Las producciones de calidad y ecológicamente protegidas no están ayudando a las exportaciones italianas de frutas y hortalizas. Una paradoja flagrante, en plena emergencia. En solo seis meses, la balanza comercial se ha desplomado espantosamente: de 320 millones de euros en junio de 2018 a 73 millones (-77,1%) este año. Fruitimprese difunde datos basados en las últimas encuestas del ISTAT, comparando el aumento de los volúmenes exportados (6,8%) con una caída del 3,5% del valor monetario.
El presidente de la organización, Marco Salvi, no niega que el descenso viene de lejos. Desde hace años -dice- venimos denunciando la pérdida de competitividad de las empresas italianas en comparación con nuestros competidores. Para recuperar el impulso del sector se necesita un largo camino de reformas e importantes recursos. Las intervenciones más urgentes se refieren al coste de la mano de obra, la seguridad social, la fiscalidad, el gasto energético, el transporte y las infraestructuras.
En los primeros seis meses de 2019, Italia exportó alrededor de 1,7 millones de toneladas de productos por un valor de 2,1 millones de euros. Importó 1,9 millones de toneladas por valor de poco más de 2 millones. Un equilibrio sustancial que tiene poco en cuenta la calidad y los sistemas de producción.
La ministra de Agricultura Teresa Bellanova tendrá que hacerse cargo de esta alarma y tomar decisiones estructurales que atañen a varios Ministerios. No se puede pasar por alto la interrelación con los costes energéticos, fiscales, laborales, medioambientales, para dar una nueva perspectiva a un sector estratégico que también se esfuerza en materia de sostenibilidad. Cabe señalar que, lamentablemente, la agricultura ocupa un lugar bastante bajo en el programa Conte bis.. Luigi Di Maio, además, cuando era viceprimer ministro, nunca perdió la oportunidad de difundir optimismo en las conferencias de Coldiretti y en los eventos agrícolas. Anuncios denegados por tiempo y por números de Istat.
El sector hortofrutícola tiene enormes urgencias, es el análisis de Lorenzo Frassoldati director del Corriere Ortofrutticolo. Tantas promesas incumplidas, la mesa de gobierno que ha desaparecido, la puesta en marcha del catastro nacional, la ley orgánica, la internacionalización, la apertura de nuevos mercados. Sin negocios que generen ingresos, también se extenderá el trabajo no declarado, con la necesidad conjunta del gobierno de iniciar un diálogo con las grandes cadenas de distribución para favorecer los "productos del hogar".
Olvídese, por tanto, de gobiernos anteriores y de sus garantías para intentar revertir la tendencia negativa. Salvi se dirige a Bellanova e indica la posibilidad concreta de que manzanas, peras, kiwis, uvas de mesa, cítricos, lleguen a China, Asia, Sudáfrica, México, donde los productos italianos son demandados y apreciados. Llegan a los mercados con marcas de calidad y cadenas de suministro ecosostenibles. Sin embargo, no existen protocolos fitosanitarios y acuerdos bilaterales con los países importadores. y sobre el que es urgente ponerse manos a la obra. Una buena apertura para Conte bis que tendrá que redimirse de Conte uno.
