Italia tiene "un gran trabajo que hacer". Reanudar el crecimiento significa poner en marcha "reformas estructurales” que cancelan “todos los privilegios”, superando el obstruccionismo de quienes “protegen su distrito electoral”. Este es el mensaje que lanzó ayer Mario Monti al margen de una conferencia en Berlín. Las declaraciones fueron reportadas hoy por el Financial Times. El nuevo senador vitalicio -señalado por la mayoría de las fuerzas políticas italianas como el próximo jefe de un nuevo gobierno interino- cree que las medidas solicitadas por Bruselas en Roma son "lo que todo país debería pedir para un mayor crecimiento".
Un objetivo que debe lograrse no a través de "más préstamos", sino con "la eliminación de los obstáculos al crecimiento mismo“. Y no debería haber "muchas diferencias intelectuales" en este punto. Monti liquida entonces los argumentos de quienes atribuyen la responsabilidad de la crisis a la debilidad de la moneda única. “Si Italia no hubiera sido parte del euro – subraya el economista de Bocconi – habría más inflación, políticas menos disciplinadas y menos respeto por las generaciones futuras”. Sin mencionar que, "política e históricamente, Italia no puede ignorar sus responsabilidades como Estado miembro fundador de la UE".
Por lo tanto, debe ser "más riguroso, más constante en el tiempo, menos cortoplacista y más paciente“. Los italianos deberían intentar implicarse más en la asociación europea franco-alemana, porque "sería de interés común". Quizás no sea suficiente hablar de un verdadero programa de gobierno, sin embargo la mera posibilidad de que Monti pueda encabezar un nuevo ejecutivo de emergencia ha aliviado la presión de los mercados sobre nuestros bonos gubernamentales. Prueba de ello -en términos económicos- es la fuerte caída que han registrado hoy el diferencial y las rentabilidades de los BTP a diez años.
MARIO MONTI – UN ITALIANO ATÍPICO
Un economista en el camino de la política. La idea de ver el destino de nuestro país encomendado a un técnico hace que algunos frunzan el ceño pero a muchos les parece la única solución posible para salir del abismo en el que se hunde Italia. Hay que admitir que Mario Monti, precisamente como experto, tiene ideas precisas sobre cómo salvar la economía italiana. Y después de haber trabajado durante 10 años en Bruselas, para el excomisario de la UE también es una cuestión de honor. “Italia no debe pasar de país fundador a país hundido del Euro”, escribió en un editorial el mes pasado. Y un poco de fe sana en Europa y en la moneda única, en un momento en que uno está listo para encontrar un chivo expiatorio en todas partes, solo puede hacer bien.
graduado universitario bocconi en 1965, primero se convirtió en su rector (1989) y luego en su presidente (2004). La milanesa no es un instituto como cualquier otro, sino una universidad que siempre se ha propuesto formar a una parte de la clase dominante italiana, que siente que el destino del país está atado a sí mismo y que sabe que tiene las habilidades y las herramientas para cambiarlo
De 1994 a 2004, designado por el gobierno de Berlusconi y confirmado por el gobierno de Prodi, trabajó en las oficinas de Bruselas. En 1995 se convirtió en miembro de la Comisión Europea por Jacques Santer como responsable de la unidad de mercado interior, servicios e integración financiera y aduanas. Ha sido el Comisario Europeo de Competencia desde 99. Fue en estos años cuando se consagró como un icono del rigor, preocupado por promover la libre competencia y obstaculizar los poderes monopólicos (logró imponer una de las multas más cuantiosas a la cuenta de Microsoft: 500 millones de euros).
Además, Monti también tiene una amplia experiencia en el sector privado. Es miembro del Consejo Asesor de Investigación, un grupo de expertos en el que Goldman Sachs siempre ha confiado. Y forma parte del Consejo Asesor de The Coca-Cola Company, además de haber ocupado cargos en los consejos de administración de Fiat, Generali y Comit.
Ayer el presidente de la República, Giorgio Napolitano, lo nombró senador vitalicio, preludiando su posible posición de liderazgo en el nuevo gobierno interino, prometido por Berlusconi y que podría entrar en vigor este mismo domingo.
Rigor, reglas, estabilidad y respeto a los compromisos. En su honrosa carrera como entrenador, esta es la receta que sigue Monti. Y estos ingredientes son, sin duda, las cualidades que le faltan a Italia para poder implementar las reformas adecuadas y comenzar a crecer nuevamente, recuperando así su credibilidad en Europa.
