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Mundial de ciclismo: El bis de Sagan, Cavendish y Boonen derrotados

El primero de los italianos es Nizzolo que finalizó quinto - Los grandes perdedores en Doha son los súper populares alemanes en la víspera con Kittel y Greipel traicionados por la afición por el fuerte viento del desierto que partió al grupo en varios tramos

Mundial de ciclismo: El bis de Sagan, Cavendish y Boonen derrotados

Peter Sagan se sucede al conquistar el maillot arcoíris de campeón del mundo por segunda vez consecutiva al final de un sprint cinematográfico al quemar a Mark Cavendish y Tom Boonen. El mundial de Doha se marcha con un podio regio, con tres campeones ya campeones del mundo en su carrera en los tres primeros puestos, un sprint suntuoso que salva una carrera mal planificada, en un vacío de público desolador, con una escenografía -salvo el Desierto interminable de 150 km, laminado y sin alma de un lugar que huele a negocios y poco o nada a ciclismo.

El circuito final se parecía más al de la antigua kermesse post-Tour que a una pista destinada a premiar el maillot más codiciado. Sólo el orden de llegada tiene clase mundial, expresando el mejor de los valores en disputa, una vez que la llana altura del recorrido había excluido de la lista de salida a los grandes de las carreras por etapas.

Carrusel aburrido Una vez llegamos a la isla artificial de Pearl, la carrera -antes del sprint final- había vivido sus momentos más espectaculares en el desierto donde soplaba un viento que amenazaba con hacer caballitos en las motos. Más que el calor, los fanáticos que se crearon al dividir al grupo en varias secciones fueron fatales. Fue entonces, junto con la inversión de la ruta de norte a sur, que Boonen subió a la silla, capaz de ingresar a la sección de cabeza, arrastrando detrás de él a cinco compañeros de equipo de la selección belga, incluido Greg Van Avermaet, el medallista de oro olímpico. de Río

Fueron buenos enganchando a otros veinte corredores al tren belga, incluidos Sagan, Cavendish, Kristoff, Matthews, Terpstra y nuestros propios Viviani, Nizzolo, Bennati y Guarnieri. A partir de ese momento para los súper favoritos de la escuadra alemana -Greipel, Kittel y Degenkolb- el campeonato mundial se convirtió en una quimera inalcanzable. Mismo destino para el francés Bouhanni. Otro esperado protagonista, el colombiano Gaviria, también salió de la carrera envuelto en un enredo que se generó a 165 km de meta cuando el australiano Luke Durbridge frenó y fue embestido por detrás por el esloveno Luka Mezgec.

Una vez que terminó el desierto, el campeonato mundial fue un asunto limitado entre todos los que aún estaban unidos al equipo de Boonen. No pasó nada más antes de los últimos 2200 metros cuando el holandés Leezer despegaba del grupo de cabeza, aún bajo la bandera de los últimos km tenía una ventaja de más de cien metros. Pero el tulipán, cuando pudo ver la línea de meta, fue agarrado. Y para ennoblecer el mundial del emir que se arriesgaba a acabar con un don nadie, lo pensó in extremis Sagan que, surgiendo como un velociraptor entre Nizzolo y las barreras, recuperó aquel maillot arcoíris conquistado por primera vez el año pasado en Richmond con acción entonces como un gran finisseur.

Un bis consecutivo logrado por solo cinco corredores en la historia antes de Sagan: el primero fue el belga Georges Ronsse (1928-29) seguido después de la guerra por otros dos belgas Rik Van Steenbergen (1956-57) y Rik Van Looy (1960-61) y más recientemente por los italianos Gianni Bugno (1991-92) y Paolo Bettini (2006-07).

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