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Plan Marshall y Fondo de Recuperación, tan lejos y tan cerca

No es de extrañar que ante la emergencia sanitaria y económica que afecta al mundo entero y la urgencia de una rápida reconstrucción, se siga mirando al Plan Marshall como modelo de referencia - Pero, ¿cuáles son los puntos en común y cuáles son las diferencias con el Fondo de Recuperación lanzado estos días por la Unión Europea?

Plan Marshall y Fondo de Recuperación, tan lejos y tan cerca

estamos inmersos en una crisis que tiene raíces fuera del funcionamiento de nuestras economías. Ataques simultáneos ser la pregunta agregado por el colapso de los ingresos y por la incertidumbre que se ha apoderado de la vida económica y social, ser la oferta agregado para la desintegración progresiva de las cadenas de valor europeas y globales y para la reducción a cero de los pedidos. El debate público, y también el termómetro de la opinión pública, fluctúa entre la expectativa de un cambio positivo pero aún mal definido y el pesar por el mundo tal como era. La historia nos dice, en cambio, que el resultado de las fases de cambio acelerado que provocan las crisis es generalmente un nuevo equilibrio en el que la realidad se presenta como una hibridación entre lo nuevo y lo viejo, una síntesis tanto más estable, cuanto más lejos del punto de partida, más la política ha sido capaz de implementar estrategias gubernamentales efectivas y específicas.

UN NUEVO PLAN MARSHALL EUROPEO

No es pues de extrañar que volvamos con insistencia a mirar a la Avión Marshall como fuente de inspiración y sobre todo de estímulo para diseñar un verdadero plan de ajuste estructural para el futuro de la economía europea. Una llamada que vino del presidente Emmanuel Macron, tirando el Fondo de recuperación, por el Secretario General de la OCDE Angel Gurria, por el líder portugués, por el mismo Ursula von der Leyen. Por supuesto, mucho ha cambiado en los años que siguieron a una guerra que legó a Europa escombros materiales y morales junto con la reducción a cero sin precedentes de las economías de las naciones. Hoy tenemos un horizonte diferente ante nosotros y, sobre todo, nadie está aislado, tenemos las herramientas de una colaboración europea que, aunque en dificultades y privada de su mejor fuerza motriz, está llamada a resistir el paso del tiempo. Sin embargo, las profundas diferencias van acompañadas de temas y cuestiones que aún hoy hacen del plan americano un buen punto de referencia.

LAS DIFERENCIAS DEL PIANO MARSHALL ORIGINAL…

Empecemos por lo más obvio. diversidad. En 1947 plan fue usado para crear una zona antisoviética económicamente unitario y formaba parte de un proyecto de nuevo orden europeo e internacional. Esto fue para encontrar su principal fuente de estabilidad en la capacidad de prevenir el resurgimiento del nacionalismo económico, encomendando a las grandes instituciones internacionales la tarea de implementar los acuerdos bosque Bretton, y hacer un pedido basado en el cooperación económica y monetaria entre naciones, Por libertad de comercio, sobre la estabilidad de los tipos de cambio, sobre el control del movimiento de capitales desestabilizadores. Un sistema internacional multilateral que hoy, como escribió Saccomanni en su último e interesante libro, bajo la presión del unilateralismo estadounidense y otros, presenta alarmantes grietas que están produciendo la fragmentación del sistema internacional y dificultades cada vez mayores en su gobernabilidad.

Otra diferencia obvia pero profunda consiste en el hecho de que fue una intervención totalmente financiada por los Estados Unidos, mientras que hoy nos encontramos ante la necesidad pero también ante la posibilidad, a diferencia de las dificilísimas condiciones en las que nos encontrábamos entonces, de financiarlo íntegramente con nuestros propios recursos, con un compromiso en el que Europa se salva sola, también relanzando la demanda interna y el gran mercado interno ante la posibilidad de una larga y complicada depresión en un mundo que podría ver reducidas progresivamente las oportunidades de negocio y crecimiento.

…Y LOS PUNTOS COMUNES

En su lugar, necesitamos la capacidad única y sin precedentes del Plan Marshall para mantener unidos en un mecanismo de ejecución los objetivos que se propusieron y las herramientas que se identificaron para su realización. El plan fue de hecho una herramienta extraordinaria para la transformación del capitalismo europeo que, además de beneficiarse de una importante transferencia tecnológica y empresarial, condujo a una reducción parcial transformación de las estructuras económicas, institucionales y culturales y ha sido fuente de experimentación e innovación para las empresas.

Un Fondo de recuperación, apoyado por el Bonos de Recuperación Europeos o en todo caso de una deuda común a largo plazo, podría no sólo salvar a las economías europeas de la recesión sino fijarse de forma realista unos objetivos de fortalecer y transformar las economías europeas. Entre ellos está la necesidad de fortalecer algunos sectores que son, y quizás más en el futuro, estratégicas para afrontar y oponer la resiliencia adecuada a posibles nuevos riesgos sistémicos: cuidado de la salud sin duda es uno de ellos, como lo son otros bienes públicos como infraestructura local, investigación, formación, la difusión equilibrada de tecnologías digitales. Objetivos sectoriales que pueden ser las puntas emergentes de un proceso más general de transformación de las economías hacia un crecimiento sostenible e inclusivo.

Quel Pacto Verde Europeo que la Comisión ha propuesto como el nuevo escenario político común para combinar el crecimiento con la protección de nuestro capital natural. Las herramientas para una transición justa ya se están desarrollando y el Green Deal podría ofrecer el marco subyacente para una nueva Europa que nos saque de la emergencia sanitaria y económica y también acerque las diferencias de sistema que parecen cada vez más evidentes entre el Norte y el Sur. Europa.

Desde este punto de vista el Estado vuelve a tener un papel importante, pero no como un simple proveedor de recursos como lamentablemente parece surgir en Italia. Y desde este punto de vista, el Plan Marshall tiene una última lección importante que señalar. De hecho, su éxito indiscutible se debió a varios factores. Entre ellos destaca el extraordinario trabajo que realizan técnicos de reconocida competencia y fuerte tensión civil llevado a cabo en los aparatos públicos y privados de los Estados europeos, logrando competir con la dimensión nacional e internacional de las inversiones previstas, también a través de la OEEC, que luego se transformó en la OCDE y a la que, entre otras cosas, eventualmente se podría recurrir de nuevo, como se lee entre líneas deentrevista en Corriere con su Secretario General.

Es evidente que el Fondo de recuperación, como fue el caso del Plan Marshall con los "fondos de contrapartida" cuyo uso estaba ligado a la adopción de políticas de productividad, también deberá sujetarse a reglas. Ciertamente también las condicionalidades financieras y contables, pero sobre todo en las últimas semanas necesitamos la capacidad de mirar a Europa como un gran espacio económico integrado e interdependiente, ayer por construir, hoy por renovar y defender.

°°°°° El autor es profesor titular de Historia Económica en la Universidad de Bari

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