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OLT, la nueva terminal de regasificación toscana, entre ahorros y miedos

OLT, la nueva terminal de regasificación de Toscana, será la tercera en Italia cuando se complete frente a la costa de Livorno. Con este sistema, la posibilidad de reducir los costos de energía con efectos en las tasas de calefacción
es relevante pero existen preocupaciones sobre las consecuencias en el medio ambiente que han dado lugar a protestas inmediatas.

A finales de julio, frente a la costa de Livorno, se instaló el buque cisterna de GNL FSRU Toscana, que albergará una nueva terminal de regasificación, el tercero en Italia tras el de Panigaglia (La Spezia) y Porto Viro (Rovigo). La enorme terminal flotante, anclada a 22 kilómetros de la costa, servirá como muelle y punto de descarga de buques metaneros cargados de gas natural licuado, que se verterá en el tanque de regasificación para ser transformado.

El gas obtenido será trasladado a tierra firme a través de tuberías colocadas a una profundidad de 120 m. Según las intenciones de los constructores, la terminal de regasificación es obra de la empresa OLT (OLT offshore LNG Toscana), permitirá por lo tanto obtener GNL a precios reducidos de los mercados internacionales, liberando suministros de contratos a largo plazo con proveedores tradicionales (para Italia, principalmente Rusia y Argelia), con consecuencias en las tarifas de calefacción y energía de consumo de las familias italianas.

La capacidad de regasificación de la nueva terminal es de 3,75 millones de metros cúbicos al año, equivalente a cerca del 4% del requerimiento nacional, y debería estar operativa a partir del próximo otoño-invierno, una vez finalizadas las pruebas.

Sin embargo, sigue existiendo una preocupación generalizada acerca de laimpacto ambiental de la estructura, que alimentó las protestas de la población de la costa de Livorno. La empresa OLT se defiende reivindicando la sostenibilidad del proyecto y las autorizaciones recibidas para su instalación, pero esto no es suficiente para tranquilizar a quienes temen por la salud del mar y el litoral y la supervivencia del Santuario de Cetáceos.

Además de los temores relacionados con un trasvase continuo y regular no lejos de la costa de gas potencialmente explosivo, el comité "No offshore" muestra su preocupación por el cloro que utiliza la planta de regasificación para depurar el agua de mar necesaria para su funcionamiento, y que una vez utilizados serán devueltos al mar, con evidentes desequilibrios para el ecosistema marino. La protesta culminó el 6 de agosto con "el funeral del mar", que involucró a más de tres mil personas en el centro de Livorno para pedir el desmantelamiento de la estructura.

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