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Semana Santa, en su acepción de "Resurrección"

Semana Santa, en su acepción de "Resurrección"

La Pascua celebra la Resurrección, ilumina nuestros corazones, borra el miedo y nos cuenta la historia de la revelación: Cristo está vivo.

Piensa en la consternación de los Apóstoles ante los acontecimientos de los últimos días de la vida de Jesús, en su Calvario. El que había nacido accidentalmente en un pesebre y luego triunfó entre la multitud que lo adoraba a lomos de un burro que le había sido prestado, finalmente yacía en una tumba accidental.

Entonces, de repente, desde la oscuridad sepulcral del jardín de Arimatea llegó la voz triunfante: "el ha resucitado.

De repente los Apóstoles ya no estaban solos porque Cristo había vuelto en medio de ellos y no había cambiado en nada por la muerte.

En el relato de la Pascua hay certeza de que los cristianos no caminan solos por este mundo; y en respuesta a la antigua pregunta: ¿Puede un hombre muerto volver a vivir alguna vez? Aquí encontramos la respuesta encerrada en la celebración de la Resurrección: Como en Adán todos mueren, así en Cristo todos serán vivificados. En Pascua no sólo nos alegramos del Aleluya porque Cristo está vivo, sino que descubrimos su triunfo.

Lo que deleitó a los Apóstoles no fue que Jesús hubiera sobrevivido a la muerte, ¡sino que la había vencido!

Por primera vez el mundo se convenció de que el odio, la violencia y la codicia no son las fuerzas más poderosas; por eso la Pascua es la esencia de todo lo que hace que valga la pena vivir la vida.

Esto significa que la verdad es más poderosa que el error; que los principios son más eternos que la conveniencia; que dar es más divino que recibir, que dividir es más duradero que acumular.

Hoy vivimos en un mundo confuso y temeroso, como si la vida hubiera perdido su sentido. Oímos decir: la buena voluntad es una cosa magnífica, pero de muy poco sirve; la bondad es una virtud suprema, pero no esperemos que de ella salga nada; la fraternidad es un bien precioso, pero es sólo un sueño.

Entonces las preguntas fundamentales que se pueden hacer quienes buscan la verdad son: La lucha por la libertad, por la justicia, por la concordia, ¿qué posibilidades tienen en este mundo? La respuesta es: Paciencia.

Resurrección de Cristo de Rafael

La verdad nunca se puede deshacer. Muy miserable "cristiano" es aquel que es ambicioso y no siente el poder de este evento en su peregrinar a través de los años. ¡Tomar el corazón! Es pascua.

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