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Mps, Unicredit, Buenos bancos, Popolari: es una emergencia bancaria

La incertidumbre y la inestabilidad política derivadas del resultado del referéndum hacen aún más urgente la solución de los casos bancarios más agudos: desde la recapitalización de MPS y Unicredit hasta la venta de los bancos Good y la fusión de los bancos Veneto hasta el decreto de aplazamiento las reuniones de los Popolare di Bari y Popolare di Sondrio tras la reciente orden del Consejo de Estado

No hay catástrofe en los mercados tras la victoria del No en el referéndum constitucional, pero la alerta sigue alta. Los ojos se centran sobre todo en los bancos, el mismo por el que el Financial Times, en vísperas de la consulta, anunciaba dolor con riesgo de quiebra para 8 de ellos.

Después de una apertura en rojo intenso y un intento de recuperación, el sector bancario en Piazza Affari es presa de una fuerte volatilidad alimentada por las vicisitudes políticas. Y así corre el riesgo de serlo durante todo el mes de diciembre, días en los que se decidirá el destino de muchas instituciones (cotizadas y no cotizadas) y en los que la inestabilidad político-institucional puede representar un obstáculo más en un camino ya muy impermeable.

El juego más difícil sin duda será el de Monte dei Paschi que, habiendo concluido la conversión de los bonos (que deberían valer mil millones) tiene previsto iniciar la ampliación de capital. La alta volatilidad e incertidumbres presentes en los mercados tras la victoria del No podría complicar aún más una operación ya de por sí de alto riesgo. La alta dirección del banco se reunió en Milán para intentar hacer balance y entender cómo evitar comprometer las posibilidades de intervención de los fondos soberanos, eso sí, dispuestos a invertir, pero a condición de que puedan vislumbrar un horizonte financiero e institucional estable.

En caso de que la recapitalización privada de MPS resulte mal, descartada a priori la hipótesis de fracaso por sus evidentes riesgos sistémicos, la única alternativa a seguir es alguna forma de nacionalización que, sin embargo, abriría agrias controversias políticas por el Movimiento 5 estrellas.

También porque en este caso existe el riesgo de una paradoja. Porque la intervención pública allanaría el camino para el llamado Burden Sharing, el sistema según el cual los accionistas y acreedores subordinados deben asumir parte de los costes necesarios para restaurar la banca en crisis reduciendo el valor nominal de sus valores o convirtiéndolos en capital . Para ello se necesitará un Gobierno fuerte que, tras lo ocurrido, difícilmente llegará en los próximos meses.

Otra operación de mercado que corre el riesgo de sufrir las consecuencias de la incertidumbre política y financiera es la ampliación de capital de Unicredit, cuyo consejo se reunirá el lunes 12 de diciembre para preparar un nuevo plan estratégico destinado a captar 20 millones de euros. Según lo previsto y esperado, la recapitalización debería reportar entre 10 y 13 millones de euros, mientras que el resto debería provenir de la venta de filiales como Banca Pekao y Pioneer.

Como subraya Repubblica, "incluso aquí pesa el voto", sobre todo por las reflexiones sobre el futuro de Pioneer, sobre las que está abierto desde ayer una negociación exclusiva con Amundi. 

En cualquier caso, la subida de la banca liderada por Jean Pierre Mustier debería llegar en febrero de 2017 y ante este nombramiento el propio consejero delegado intenta apagar el fuego afirmando que "el resultado del referéndum no cambia los planes de la instituto".

Tampoco hay que subestimarlo el nodo Good Banks: La propuesta de Ubi Banca relativa a tres de los cuatro bancos, a saber, Banca Marche, Banca Etruria y CariChieti, requiere no solo el visto bueno europeo, sino también una estabilidad que permita a la entidad de Bérgamo disponer de márgenes para recuperar la inversión. El plan de adquisiciones presentado por el banco de Víctor Massiah contempla, además de la intervención del Fondo Interbancario y Atlante, también una ampliación de capital que deberá realizar el banco por aproximadamente mil millones. Pero teniendo en cuenta el mercado actual y las dificultades políticas, es posible que las apuestas no valgan la pena, especialmente si se tiene en cuenta que las acciones cuestan alrededor de una quinta parte de su valor neto.

En el no imposible caso de que Ubi decida echarse atrás, los tres bancos se enfrentarían a la quiebra a menos que el Fondo Interbancario, que ya ha desembolsado mucho dinero, decida desmayarse e intervenir de nuevo.

Dentro del caos que caracteriza al sector bancario, lay populares. Tras la orden del Consejo de Estado bloqueando la reforma aprobada en 2015, corresponderá a la Consulta intervenir en el caso y encontrar una solución a la suspensión impuesta a la circular del Banco de Italia que preveía la posibilidad de suspender el rescate de las acciones sobre las que se ejerce el derecho de el desistimiento se ejerció con referencia a la transformación en balneario. 

El problema es que en este caso el tiempo es corto y se necesita un decreto dentro de unos días para posponer las reuniones de los bancos que aún tienen que aprobar la transformación en sociedad anónima, al menos hasta que la Corte Constitucional decida qué hacer. La asamblea del Popolare di Bari está prevista para el 11 de diciembre, mientras que la del Popolare di Sondrio ha sido convocada para el 17 y si alguien no resuelve la situación, existe el riesgo de caos. Pero con una crisis política que acaba de abrirse, un Gobierno que ha dimitido y un Parlamento bloqueado, no se sabe quién debe emitir el decreto que contenga el aplazamiento, considerando un plazo tan ajustado porque el próximo 27 de diciembre los Popolari con un patrimonio superior a los 8 millones riesgo de perder la licencia bancaria en caso de que no se transforme en una sociedad anónima.La Popolare di Milano y Banco Popolare, por su parte, ya han celebrado las reuniones necesarias, dentro de las cuales se decidió confiar la gestión de los reembolsos a el nuevo banco El problema es que, a falta de una determinada legislación sobre el derecho y las modalidades de desistimiento, existe el riesgo de una lluvia de recursos. Cabe destacar que el efecto combinado de la decisión de la Consulta y el referéndum constitucional tuvo fuertes repercusiones en las acciones de los dos Popolari que registraron pérdidas de más del 7% en Piazza Affari. 

Por último, pero no menos importante, el problema que deberá enfrentar el sector bancario es el de reestructuración de Popolare di Vicenza y Veneto Banca, actualmente en negociaciones para definir el plan de fusión que debería llegar antes de Navidad. En este caso, cada una de las dos instituciones tendrá que sacar de su balance unos dos mil millones de préstamos incobrables que corren el riesgo de quedarse sin compradores debido a las turbulencias del mercado. También hay que resolver los problemas relativos a la posible nueva intervención de la Caja Atlante y la cuantía de los despidos que podría acarrear el matrimonio.

Mientras tanto, Vicenza deberá afrontar un período de ajuste tras la renuncia de Ad Iorio y la próxima llegada del ex diputado Fabrizio Viola.
En definitiva, para los bancos el post-referéndum está marcado por una emergencia y el tiempo se acaba.

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