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El petróleo se derrumba, ¿cuánto se puede ahorrar en gasolina y diésel?

En tres meses y medio, el WTI tejano se ha hundido de 64 a 11 dólares. La crisis económica, las existencias llenas, el exceso de oferta están en el origen del choque de precios. Los combustibles también han disminuido pero mucho menos que el crudo. Aquí están las razones

El petróleo se derrumba, ¿cuánto se puede ahorrar en gasolina y diésel?

El precio del petróleo continúa cayendo a porcentajes récord, mientras que el costo de gasolina y gasóleo en distribuidora registra un descenso, pero muy inferior al de la materia prima de referencia. La diferencia pesa, y no poco, en el bolsillo de los ciudadanos que, en virtud de lo que está ocurriendo en el mercado, habrían esperado un ahorro mucho más importante. La mala noticia es que aunque las caídas continúen en las próximas semanas, los dos porcentajes nunca coincidirán. De hecho, para ser aún más claro, la caída de los precios de la gasolina y el gasóleo siempre será mucho más limitada en comparación con la del petróleo. 

EL PRECIO DEL PETRÓLEO

6 Gennaio 2020: el precio del crudo wti -la estadounidense- supera los 64 dólares el barril. Han pasado menos de cuatro meses desde esa fecha y hoy el barril de petróleo estadounidense cuesta 11,5 dólares (precio actualizado a las 14.00:28 horas del XNUMX de abril), 82,1 por ciento menos. Reducción similar, aunque un poco más contenida, para el Petróleo Brent – el europeo – que el 6 de enero alcanzó un máximo de 70,4 dólares el barril y el 28 de abril (de nuevo a las 14.00 horas) cotiza a 20,18 dólares el barril. En este caso, la caída desde principios de año es del 71,4%. 

LAS RAZONES DEL COLAPSO

¿Qué ha sucedido en los últimos meses para provocar un colapso tan llamativo? La emergencia del coronavirus que comenzó en China en enero y se extendió por todo el mundo a lo largo de las semanas ha provocado una drástica caída del consumo, provocada a su vez por lockdown establecidas por los distintos Gobiernos para tratar de contener la propagación del Covid-19. Estamos encerrados en casa por lo que no usamos el coche, no podemos viajar en avión o usar el transporte público para ir al trabajo. La prohibición de viajar impuesta a nivel mundial significa que los ciudadanos necesitan mucho menos petróleo de lo normal. Con el La demanda en su punto más bajo durante décadas., las refinerías que compran la materia prima a los productores para transformarla en combustible han comenzado a comprar cada vez menos y en consecuencia las reservas se han acumulado más y más.

Para tratar de llenar el vacío, a mediados de abril los países productores, no sin polémica y dificultad, decidieron reducir la producción de crudo para 9,7 millones de barriles por díapero solo a partir de mayo. Hasta ahora, por tanto, a pesar de la fuerte caída de la demanda, los productores han seguido produciendo la misma cantidad de aceite que siempre, lo que ha provocado un aumento de las existencias. 

El resultado más llamativo de esta situación se vio el 20 de abril de 2020, cuando el precio del petróleo WTI con vencimiento en mayo registró un colapso histórico, se desploma un 148,55% hasta -37,63 dólares el barril para luego volver a territorio positivo en los contratos de junio. En la base de la fuerte disminución también la sobrecarga de almacenamiento.

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EL PRECIO DE LA GASOLINA Y EL DIESEL

Ante caídas tan dramáticas en los precios del petróleo, muchos ciudadanos esperaban reducciones igualmente significativas en el costo del combustible. Pero los porcentajes son bastante diferentes. 

En comparación con el 6 de enero de 2020, cuando la gasolina costaba 1,59 euros el litro y el diésel 1,489 euros el litro, los precios han bajado, pero no mucho. Segundo datos del Ministerio de Desarrollo Económico actualizado al 27 de abril, el precio promedio nacional del la gasolina se igualó a 1,391 euros el litro (-12,6% respecto a enero), mientras que el precio medio de los el gasóleo costaba 1,287 euros el litro (un 13,57% menos). 

Fuente: Ministerio de Desarrollo Económico

La razón de tan importante diferencia entre los porcentajes de descuento vistos hasta ahora radica en la peso que gravan los impuestos especiales y el IVA sobre el precio del carburante. Para ser claros: estamos hablando de un 70,4% para gasolina y un 66% para diésel. Cuando vamos a la gasolinera a repostar nuestros coches no pagamos tanto por la materia prima como por impuestos e impuestos especiales que remiten, por ejemplo, a la guerra de Etiopía (1935-1936), la crisis de Suez ( 1956), la tragedia del Vajont (1963) y así hasta el decreto de Salva Italia de 2011 y el terremoto de Emilia Romaña en 2012. 

Fuente: Ministerio de Desarrollo Económico

Ante estos números, es fácil entender por qué el desplome del precio del petróleo ha tenido leves repercusiones en el costo de los combustibles. Sin embargo, los consumidores pueden consolarse mirando al pasado. Precios similares para la gasolina y el diésel no se han visto desde 2016. Basta pensar que en mayo de 2019, hace justo un año, pagábamos 1,626 euros el litro de gasolina y 1,519 euros el litro de gasóleo. 

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