexible (FCL) y en el "Staff Statement" de mayo pasado subrayó la fase cíclica positiva que atraviesa el país, sin dejar de recordar la necesidad de fortalecer los fundamentos de la economía intensificando las inversiones y mejorando las finanzas públicas con la reducción del déficit presupuestario, que está muy cerca del 3,0% aunque por debajo del criterio de Maastricht. En mayo, la agencia Moody's confirmó la calificación del país en A2, ya principios de año, la agencia Fitch también confirmó su calificación (A-). La opinión de S&P es un poco más cautelosa, asignando a Polonia una calificación BBB+ con perspectiva estable.

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