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Palenzona: una Autoridad para el transporte.

El presidente de Aiscat sugiere algunas medidas para relanzar el sector de las infraestructuras italiano, que es demasiado poco competitivo. Entre ellos se encuentra el indispensable establecimiento de una autoridad reguladora independiente para el sector.

Palenzona: una Autoridad para el transporte.

“Necesitamos una autoridad de transporte que induzca a los inversores a confiar en Italia”, dice Fabrizio Palenzona, presidente de Aiscat (asociación italiana de concesionarios de autopistas y túneles), en una entrevista con Sole24ore. El sistema de transporte italiano no es muy competitivo en comparación con el resto de Europa también debido a su insuficiencia desde el punto de vista normativo.
En este período en que la economía está lenta y las necesidades sociales apremian, la solución no es un aumento del gasto por parte del Estado. Según Palenzona, se deben adoptar diversas medidas estratégicas para enfrentar la crisis y mejorar la competitividad de nuestro país.
En primer lugar, se debe delegar en el Gobierno la implementación de la normativa europea sobre transporte. La delegación deberá poner límites y cuidar de revisar la estructura de FS y Anas, separando “la actividad publicitaria de gestión de redes, que debe estar encabezada por el Estado, y la actividad comercial y de mercado, que debe favorecer las alianzas estratégicas adecuadas”. También es necesario generar un sentimiento de confianza para las inversiones de largo plazo, dando mayor certeza sobre la volatilidad del marco regulatorio.
En tal contexto, se vuelve fundamental establecer una Autoridad independiente para el sector de infraestructura y transporte. Esta autoridad tendría la tarea de abrir el mercado a la competencia “con facultades similares a las de la Autoridad de Electricidad y Gas; garantizar la aplicación de la legislación europea y sus principios; sugerir las medidas necesarias para la gestión de los llamados a licitación y la estipulación de contratos en caso de competencia por el mercado”.
Finalmente, el Gobierno debe adoptar una política de infraestructura selectiva, que opte por asignar fondos solo a empresas virtuosas.

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