Pasamos por la gran crisis sin que ningún banco italiano quebrara, sin ser rescatado por el estado o costar un centavo a los contribuyentes italianos. Y no fue un accidente. Esto se debe a la calidad de la gobernanza de los bancos, a la supervisión del Banco de Italia, a la calidad de sus activos, en su mayor parte vinculados a los valores reales de la economía, y también a la experiencia de aquellos quien antes los manejaba.
Por supuesto que todo el mundo puede mejorar. Los bancos italianos están trabajando para superar algunas limitaciones de comunicación. Hemos encargado una encuesta muy exhaustiva para comprender cuáles son las principales razones de posibles malentendidos entre los italianos y los bancos. Hoy vivimos en una gran contradicción: la valoración de los clientes sobre su banco es mayoritariamente positiva, pero si preguntamos de forma más general qué piensa la gente de los bancos, sus valoraciones ya no son tan positivas. Hay varias razones subyacentes para este estado de cosas, pero el hecho ciertamente debe entenderse y abordarse.
También hay falta de conocimiento. Por eso, el siguiente paso será traer los bancos a las plazas italianas para presentarlos, para darlos a conocer. El objetivo es aclarar directamente a los clientes qué hace un banco, cómo funciona, cómo gana, qué es una tasa de interés, qué es una comisión y una transferencia. Y otra vez: cuál es la capacidad tecnológica necesaria para que un banco funcione, cuántas operaciones normales se realizan en un día, en un mes, en un año.
Tenemos que trabajar en el futuro de una manera positiva. Inevitablemente debemos comprometernos, pero creo que ya hemos hecho una parte del camino. Se determina la eficiencia. Estamos trabajando para ser más transparentes, más eficientes, más claros. El cliente debe entender lo que compra y cuánto gasta. Pero entonces el servicio prestado debe ser pagado. En este camino puede ser útil razonar más por hechos que por elementos perjudiciales. Esto también permite a los bancos corregir lo que hay que corregir y por ende mejorar la calidad de nuestro servicio que sigue siendo fundamental en el país para sostener el sistema económico y su ciclo.
Es precisamente este vínculo con la economía real por lo que nuestras ganancias no son tan brillantes, mientras que los de otros que se ocupan de la financiación especulativa empiezan a ser demasiado.
* Presidente Abi
